Álbum de recuerdos

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Son momentos y detalles significativos de la vida, que en un solo instante están guardados en el cofre de tu mente y corazón. Un cofre que alberga tesoros que para el resto podrán ser cosas cotidianas, pero para su dueño son recuerdos que le marcaron, llenos de emociones, experiencias, enseñanzas y melancolías... son objetos, personas, y lugares que cuentan una historia, son, simplemente, lo que nos define y crea el presente, lo que puede servirnos en el futuro.

Donghae reflexionaba seriamente en eso mientras caminaba en el parque, mirando sus pies y de vez en cuando al cielo, manteniendo bien sujeta la correa en sus manos, pero sin prestar atención a donde le dirigía.

Pensaba en lo que paso luego de que HyukJae expusiera su relación a su familia, pensaba en lo mucho que le sorprendió a sus padres, y también pensaba en lo magnifico que fue todo cuando lo aceptaron sin reproches....

"-Eres nuestro hijo, y..... admito que estoy sorprendido pero, te debo tanto HyukJae, y este detalle no cambiara el amor, la confianza, y el orgullo que siento por ti ahora. Ya eres un joven que sabe tomar sus decisiones, eso es suficiente para mí."

Fue una situación que inicio siendo un completo desastre, una incómoda atmósfera hasta que el hombre abrió la boca. Estaba pálido como el papel, parecía tener seca la garganta y ajustaba cada tres segundos su corbata; no cabía duda que estaba nervioso, confuso, por la fuerte información soltada sin cuidado o previa preparación... ¡Joder acababan de volver a casa con sus pequeños y resultaba que uno de ellos era gay!

Sin duda HyukJae no había sido nada considerado, y Donghae daba gracias que a pesar de eso todo fuera perfectamente, o habría caído desmayado en la mesa sufriendo un ataque.

Al recordar ese momento una sonrisa fue instaurándose en su boca, la cual se ensancho cuando las palabras de la madre del pelinegro volvieron a su mente, tan dulces....

"-Bueno Donghae, te ves un chico encantador. No sé cómo ustedes dos terminaron juntos, pero....gracias por estar con mi hijo aquí y enfrentar esto. Se bienvenido a la familia, querido"

Su concentración se rompió en el segundo que su pie se atoró en la deformidad del camino, a lo que entonces llegaron a sus oídos los ladridos agudos de Choco.

Bajo la mirada al can atado a la correa azul, el cual repentinamente había dejado de avanzar para, como podía observar, llamar a un french poodle que descansaba sobre el césped despreocupado.

-¿Qué pasa? ¿No te agrada?- preguntó, consiente que no le respondería. -Vamos chiquilla, eres una dama para querer darle batalla.

Donghae jaló de la correa queriendo retomar el andar, pero Choco le miró con sus enormes ojos para luego sentarse y aullar ruidosamente. La gente les dedicaba ojeadas curiosas por lo que el azabache se sintió desesperado.

-Vamos Choco, las personas piensan que estoy torturándote- masculló inclinándose para que solo la bola de pelos pudiera oírle.

La perrita volvió a levantarse, meneando el rabo, y haciendo fiestas sin perder de vista al french poodle, a lo que el susodicho alzó la cabeza y la volteó en la dirección opuesta.

-¡Já! además es un canalla- bufó -HyukJae no permitiría esa relación nunca. ¡Vámonos ahora Choco!

Donghae fue arrastrándola siendo que ella no caminaba por su cuenta. Preocupado de que fuera a dañarla, se detuvo para tomarla en brazos. Choco empezó a gimotear, retorciéndose suavemente queriendo liberarse de él.

-¿Qué ocurre?

Levantó la cabeza y se encontró a HyukJae con una ceja enarcada, torciendo la boca angustiando por la forma dolorida en que se quejaba su preciada mascota. Hae fue a alcanzarlo y se la mostró mordiendo sus labios de ansiedad.

Blanco de lenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora