Capítulo 37

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Alejandra trato de no quedarse boquiabierta por el lujo que la rodeaba y tomar asiento en el avión privado de Rafael. Cuando la tripulación la hubo acomodado en el lujoso sofá, le ofrecieron una copa de champán y un pequeño paquete con una nota.

Con manos temblorosas, abrió la nota en primer lugar.

"No quieres dinero ni regalos míos, pero espero que aceptes esto. Rafael"

El paquete contenía una grabadora, lo suficientemente pequeña para poder metérsela en un bolsillo, con unos cascos. Asombrada por aquel regalo, la encendió y escucho la voz de Rafael, resumiéndole todos y cada uno de los detalles de las cuentas. Le explicaba una vez más todo lo que tenia que saber para enfrentarse a su padre. Sintió que los ojos se le llenaron de lagrimas y se dio cuenta del tiempo que el debería haber tardado en grabarlo y lo que significaba aquel gesto.

Tal vez no la amaba, pero si sentía algo por ella. Tenia que ser así. De otro modo, ¿Por qué se habría tomado tantas molestias?

Decidida a reunirse de inmediato con su padre para volver cuanto antes a Brasil, repaso todos los datos de la cinta y durmió durante el resto del vuelo.

Cuando por fin aterrizaron en Londres, ya había oscurecido y lloviznaba. Alejandra deseo poder volver a meterse en el avión para regresar inmediatamente a la selva. No lo hizo. Dejo que la llevaran a un a sección reservada VIPS y, mientras disfrutaba de la novedad de no tener que abrirse paso en medio de un montón de pasajeros, algo le llamo la atención.

Su rostro.

Estaba en la portada de un periódico. Durante un momento, se quedo mirando en silencio la fotografía y luego lanzo un gemido de incredulidad. Atónita, lo tomo y leyó el titular.

El nuevo amor de Medina en la selva. Página cuatro para la historia completa.

¿Qué historia completa? El corazón la golpeaba con fuerza en el pecho. Rápidamente paso las paginas hasta que encontró la que buscaba.

El donjuán y multimillonario brasileño Rafael Medina ha estado retozando en la selva con la empresaria rubia Alejandra Álvarez del Castillo, dueña de café Brasil, una cadena de cafeterías y tiendas por todo Londres y el sureste. Desde su millonario divorcio con la actriz Marian Celeste, Medina se había convertido prácticamente en un recluso. En una ocasión, dijo de las mujeres que "eran" como el ajo: agradable al principio, pero con un regusto amargo el día después. En estos momentos, parece estar comiéndose sus palabras dado que esta manteniendo una relación intima con otra rubia. Según el padre de esta, Jorge Álvarez del Castillo, el pequeño negocio de Alejandra esta pasando por dificultades por lo que probablemente ella esta buscando una generosa inyección de dinero por parte de su acaudalado amante...

Incapaz de seguir leyendo, Alejandra se quedo de pie, completamente horrorizada. Su padre había vendido la noticia a la prensa. ¡Que historia? No había nada que contar. Había ido a visitar a Rafael a la selva. ¿Qué más había que contar? ¿Qué más podía saber? Nada. Habían estado a solas, lejos de todo el mundo. ¿Acaso no vivía Rafael allí para escapar de ese tipo de presión?

A pesar de la repugnancia que sentía, se obligo a leer el resto del artículo. Después, tiro el periódico. El hecho de no saber nada no le había impedido realizar una serie de afirmaciones infundadas ideadas para vender periódicos.

La Ira dio paso a la ansiedad y al miedo. Pobre Rafael. ¿Creería que era ella la responsable? Tal vez si, tal vez no, pero no era exactamente el tipo de cosa que odiaba, parte de la razón por la que se sentía tan desilusionado. El hecho de que pudiera pensar que ella había formado parte de todo aquello le hacia sentir nauseas.

A toda velocidad se dirigió a la salida para tomar un taxi, olvidándose que se tenía que reunir con el chofer que Rafael tenía en Londres. Se metió en el vehiculo tratando aun de comprender el hecho de que su padre había vuelto a hacer todo lo posible por hacerle daño. En aquella ocasión había tenido más éxito del que jamás hubiera soñado.

Su relación con Rafael había terminado. Tenia que terminar. ¿Qué elección le quedaba a ella? ¿Cómo podía exponerlo a aquella clase de escrutinio público, a el que tan fieramente guardaba su intimidad?

Por ella, su nombre volvía a estar una vez más en los periódicos.

Si proseguía su relación con Rafael, su padre siempre encontraría el modo de sacar dinero de ello. Jorge Álvarez del Castillo era esa clase de persona.

Alejandra amaba demasiado a Rafael como para dejar que eso ocurriera.

Tres días más tarde, Rafael estaba paseando de arriba abajo por el salón de su mansión, situada en la parte más exclusiva de Londres. Solo una grave crisis lo había sacado de su casa de la selva, pero, en aquella ocasión, no pensaba en los negocios. Estaba pensando en Alejandra.

En aquel momento en el que ella se marcho, Rafael se dio cuenta de que había cometido un error al dejarla ir. No podía enfrentarse a su padre sola. Inmediatamente, había llamado al equipo que tenia en Londres para darles instrucciones de que la mantuvieran a salvo en su mansión hasta que el llegara. Fue entonces cuando descubrió que nadie la había visto desde su llegada a la capital británica.

Tratando de controlar su Ira, se volvió a mirar al hombre que estaba de pie al lado de la mesa.

-¿Me esta usted diciendo que enserio se ha evaporado?

-Así es, señor.

-Salio de Río en mi avión. ¿En que momento se la s arreglo usted exactamente para perderla?

-Sinceramente no estamos seguros, señor. Estaba caminado por el aeropuerto cuando, de repente, desapareció.

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Feliz Viernes 😍😘🎊

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