-Podrás ser uno de ellos, pero sé que eres distinto.

-No me conoces en absoluto.

-No lo hago. Es lo que logro percibir.

Desbarajustado, decidí no escuchar y negarme a caer en su manipulación. Comencé mi tarea para lograr soltar mis muñecas. La mujer regreso al lugar de antes y continúo observándome a la lejanía.

-¿Qué es a lo que le temes?

-¡No le temo a nada! – respondí casi de inmediato.

-No lo creo así. Sé que tratas de proteger algo, o más bien, a alguien.

-¿Por qué querría yo proteger a alguien? Estoy solo.

Se cruzó de brazos con un atisbo seguro, tal como si mis palabras tuvieran sentido.

-Te tengo un trato. ¿Qué dices? Podríamos ayudarnos mutuamente.

La ignore. Los grilletes estaban firmes y no había señal de que estuviera causándoles alguna diferencia. La solides de estos comenzaba a lacerar mis muñecas.

-Hare algo por ti a cambio de que me des información.

Entonces me detuve en mi forcejeo ante aquella declaración.

-¿Por qué estás tan interesada? – ahora fui yo quien interrogo.

-Me resulta un tanto sospechoso lo que asegura la Justicia. Solo quiero saber la versión de los dos bandos.

-Quizá eso es lo que deberías creer.

-Mi padre trabajo aquí de Jefe al mando hace mucho tiempo. Se mucho del sistema por lo que me contó. Y cuando comencé, esto ya no parecía lo que había escuchado. Yo llegué aquí con un propósito, así que no pienso ser la marioneta de nadie.

Sus palabras eran sinceras. Cada cosa, cada recuerdo y memoria, podía rectificarla en su cabeza. Todo era real. Todas sus palabras coincidían con lo que en su mente se formaba.

-Tal vez tu padre te haya mentido para protegerte. – se me escapo decir.

Ese comentario absurdo, causo que ella se cuestionara unos segundos. De mi parte, me maldecía por haberlo hecho. Eso sonaba muy poco yo.

-Sé que todo lo que dijo era real. Antes. Ahora todo parece una adaptación, algo que ellos nos hacen creer.

-¿Y porque no simplemente le preguntas? ¿Es porque ahora actúa como todos en este lugar?

Su mirada me asedio con rabia y si no conociera esa visión, estaba seguro que incluso podría golpearme.

Su mirada me asedio con rabia y si no conociera esa visión, estaba seguro que incluso podría golpearme

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

-¡Mi padre ya murió, idiota!

Me silencie ante su aclaración. Este tipo de sentimentalismos nunca se me daban bien. No me disculpe de igual manera.

Return (en edición)Where stories live. Discover now