De vuelta al juego

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Choi Siwon se acercó dónde estaban todos, Kangin, Kibum y Shindong. Cuando estuvo lo suficientemente cerca para mirarla bien, quedo impactado. Tenía unos bonitos ojos redondos y unos rasgos finos como su hermano, de una carita angelical y extrañamente tierna. Sin embargo una vez más comprobaba que no todo es lo que parece...

-¡Pueden ir a joderse entre ustedes! dejen a HyukJae vivir su vida.

-Oye Sora, no queremos escándalos. La gente está mirando- reía Kangin, llevando sus manos a su rostro fingiendo asombro.

-¡Todos son un grupo de granujas imbéciles!

-Pero que insultos se sabe la monita- dijo esta vez Kibum con su estilo pasivo e indiferente. –Nosotros solo le dimos su merecido. Estamos haciéndote un favor reprendiendo a tu hermanito, querida.

-¡Sí!- secundo Shindong –Ahora que sus padres los dejaron, ¿Quién va a enseñarles modales? ¿También quieres que te enséñensenos algo?

Siwon frunció el ceño y con porte seguro iba a ir a detenerlos. Pero fue cuando paro en seco y observó como la hermana de HyukJae se las arreglaba por si sola.

-Si intentan tocarme un solo cabello, no duden en que romperé sus pelotas con un bate después. Ahora retuérzanse como los gusanos que son y apártense de mi hermano, bastardos.

Sora había utilizado muy bien su bolsa de compras, siendo que Kangin, Kibum y Shindong estaba uno alado del otro, no le costó trabajo que de una sola golpeara a los tres de corrido en la entrepierna. Tal como ella lo dijo, cayeron al suelo soportando el dolor.

-Si-Siwon...- suspiro Kangin mirándolo desde abajo, suplicándole con la mirada que hiciera algo.

-Eso ha sido increíble- mascullo el moreno. -Sora-shii...

La aludida le lanzo una mirada iracunda, y con pasos pequeños fue acortando la distancia. -¿Tu eres Siwon, Choi Siwon?

Asintió.

-Pff, otro idiota. Déjame hacerte una advertencia- prosiguió –Si intentas algo con Donghae, LO QUE SEA. Me encargare personalmente.

-¿Donghae?

-¿Estas sordo?- gruño la chica enterrando el tacón de su zapato en el pie derecho de Siwon, sujetándolo por el cuello de su chaqueta. –Se de tus intensiones con Donghae, y que HyukJae no este para joderte el plan no significa que puedas sentirte confiado.

Aturdido y con un dolor punzante bajo su zapato, vio como Sora daba media vuelta refunfuñando y caminando con los hombros tensos hacia la siguiente cuadra. Era una mujer de carácter duro e intimidante, de hecho, cualquier mujer molesta podía ser la imagen de un demonio.

-Ella es extraña, pero joder, que nos ha puesto a todos en nuestro lugar.

Sus compañeros se levantaron tambaleándose, perforándolo con los ojos al tiempo que gritaban al unísono:

-¡Ya cierra la boca!

-En vez de que hicieras algo, ¿Qué pasa contigo Choi?- reclamo Shindong usándolo como poste.

-Mejor explíquense, ¿Qué es lo que estaba pasando?

Kibum bufo acomodándose la ropa, sonriendo levemente después de recordar como inicio todo. –Solo la encontramos de camino. Le preguntamos amablemente sobre el estado de HyukJae, luego fue lo que viste.

-¿Amablemente? Ya me imagino eso- ironizo Siwon, frunciendo el ceño.

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Tamborileaba los dedos sobre el mostrador, aun que eran sus largas uñas las que hacían ese sonido de repiqueteo. Sun Hee miraba a la puerta a la espera de que alguien, que no fuera Yunho, entrara a la cafetería por lo menos una vez, una sola vez. Pero como últimamente era desde su llegada, nadie lo hizo.

Blanco de lenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora