La historia que Charlie Weasley contó

Magsimula sa umpisa
                                    

—El pobre Teddy está destrozado—continuó diciendo Hermione, con un hilo de voz—. Y ni siquiera quiere hablar con Harry o con Andrómeda...

Todos permanecieron en silencio durante unos segundos. De pronto, a Bill se le ocurrió una idea. Que Charlie acabara de llegar les iría de perlas.

—Harry—murmuró él—. Sé que tanto tú como Andrómeda debéis ser quienes escojan el mejor modo de explicarle lo sucedido, pero...—se volvió hacia Charlie—. Deja que él hable con Teddy.

Harry arqueó las cejas, extrañado, y Charlie soltó una risa nerviosa.

—Tienes que estar de coña.

— ¡Cuida ese lenguaje, Charles!—le riñó la señora Weasley.

—William, ¡no puedes estar hablando en serio!—siguió diciendo Charlie, ignorando a su madre. Solo llamaba a su hermano mayor por su nombre completo cuando estaba enfadado o en total desacuerdo con él; y aquel era uno de esos casos—. ¡Yo no puedo ser quien se lo cuente! ¡Y tú sabes perfectamente porqué!

—Ese "porqué" es la exacta razón por la que debes ser tú—replicó su hermano—. Tú conocías a Tonks mejor que nadie de nosotros. Tú podrás contarle lo increíble que era, y además...

Charlie soltó una risa amarga en su cara, interrumpiéndolo.

— ¡Oh, claro, qué buena idea!—ironizó—. ¡Ya de paso, puedo decirle que estaba enamorado de ella! Es más, ¿sabes qué? ¡Quizás también pueda añadir que preferiría ser yo su padre en vez de que lo fuera Lupin!

Tanto Ginny como Hermione dejaron escapar un grito ahogado. La familia entera se quedó de piedra ante la bomba que acababa de soltar Charlie. Este, al percatarse del secreto que acababa de revelar, se llevó una mano a la sien, y se maldijo a sí mismo para sus adentros. Ni siquiera le hizo falta girarse, pues sabía que todos le miraban con una enorme pena. Y eso era precisamente lo que llevaba intentado evitar todos aquellos años.

—Entonces... Aquello que dijo Skeeter en ese reportaje... ¿Era verdad...?—murmuró Ron, impactado—. ¿La... querías...?

Charlie cerró los puños con fuerza. Su madre corrió a abrazarle, mientras se lamentaba:

—Charlie, cielo, ¿por qué no nos dijiste nada? ¡Nunca nos tomamos seriamente los artículos de Skeeter, ya lo sabes! ¡Nunca pensé que...! ¡Oh, Charlie, si lo hubiéramos sabido...!

—Habríais montado el escándalo que estáis montando ahora, cosa que es innecesaria. Estoy bien—les aseguró, aunque a su madre no le pareció que sonara muy convincente—. Llevo lidiando con ello mucho tiempo. Más del que os imagináis.

— ¿Y tú lo sabías?—le preguntó la señora Weasley al mayor de sus hijos. Bill se encogió de hombros—. ¿¡Y no dijiste nada?!

— ¡Me pidió que guardara el secreto, mamá!—le espetó Bill.

La señora Weasley volvió a lamentarse por todas las veces que había intentado emparejar a Bill con Tonks antes de su boda con Fleur. No paraba de disculparse con Charlie por no haberse dado cuenta de aquello; por no haber podido ayudarle cuando lo necesitaba. Por no haber podido darle todo el apoyo que hubiera querido en el momento en que Tonks murió. Charlie le repetía que no tenía importancia.

—Mamá... Fred también acababa de morir... No podía... No podía traer más desgracias a la familia...

Y mientras toda aquella escena sucedía, Harry tuvo una tremenda sensación de deja-vu. Desde hacía ya varios años, él conocía una historia muy similar a la de Charlie. Una historia en la cual él mismo había participado. Dio un paso adelante, y dijo:

Harry Potter: Historias de la nueva generaciónTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon