4ta y Ultima Temporada de La Saga Dark Light.
20 años han pasado desde que la infeccion llego a la vida de Sam, Freddie , Max y Jamie, despues de haber superado todo ese terror tratan de vivir tranquilamente.
Pero ahora la historia d...
Sujeto esas cartas en mis manos, durante todo este mes he intentado abrirlas, pero no lo consigo, no tengo las suficientes fuerzas para hacerlo.
-Mierda – suelto un fuerte gruñido – soy un maldito cobarde, no sé qué mierdas dice aquí.
Tengo miedo de que sea una despedida, tengo miedo de que sean cartas en donde ella ha decidido dejarme para siempre, tengo miedo de que ella me diga que encontró a alguien, tengo miedo de que ella sea feliz con otro chico.
Coloco las cartas sobre el escritorio, regresando las leeré, estoy seguro que lo hare.
Doy varios pasos lejos del escritorio, esas cartas casi me llaman, estoy seguro que quieren que las lea, suelto un suspiro y continuo caminando, no creo ser capaz de leerlas.
Bajo las escaleras y observo a mi madre cocinando, la pequeña Marissa se encuentra en su silla para comer, observando con atención lo que mama hace, tengo miedo que sea como yo, tengo miedo que esa niña termine peor que yo.
-Buen día mama – saludo, me siento justo a un lado de Marissa y beso su mejilla, ella solo me observa con sus inquietantes ojos azules
-Buen día Cariño – murmura ella, esta cocinando algo que sé que no me va a gustar.
Mi madre no es muy buena en la cocina.
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Ella ha terminado de hacer la comida, ha colocado un plato pequeño con papilla de bebe y me ha pedido alimentar a mi hermana, lo hago con gusto, pero a Marissa no le gusta comer lo que mama cocina.
-Te entiendo – le murmuro – A mí tampoco me gusta su comida – Marissa me observa y escucho a mi madre gruñir - pero debes amarla aunque cocine horrible – sonrió un poco, pellizco las mejillas de Marissa que al parecer no le gusta ya que empuja con su pequeña mano la mía
-No – apenas murmura, es la única palabra que ha aprendido a decir, solo dice no todo el tiempo.
-Veo que esa palabra se hereda, esa fue tu primera palabra – habla mi madre, ella se encuentra secando los platos
-Creo que no nos gusta nada, compartimos las mismas idea Marissa – acaricio el cabello de mi hermana y ella no hace nada, creo que eso si le gusta – Ahora di Ahh – murmuro, la niña niega con su rostro – creo que no tienes nada de simpática
-Tu tampoco eras simpático de pequeño – habla mi madre, la escucho soltar una pequeña risita, yo solo sonrió.
Continúo dando de comer a Marissa o más bien intento hacerlo, es muy bonita, creo que tiene los genes de mama, tal vez sin exagerar mi madre sea una de las mujeres más hermosas de la Isla, mis amigos me molestaban diciendo que si mama estuviera soltera ellos si se casarían con ella sin importar su edad.
