Harry Potter: Historias de la nueva generación

Punto para Charlie Weasley

<<Los trapos sucios de la familia Weasley:

¿Habrían pensado alguna vez, queridos lectores, que esta familia pudiera ser capaz de cometer crímenes contra nuestro mundo? Lo sé, es impactante. Difícil de asimilar. Pero después de meses de investigación, hemos descubierto algo que les va a dejar de piedra. Como recordarán, hace cosa de un año, los Aurores acabaron con la vida de Augustus Rookwood, un mortífago leal a la marca tenebrosa. Para ser exactos, fue Ronald Weasley quien lanzó la maldición asesina, o eso es lo que nos han hecho creer todos estos meses.

Sin embargo, fue otro Weasley quien pronunció aquellas palabras.

Queridos lectores, no se lo podrán creer, pero fue Percival Weasley quien mató a Rookwood. Con esto no estoy pretendiendo insinuar que estoy de parte del mortífago. Pero Percival no es un Auror. No le está permitido a ningún mago que no sea uno de ellos usar esa maldición sin acabar en Azkaban. Así pues, ¿qué creen ustedes que debería pasar con Percival? Recuerden que es padre, y que está casado con una muggle llamada Audrey Holmes. Tenemos motivos para creer que Audrey está al corriente de toda esta situación, y entonces, ser una muggle podría resultar un auténtico inconveniente para ella si de verdad está involucrada, pues no me extrañaría que el Wizengamot decidiera juzgarla de nuevo para decidir si conserva su memoria o no sobre todo lo relacionado con el mundo mágico. Porque sí, es cierto que ella ahora forma parte de una familia de magos, pero su verdadera naturaleza no es la de una bruja. Después de ver de lo que es capaz su propia familia, ¿nos considerará un peligro a todos? ¿Podría delatarnos al resto de muggles?>>

La puerta del despacho de Skeeter se abrió de un golpe seco, y una figura pelirroja apareció tras ella.

— ¡Oiga! ¡Usted no puede entrar aquí!—gritaba su secretario.

—No te preocupes—murmuró Skeeter, ajustándose las gafas—. Déjalo pasar.

Su ayudante, aunque no muy convencido, asintió, y los dejó a solas para que pudieran mantener una conversación privada.

—Adelante, no seas tímido, Charles—la periodista le sonrió de un modo que no inspiraba demasiada confianza.

Charlie avanzó hasta la silla que había enfrente de su escritorio; pero no se sentó. Se quedó de pie tras el respaldo, y miró a Skeeter con el ceño fruncido. Señaló con la cabeza su pluma mágica, e hizo entender a la mujer que no diría una palabra hasta que despareciera de su vista. Ella la guardó en un cajón, y esperó pacientemente a oír lo que Charlie tenía que decir. El chico agarró la hoja que había estado escribiendo unos minutos atrás y la ojeó con desprecio.

— ¿"Los trapos sucios de la familia Weasley"? Qué original.

—Me da que no has venido hasta aquí solo para criticar mis títulos, querido Charles.

Charlie siguió sin relajar la expresión de su rostro.

—Desde que publicó aquel primer reportaje sobre nosotros no ha hecho más que causarnos problemas. Pero siempre hemos conseguido salir de ellos. Pero ahora, con eso no le basta. Quiere enviar a mi hermano pequeño a la cárcel por algo que no hizo.

—Charles, no tienes por qué mentir. Sabes tan bien como yo que fue Percival quien lanzó ese hechizo; no Ronald.

—No pienso admitir nada delante de usted. Las paredes tienen oídos. Y su estúpida pluma también—añadió, entre dientes. Hizo una breve pausa—. Se lo advertí. Le advertí que dejara en paz a mi familia. No una, sino varias veces. Y le aseguro que soy capaz de cualquier cosa con tal de proteger a mi familia.

—Dime, Charles, ¿esta ira que muestras se debe a que sigues sin poder superar la pérdida de Nymphadora?

—Mi cuñada es psicóloga, no necesito que usted me haga sesiones de terapia—por un momento, se sintió orgulloso de que Audrey le hubiera enseñado ese vocabulario muggle, porque durante unos segundos, pudo ver confusión y desconcierto en la cara de Skeeter, y lo disfrutó de lo lindo—. Escúcheme, Skeeter. Sé quién es usted. O más bien, sé lo que es. Y si vuelve a escribir más mentiras sobre el miembro que sea, tanto de la familia Weasley como Potter, le aseguro que se arrepentirá. Contaré al mundo mágico su secreto, y será usted quien acabe en Azkaban.