Capítulo 35: Llamadas

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Aomine miraba el teléfono en su mano con el rubor cubriendo sus mejillas. Hacía un par de horas que Tetsu le había llamado y que el vengativo de Akashi había descolgado y había colocado el aparato en su oído, no teniendo más remedio que contestar. Aquello no hubiese sido ningún problema si no fuera porque no era el único "aparato" que Akashi había colocado en él mientras atendía a su amigo. Su sonrojo se intensificó al recordar cómo Tetsu se había dado cuenta de lo que ocurría, seguramente al escucharle jadear pese a sus esfuerzos por aguantarse y disimular lo que estaba ocurriendo. Apretó el teléfono entre sus manos mientras sus labios se curvaban en una sonrisa maliciosa. Akashi se las iba a pagar, aquello no se iba a quedar así.

Miró una última vez el móvil antes de apartar la vergüenza a un lado y buscar en la agenda el número de Tetsu y darle al botón de llamar. Ambos debían estar acostumbrados a esas situaciones ya que no era la primera vez que Tetsu o Kagami les habían pillado en momentos inoportunos, pese a que era cierto que de eso hacía muchos años, pero no era algo a lo que uno se llegaba a habituar. Eran momentos demasiado íntimos como para no avergonzarse un poco cuando te pillan.

- Hola, Aomine – escuchó que le decía Tetsu al otro lado de la línea tras un par de tonos esperando a que descolgara – Te preguntaría qué tal estás, pero me imagino que nada mal.

Pese a imaginarse que su amigo tendría la misma inexpresividad de siempre, Aomine pudo apreciar el tono divertido con el que le dijo esas palabras.

- No me puedo quejar – bromeó siguiéndole la corriente a Tetsu - ¿Para qué me has llamado antes? - cambió de tema con rapidez.

- Solamente para saber cómo estabas, hacía días que Kagami y yo no sabíamos de ti y estábamos preocupados, pero ya hemos comprobado que no teníamos motivo para estarlo – dejó escapar una leve carcajada.

- Oh, vale ya, deja el cachondeo de una vez – quiso protestar molesto Aomine pero por la risa que se le escapó, se notaba que no se tomaba a mal la actitud de su amigo.

- Supongo que tienes cosas que contarme, ¿no?

- Así es, más de las que te puedes imaginar.

- Hoy es mi día libre, por lo que, si quieres, podemos quedar a tomar un café y nos ponemos al día – le sugirió Tetsu.

- Me han mandado tomar reposo, por lo que no es conveniente que salga de aquí.

- ¿Reposo? - repitió preocupado Tetsu.

- Sí, ya te contaré cuando nos veamos. Le diré al chófer de Sei que te recoja y te traiga hasta la mansión, así llegarás antes que si vas en transporte público hasta aquí.

- De acuerdo. Nos vemos en un rato, entonces – se despidió.

- Hasta ahora – le dijo Aomine antes de colgar.

Casi una hora después de esa llamada, Tetsu llegó a la mansión de Akashi acompañado de uno de sus empleados. Miró asombrado el enorme lugar, la noche en la que Kagami y él llevaron al pelirrojo hasta allí, no pudo apreciar bien la propiedad de su antiguo capitán.

- Tetsu, me alegro de verte – salió a su encuentro Aomine en cuanto cruzó el umbral – parece que ha pasado una eternidad desde la última vez que nos vimos.

- La verdad es que sí, pese a haber pasado tan sólo unos pocos días.

- Ven, vamos al salón. Allí estaremos más tranquilos – le dijo Aomine mientras le indicaba el camino.

Baloncesto callejero (Kuroko no Basuke, AkaAo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora