Perdido

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Donghae corrió a la velocidad que sus piernas le permitían, llegando a las justas a la entrada del instituto apenas listo para ir y buscar su clase. Se chocó con un par de estudiante más que le gritaban lo torpe que era, sin embargo más importante para él intentar ser puntual esta vez.

—¡Hey, alto chico!— le detuvo un amigo suyo, tomándolo por ambos hombros. —¿Qué te pasa?

—¿Qué hora es Yunho?

—Son...¡Vaya son más de las diez! ¿De nuevo estabas dormido?

—No— protestó el azabache suspirando. —Estuve buscando mi horario por todas partes, puse mi departamento boca abajo.

—¿Quieres decir que no sabes que clase vas a tomar?— La mirada frustrada de Donghae le dijo que había acertado. —¡Eres un caso Lee! Algún día perderás la cabeza.

Un chico alto y de cabello oscuro pasó a su lado cargando con un par de cuadernos, usando una bata blanca. Sin detenerse y siendo apenas visto del rostro, dijo: —La clase es bioquímica, y vas tarde.

—¡Maldición!— Donghae se despidió rápidamente de Yunho y salió disparado hacia el lado contrario que había tomado del corredor. De nuevo su meta número dos no se cumplía, llegaba tarde por decimoquinta vez.

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HyukJae cerró todos los botones de la bata a la perfección, sacó un paquete de guantes clínicos y los infló para así estirarlos y ponérselos. Por ultimo cerró el casillero llevándose simplemente un cuaderno de notas y un lápiz de puntillas.

Sin preocupaciones o prisas cruzó el pasillo hasta llegar a la puerta del laboratorio. El profesor estaba ocupado dándole un sermón al  desafortunado que no supo cómo evadirlo, así que de nuevo Jae pudo hacer de las suyas.

—Si no fuera el único que cumple con las participaciones diarias, aunque siempre sea incorrecto, ¡Ahora mismo estaría en detención por sus faltas!

—Sí, profesor.

—Y no quiero escuchar otra promesa. Si vuelve a llegarme tarde no seré más  condescendiente, ¿Entendió Lee Donghae?

—S-sí.

—¡Largo, a su asiento!

El menudo estudiante aun con el cuello escondido entre sus hombros y sosteniéndose las manos al frente, caminó despacio hasta una de las mesas vacías  y abrió su cuaderno con la lentitud peor que la de una tortuga convaleciente que desesperaría a quien estuviera observándolo.... Al menos lo haría a la gran mayoría, menos a uno.

Al poco tiempo la clase de bioquímica dio inicio y cada estudiante se centró en su estudio.

Dos horas después...

—Recuerden traer sus proyectos la semana siguiente, o ustedes grupo de asnos sabrán lo que significa: "RE-PRO-BAR"

—Disculpe profesor.

—¿Si, Siwon?

—Dijo que podíamos trabajar en parejas.

El hombro frunció el ceño y se recargó más en su escritorio. –Lo dije. Así como también les advertí que de hacerlo entre dos, la cantidad de páginas se extendería. No quiero holgazanes representando mi materia.

El moreno sonrió ladino, viendo de reojo como Lee Donghae recogía sus pocas pertenencias para ir a su siguiente clase.

—Entonces quiero que me autorice una pareja. Quiero hacer mi proyecto con el segundo Lee de la clase.

Blanco de lenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora