Capítulo 18

7.1K 652 216
                                    

—Y entonces, él llegó al día siguiente con un ramo de rosas rojas. Eran 17, como las 17 citas que tuvimos antes de que finalmente me declarara su amor en la cita número 18 —sonreí ante mi hija, quien encantada escuchaba la historia de cómo Naúm se había declarado ante mí—, después de eso, no me pude negar a su propuesta de ser su novia. Tu padre me encantaba demasiado.

—¿Y lo sigue haciendo? —Me preguntó emocionada.

—Mucho más que antes —respondí recordando los bellos momentos que pase al lado de Naúm como su novia—, su amor se volvió más sincero y me hizo quererlo más y más.

Neus sonrió y observó hacia el frente haciéndolo. Seguramente imaginaba cómo había sido mi vida con Naúm, años antes de que ella naciera. Años antes de que fuéramos completamente felices.

En ese entonces tenía nueve años, cuando realmente era una niña y así se consideraba. No cómo ahora, que tenía doce, pero ella ya se consideraba aún más grande, incluso que Iván. Le hacía falta mucha madurez mental. No quería tener que lidiar con una adolescente rebelde los próximos ocho años, pero todo indicaba que iba a hacerlo. Esperaba que Naúm pudiera controlarla, porque con esa actitud no podría soportarla.

Hernán e Iván estaban posicionados nuevamente en frente de la pared falsa, al parecer, ya se alcanzaba a vislumbrar los bordes superiores de las puertas de los baños, pero aún era imposible acceder a ellos.

—Hola —saludó Renato apareciendo por fuera del cuarto de Alessandra. Se veía abatido y debilitado, pero estaba de pie observando todo lo que lo rodeaba. Nos llamó la atención provocando que desde los sofás lo pudiéramos ver—, escuché ruidos fuertes. ¿Qué está pasando?

—¡Papá! —Le gritó Iván desde encima de la silla. Inmediatamente juntó sus pies y saltó de ella para correr a donde su padre lo esperaba. Colocó sus manos en sus brazos y las deslizó delicadamente. Lo observó de arriba a abajo y se centró en su rostro—. Estás despierto, ¿cómo te encuentras?

—Me duele —contestó su padre y presionó su herida, Iván se enfocó en ella pero después levantó la vista hasta su padre—, pero el dolor ha ido disminuyendo a medida de que pasa el tiempo. Creo que si sigo descansando puedo estar mejor, pero quiero saber el por qué de tanto escándalo.

—Oh —expresó su hijo. La conversación no se escuchaba tan elevada pero al mantenernos todos en silencio nos percatábamos de los casi susurros que emitían—. Lo que pasa es que se activó otra palanca y nuevamente cayó otro trozo de pared, y ahora ya podemos ver la parte superior de las puertas de los baños.

—¿Baños? —Preguntó Renato formando una expresión dudosa—. ¿Cómo que baños?

—Sí —Melissa saltó al instante. Ella fue quien supuso la teoría de los baños y seguramente se sentía en capacidad de responder todas las dudas sobre ello. Se acercó con Iván y Renato y se colocó a un lado de Iván. Impidiendo que desde mi ángulo observara el rostro de Renato—. Baños. Fue mi duda. Me entraron ganas de ir a él y fue entonces cuando comprobé que baños no habían. Por lo tanto es casi obvio que detrás de esas dos puertas están los baños.

—Tienes razón —le recalcó Renato, aún no podía observar su rostro pero imaginé que asintía como solía hacerlo—. Baños, es lo único que debe haber ahí. Pero seguramente ocultan algo.

—Sí —afirmó Iván inmediatamente—, una pared no puede estar cubriéndolo nada más porque sí. No creo que se hayan molestado en bloquearnos la ida al baño habiendo uno en cada consultorio médico.

Melissa había saciado sus ganas de ir al baño gracias al que se ubicaba dentro del cuarto de Alessandra, lugar de donde también se lavó las manos al limpiar junto a Dalila la herida de Renato. ¿Serían una distracción estos baños o realmente había algo importante detrás de la pared?

Clínica (#2 Hospital)जहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें