XXX. Caos en el desfile

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*Playa*

Victoria y Dionisio iban abrazados disfrutando de la brisa, el sonido de las olas y la maravillosa vista que el cielo les regalaba.

D: no sabes cómo me encanta tenerte así, abrazada a mí, poder aspirar el dulce aroma de tu pelo y sentir la calidez de tu cuerpo.

V: y yo soy muy feliz a tu lado Dionisio, créeme que no te cambiaría por nada ni por nadie en este mundo porque sólo contigo me siento bien, estoy plena y no me falta nada (abrazándolo más fuerte).

Se quedaron en silencio contemplando la noche por unos segundos.

D: ¿sabes? Hannah me habló hace rato mientras te estabas cambiando y se alegró mucho de saber que las cosas entre nosotros se arreglaron (sonriendo).

V: ahora entiendo porque hizo lo que hizo, aunque en ese momento me dieron ganas de ahorcarla porque me sentí acorralada y sola (nostálgica).

D: pero ya no lo estás y todo tuvo una razón de ser mi amor, ya no nos volveremos a separar tú lo verás (dándole un beso).

V: amor, hay algo que te tengo que decir y pensaba hacerlo después, de otra manera pero creo que es mejor decírtelo de una vez.

De pronto el momento se vio interrumpido por el celular de Victoria que comenzó a vibrar. En la pantalla apareció el nombre de "María" y no quiso contestar. Sin embargo, el móvil continuó sonando.

D: ¿por qué no contestas mi amor?

V: no tengo ganas de discutir con mis hijos en lo absoluto.

D: pero ¿qué tal y es importante?

Ella lo miró pensativa, era cierto, algo debía estar pasando para que María insistiera tanto en que le tomara la llamada.

V: ¿bueno?

M: madre ¿por qué no contestabas?

V: estaba ocupada hija, ¿qué pasó?, ¿está todo bien?

M: mamá yo sé que nos dijiste que no querías venir al desfile, que estabas cansada y también sé que estás furiosa con nosotros por lo mal que nos hemos portado y créeme que desearíamos volver el tiempo y remediar el hecho de que Dionisio y tú no estén juntos pero no podemos y tú debes seguir, nosotros te necesitamos y esta noche más que nunca.

V: (suspiró) ¿qué ocurre?

M: Bernarda tiene una colección muy buena mamá, está casi al nivel de Casa Victoria y el problema es que Pipino tiene una crisis nerviosa. Las modelos no se cuadran, los diseños no están en orden, no sabemos cómo solucionar esto y de verdad que nos preocupa perder el desfile (angustiada).

V: ¿cuánto tiempo les falta para salir a la pasarela? (Mirando su reloj).

M: pues aproximadamente como media hora, una hora cuando mucho.

V: está bien hija, creo que puede solucionarse así que tranquila, no es tan grave (le colgó).

D: ¿todo bien?

*Desfile*

María regresó preocupada y de cierta forma molesta por la actitud de su madre, ¡les estaba dando la espalda!, ¿qué demonios le pasaba?

Max: ¿qué pasó, qué dijo mamá?

M: me dijo que todo estaba bien y que podíamos solucionarlo, que no era tan grave, ¡qué le pasa!

F: ¡es el colmo!, su supuesta depresión está llegando demasiado lejos, ¿cómo es posible que prefiera perderlo todo?

An: tu madre no está pensando claramente Fer, es normal que actúe así pero como dicen, ya llegó al límite.

El Sabor del Pecado IDove le storie prendono vita. Scoprilo ora