Capítulo 3

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La oscuridad no me dejaba ver los acontecimientos que estaban sucediendo dentro de la clínica. Lo único que me permitía escuchar era el ruido que provocaban las manos al intentar abrir la puerta para salir, las respiraciones de todos tratando de asimilar lo que sucedía y el miedo que comenzaba a avecinarse en todos.

Neus estaba sujeta a mi cuerpo y yo la abrazaba a ella para protegerla de cualquier cosa que llegara a este lugar. Estaba ella primero que yo ante cualquier situación. Sabía que tenía que desconfiar desde que el conserje le informó a la recepcionista que ya no le importaba la edad, que solamente le interesaba su hija. O quizá estaba siendo muy paranoica y la verdad era que no había nada que temer, nos encerraron por el hecho de que comenzarían a fumigar arriba y la luz en cualquier momento regresaría.

—Por la puerta principal —habló una voz que no reconocí pero identifiqué a la persona cuando encendió la luz de su celular. Era el señor de tez morena. Corrió a la puerta por donde debió haber salido Marcela y por el ruido que escuché supuse que estaba intentando abrirla pero que también era inútil. Se las habían ingeniado para también cerrarlas con candado. Por fuera, en el lugar donde estaban colocadas las ventanas habían dos pedazos largos de lo que parecía ser madera, color negro cubriendo así la luz solar que pudiera entrar. Saqué mi celular y lo primero que pensé fue en llamar a Naúm, ¿y si él también se encontraba en una situación parecida? Pero no podía marcarle todavía, primeramente tenía que saber a lo que me enfrentaba. Encendí el flash trasero y alumbre gran parte de la clínica. Observé uno a uno los rostros de las personas para identificarlos, solamente me sabía el nombre de Joel, el de Melissa y su esposo Hernán. A padre e hijo los desconocía totalmente y a la señora con el vestido elegante también. La hermana de Johana Oropeza también se hallaba presente pero desconocía su nombre.

—¿Qué está pasando? —Preguntó la hermana de Johana. Quizá estaba equivocada y no eran hermanas, podrían mantener otra relación pero por el parecido yo lo supuse así. También con padre e hijo podría estar confundida y mantenían otro parentesco—. ¿Alguien sabe el motivo de nuestro encierro?

—Fumigación —respondió Hernán, para este momento ya todos teníamos algo con qué alumbrar, excepto mi hija Neus. Naúm y yo teníamos pensando en comprarle un celular para el día de su graduación, antes de la entrada a la secundaria—. Eso fue lo que dijo el doctor, no creo que debamos alarmarnos.

—Claro que debemos alarmarnos —le reclamó Melissa a él, solamente, llevándole la contraría. En su cara mantenía preocupación mezclada con sufrimiento, no parecía agradarle para nada la idea de tener a Hernán cerca—. Llevo más de un año en este establecimiento, trayendo seguidamente a mi hijo y nunca habían fumigado el lugar, mucho menos nos habían encerrado aquí abajo con las luces apagadas.

—Iván —se acercó de nuevo el señor de tez morena, solamente con su hijo, ahora sabía su nombre—, acompáñame a buscar algún interruptor que nos saque de esta oscuridad.

—Sí papá —respondió Iván decidido, ahora confirmé el parentesco. Iván debería tener unos 16 años mientras que su padre mantenía unos 40.

Iván y su padre provocaron el ruido de sus pasos alejándose lentamente. Se escuchaba el roce que hacían con las paredes, buscando algún interruptor.

—Deberíamos hacer lo mismo —dijo la voz de quién tenía el vestido elegante con sencillez en su voz. Gracias a su vestimenta aparentaba pertenecer a una clase alta en su economía, pero desconocía su actitud mediante a ésta—. Algún error debe tener esto.

Asentí sin importarme si podía observarme o no pero tenía razón. Teníamos que hacer algo, no podíamos quedarnos quietos. Cuando solté a Neus para comenzar a buscar algo, la luz casi me cegaba, había regresado e iluminaba mayormente el lugar, era demasiada iluminación pero prefería eso a estar completamente a oscuras. Mis ojos tardaron en acostumbrarse a la magnitud de la luz pero finalmente pudieron hacerlo. Sin querer toqué el flash de mi celular y me percaté de que éste ya estaba muy caliente por lo que proseguí a apagarlo.

Clínica (#2 Hospital)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora