Ella sonríe sin mostrar los dientes, en respuesta al saludo de Justin. Él sin dejar de ser cortés o hacer su trabajo, abre la puerta de la Suburban negra, Kendall no se hace esperar más y rápidamente se adentra al coche tomando de mi mano. Después que ella ha subido, hago lo mismo y de inmediato sentimos la frescura del interior del coche, ya que el aire acondicionado está encendido y nos hace sentir mucho mejor que estar afuera en estos momentos.

Justin y el chico del hotel se encargan de acomodar todo el equipaje en la cajuela de la camioneta, mientras que Kendall y yo esperamos para emprender nuestro viaje. Siento una vibración contra el asiento del coche, entonces, Kendall se mueve de su lugar y toma su celular de la bolsa negra que cuelga de su hombro. Me quedo mirando sus movimientos y noto como ella toma una profunda respiración, para exhalar un poco exageradamente.

– ¿Ocurre algo? – Pregunto frunciendo el ceño. Kendall inmediatamente levanta la mirada hacia mí y sonríe levemente.

– No bebé. Solo son mis amigas de la agencia, las cuales me están mandado mensajes de despedida. – Informa y así queda este tema.

Veo como ella bloquea su celular y lo vuelve acomodar donde mismo. Segundos más tarde, se acerca más a mí recargando su cabeza sobre mi hombro, mientras toma mi mano para entrelazar nuestros dedos. Me quedo observando un momento tal gesto, así como también nuestras manos. Los dos relucientes anillos que adornan el anular izquierdo de Kendall llaman más que nada mi atención, debido a que esos diamantes colocados en uno de estos; me recuerda cada segundo lo que he decidido. Entonces, disimuladamente miro a mi anular y el también reluciente y redondo anillo que rodea este dedo me hace tener más pensamientos sobre la decisión que hemos tomado. Un suspiro abandona nuevamente mis labios y siento una amarga sensación.

Paso el otro brazo por el borde del asiento, haciendo que este quede por encima de los hombros de Kendall, a lo que ella toma ese gesto rápidamente, gira su rostro al mío y besa mis labios.

El típico leve pitido que se hace escuchar en los autos cuando abren las puertas, nos hace separarnos y es cuando vemos a Justin entrar.

– ¿Listos? – Pregunta con un tono animado. Coloca su cinturón de seguridad y por el espejo retrovisor puedo divisar su tonta sonrisa.

– Estamos listos. – Contesto tratando de simular el tono de su voz.

– Entonces, vámonos. – La sonrisa de Justin sigue sin dejar su rostro y yo también lo hago, debido a que decido que es mejor pensar en otras cosas.

De inmediato, nos emprendemos camino al aeropuerto internacional pasando por las transitadas calles de Nueva York. Justin enciende la radio, dejándola a un volumen bajo para no interrumpir lo que Kendall y yo podamos hablar, o simplemente por educación.

– Islas Fiji, ¿Eh? – Rompe el hielo preguntándome. Giro mi rostro al frente y puedo ver que su mirada está sobre el retrovisor una que otra vez, cuando no mira hacía el frente.

– Así es. – Mi mirada encuentra la suya y supongo que por educación, también sonrío. – Mis padres, ya sabes...– Trato de informar un poco más acerca de nuestro regalo de bodas por parte de mis padres.

– ¡Wow! – Exclama en asombro. – Vaya que tienes suerte Harry. Aprovecha cada momento que pases allá, que estar en ese paradisiaco lugar, no cualquiera persona puede ir... incluyéndome. – Su risa resuena por el auto, a lo que me hace reír también, aunque aclaro que no trato de creerme más que él, porque no lo soy.

– No digas eso, claro que puedes. – Niego con la cabeza sin dejar de reír y sin perder la divertida sensación que se crea con este chico.

– Que ingenuo eres, Harry. – Responde con toda la atención hacia el frente mientras sigue conduciendo entre las calles.

Protect Me ; Harry Styles • EDITANDO • Where stories live. Discover now