Un pasado bien escondido

863 128 21
                                    

La infancia de algunos podía ser difícil, muchos ni siquiera eran capaces de decir que habían tenido una.

Desde que el negocio familia dejo de funcionar y traer ingresos al hogar, habían tenido una vida dura. Las colegiaturas costaban un ojo de la cara y todos los materiales y libros que requería representaban un golpe extra a esa economía. A pesar de aquello, sus padres seguían esforzándose por darle la clase de educación que necesitaba, incluso tratar de que no le faltara lo más importante.

Lee Eunhyuk no se graduó con el mejor de los promedios, tampoco tuvo grandes logros en la escuela elemental o la secundaria. Pasaba las materias con la calificación media, manteniéndose asi hasta el final del periodo.

Era un niño que continuamente se encontraba envuelto en problemas, no porque los buscara, simplemente estos llegaban solos.

-¿Tu madre volvió a preparar kimchi para hoy? Tenemos hambre.

-P-pero es mi comida.

-¡Entrega eso si no quieres que te golpeemos!

-Por....por favor. Mi mamá lo hizo especialmente para mí.

-El mocoso se está poniendo pesado. Dime Eun, ¿Tu madre sigue mendigando en las esquinas para esto?

Siempre que aparecían esos chiquillos, que por alguna razón no podían nunca entender su situación, Eunhyuk terminaba del mismo modo...

-¡Mira como llora! Es todo un blando. Escucha bien Eunhyuk, no intentes hacerte el hombrecito, todos sabemos que tú y tu jodida familia jamás llegaran a ninguna parte. Un día ya no podrán contigo, y terminaras en un sucio agujero como ahora.

Pero eran cosas que con algo de fuerza, amor, y apoyo podían superarse. Eunhyuk logro entrar al instituto, y para ese entonces las cosas iban diferentes. Tenía un trabajo de medio tiempo, sus padres estaban recuperándose, y todo andaba viento en popa.

Sin embargo aún tenía algunos enemigos, y se ganaba más gracias a la actitud que había adoptado en la adolescencia. No podía confiar fácilmente en las personas y tenía la costumbre de analizarlas a todas; era egocéntrico. A veces, cuando pasas por momentos en los que añoras cosas que no puedes tener ni permitirte, comienzas a pensar que lo material es lo más importante por culpa de la necesidad, asi fue como Eunhyuk termino volviéndose superficial.

Su lista de amigos estaba en ceros. Vivir solo le causaba leves recaídas emocionales. Tenía que cuidar su espalda y seguir con la imagen despreocupada que cargaban siempre, para que de aquel modo pocos se interesaran en dañarlo.

Una vez, un tipo llego a plantársele enfrente con aire de superioridad y una imagen sugestiva...

-¿Podrías apartarte?

-¿Es una orden o una petición?

-No lo volveré a repetir. APARTATE.

-Así que es una orden. Lo siento hermoso, pero llegue antes ¿has escuchado sobre que hay que esperar su turno?

-A la jodida. Soy Kim HeeChul.

-Un placer, Lee EunHyuk...

-¿Estás jugando conmigo?

-Dígame usted. Eres quien quiere sacarme de la fila solo por no querer esperar.

-Hum...bastardo, pero que ingeniosa respuesta.

Luego de ese día, fue una lucha constante por todo y nada a la vez. Competencia y buenas respuestas cada que se topaban de frente, al principio todos creyeron que serían enemigos, temían de sus enfados. Pero la jugada les salió diferente a ambos...

-Te odio tanto Lee, casi igual que como me gustas.

-¿Gustarle? ¿Quiere tirarse a la cama conmigo o algo? Porque entonces estoy dispuesto.

-No, ¿Qué no me has oído? Te odio jodidamente como para compartir sabanas. Pero me gustas, estoy... ¿podría estar enamorado? Es una locura.

-Espero que no. Porque yo solo acepto una noche. Solo eso Kim. No me gusta ni un poco.

Había tenido amantes, había tenido una vida libertina también, jamás se arrepintió de ello. Pero ese día.... Como le habría gustaba no haber dicho aquello. Como le habría gustado....

No ser tan idiota. 

Blanco de lenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora