"Jodido Mentiroso"

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Donghae volvió a casa luego de su misterioso y excitante encuentro en la sala de baile. Las energías de bailar, correr, o jugar con los demás se habían ido al caño luego de que lo mejor de la noche ocurrió antes del tiempo destinado. ¿Su sonrisa se había convertido en permanente? ¡No conocía ni al chico! Era extraño que cosas asi pasaran en la vida real, porque estaba seguro que lo suyo no era una novela.... Y si lo era ¿Por qué tenía que ser del tipo suspenso-dramático? La imagen de un demonio en una fiesta de máscaras era un tanto trillada para él.

Aun asi, nada cambio su estado de ánimo, y al irse a la cama los sueños se intensificaron, llegando más lejos de lo que pasó en el suelo bajo la manta de la noche.

Los días siguiente no intento buscar al joven, no hizo mayor alarde de su aventura, y vivió el día a día como cada vez que se despertaba. Al menos asi era superficialmente, porque en su cabeza muchas imágenes difuminadas manchaban su aparente inocencia.

Por otra parte, el azabache era distraído, y no habían notado que un aura extraña le seguía y emanaba de un joven atractivo... pero cruel y frio por dentro. HeeChul espiaba al menor con cautela y mucha atención; pero no porque realmente le importara el crio, solo estaba al asecho como un lobo a esperar de que la presa más grande fuera por la carnada...

-¿Porque sigues mirándole? ¡No estarás queriendo joderme ¿verdad Kim?!- Siwon gruño dejando caer los cubiertos sobre el plato, causando un molesto ruido que hizo entrecerrar los ojos a Hee con expresión dolorosa.

-Guarda silencio. No me interesa quitarte a semejante niñato- respondió colérico. –Solo es un anzuelo para atrapar un pez más gordo.

-¿Qué? ¿A quién?- se interesó rápidamente el moreno.

Pero HeeChul no tenía intensión de contarle. ¡Por supuesto que no! al menos mientras no tuviera pruebas, a pesar de la cámara con cientos de imágenes de Lee Donghae que no le parecía suficiente. Siwon no insistió, le conocía bien para saber que cuando le evadía de ese modo era porque no le sacaría ni una palabra, ¿Para qué molestarse entonces?

Kyuhyun cruzaba el comedor con su bandeja llena de alimentos "nutritivos", se detuvo a medio camino y busco con su perfecta mirada hasta encontrarlo en una mesa alejada del resto, con su móvil en mano fingiendo ser otro alumno más. Claro que él sabía que no lo era. Asi que corrió hasta su encuentro y contrario a otras veces en las que se sentaría sin pedir autorización, el menor simplemente se paró a su lado y limpio su garganta.

-¿Qué quieres?- preguntó HyukJae, rechinando los dientes y escupiéndole las palabras sin siquiera mirarlo. -¿Por qué no te largas, maldito traidor?

-Oye hyung...- hablo suavemente. –Solo escúchame, yo....

-¡Largo! No estoy para más bromas, y de no alejarte te juro que te cobrare con puños tus estupideces.

-¡Pero yo no lo hice!- se desesperó Kyuhyun dejando sobre la mesa su bandeja para enfrentarlo directamente. –Yo estuve con Changmin en toda la noche, ¿Cómo iba a hacerlo?

HyukJae trago su bocado como si se tratara de arena en su boca, elevo la cabeza lentamente, con una mirada penetrante en sus bellos ojos detrás de aquellas enormes gafas, e igual que una fiera le amenazo sin palabras. Kyuhyun no era de los que se dejaba intimidad por cualquiera, de hecho era quien causaba esa reacción en las personas, no al contrario; aun asi tomo sus alimentos con frustración pintada y avanzo dando grandes zancadas hasta la salida.

Iba gruñendo cual perro rabioso o como niño malcriado, cuando su hombro golpe el de aquel tipo afeminado que tanto odio le inspiraba.

-¿Por qué esa cara Kyu-ah?

Blanco de lenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora