Harry Potter: Historias de la nueva generación

La historia no contada de Charlie Weasley

Un pequeño aviso antes de empezar: En esta historia, la mayoría de los hechos sucenden antes de la guerra (supongo que al leerla ya lo habríais averiguado por vosotros mismos, pero yo aviso por si las moscas).

En fin, que no os entretengo más. Disfrutad.

~ 💫 ~ 

Aunque su hermano mayor hubiera sido aceptado en Hogwarts años atrás, Charles Weasley no pudo evitar emocionarse como nunca antes al recibir la carta de la escuela. Así que, ese 1 de septiembre de 1984, Charlie subió al Hogwarts Express, con algo de temor. Sus padres y sus hermanos menores estaban a tan solo unos metros de él dándole ánimos, pero ni siquiera eso conseguía calmarle. Bill, al llevar ya un par de años en Hogwarts, le había dado varios consejos para que todo le resultara más sencillo una vez llegara a la escuela. <<Intenta hacer amigos en el tren>>>, le dijo su hermano mayor. Charlie no estaba seguro de cómo podía conseguir amigos. Miraba a su alrededor y todo el mundo parecía muchísimo más alto (aunque él siempre había sido un renacuajo). Avanzó hasta el final del pasillo, buscando algún compartimento que estuviera vacío; pero no quedaba ni uno. Buscó a Bill a su alrededor para poder viajar junto a él, pero este parecía muy ocupado charlando con unos compañeros de su curso. No tenía ni idea de qué hacer.

—Eh, ¿por qué no te sientas con nosotros?

Charlie se giró, y vio que aquella voz provenía de un compartimento donde había dos personas que parecían de su misma edad. Eran dos chicos; ambos más altos que él, pero sonreían a Charlie enormemente, invitándole a viajar con ellos.

—Gracias—dijo Charlie, entrando al compartimento. Dejó su baúl debajo del asiento, y el mismo chico que le había hablado antes le tendió la mano.

—Soy Christian Mills. Pero puedes llamarme Chris.

Charlie le estrechó la mano.

—Charles. Charles Weasley.

— ¿Weasley?—dejó escapar el otro muchacho—. Vosotros erais la familia esa de traidores de la sangre, ¿no?—Charlie no supo qué decir—. Tranquilo, soy mestizo. No le doy importancia a ese tipo de cosas. Soy Dylan Hawkins, por cierto.

—Un placer—murmuró el pelirrojo, bastante inseguro de que realmente fuera "un placer" el conocerle.

Chris era todo un charlatán, y enseguida Charlie descubrió que tenía varias cosas en común con él; sobre todo su pasión por el quidditch. Y, al parecer, Dylan no era tan mal chico después de todo. Les compró una rana de chocolate a cada uno, y eso hizo que a Charlie le empezara a caer mejor.

— ¿Podemos sentarnos?

Los tres muchachos volvieron la cabeza hacia la entrada del compartimento. Dos chicas, una bajita de pelo negro, y otra algo más alta que Charlie y de pelo castaño, acababan de aparecer en frente de sus narices.

— ¡Claro!—sonrió Chris, con la cara cubierta de chocolate.

Las dos entraron, y se sentaron en frente de Charlie y Dylan. La primera de ellas se presentó como Mary Strauss, y era hija de muggles. La segunda fue la que más llamó la atención de Charlie. No solo por su nombre tan estrafalario, Nymphadora Tonks, sino porque tenía un don que el pelirrojo admiró desde el primer momento.

—Observad—les dijo ella. Los cuatro la miraron con atención, y su pelo cambió radicalmente de castaño a rosa chicle.

— ¡Vaya! ¡Alucinante!—exclamó Chris.

— ¿Dónde has aprendido ese hechizo?—quiso saber Dylan.

Ella rio.

—No es exactamente un hechizo. Nací con esta habilidad. Soy metafor... metama...