Capítulo 11

4.3K 463 14
                                    

-Esto no es un paseo por la naturaleza -replico el, con malos modos-. Nos refugiaremos un momento.

Rafael la empujo bajo el abrigo que podría proporcionarles el árbol más cercano. Ella se apartó el cabello de la cara y él pudo comprobar que los ojos de la joven brillaban de la risa. A Rafael le parecía que ella se estaba divirtiendo.

-¿De qué sirve que no refugiemos aquí? Cuando ya estamos completamente empapados, es imposible que nos mojemos más.

Llevaban andando más de una hora. Ella debía de estar cansada, pero no se había quejado ni una sola vez. De mala gana, Rafael sintió cierta admiración por ella y experimento una repentina reacción en su cuerpo.

Enojado con su propia respuesta, Rafael bajo la cabeza para mirar al sendero, pero, inmediatamente, volvió a mirarla a ella.

¿Qué tenía aquella mujer que lo turbaba de aquella manera, además de carácter de cualidades que el admiraba?

Estaba apoyada contra el tronco de un árbol. Había cerrado los ojos mientras aspiraba la esencia de la selva. Su transformación de chica de ciudad en ninfa de los bosques resultaba casi sexual. Tenía las mejillas húmedas y sonrosadas y parecía fundirse perfectamente con la naturaleza que la rodeaba, era como si fuera parte del bosque, colocada allí para tentar a los hombres.

Y así lo hacía.

El deseo se apodero de él de tal manera que tuvo que apartar los ojos de la boca de ella. Al mirar hacia abajo, vio que la lluvia había convertido casi en transparente la camisa blanca que llevaba puesta y le ofrecía una tentadora visión a través de la tela húmeda, resaltando unos firmes pechos y unos pezones erectos. Los pantalones estaban cubiertos de barro, al igual que los zapatos, pero no recordaba haberse sentido tan atraído por una mujer desde hacía mucho tiempo. Se había despertado dentro de él algo muy peligroso.

Ella pareció notar algo porque lo miro con cautela. Poco a poco, este sentimiento fue dejando paso a algo muy diferente, algo que los dos parecían compartir. Durante un largo instante, ninguno fue capaz de articular palabra. El aire restallaba presa de la química que había estado presente entre ambos desde el primer momento en el que se conocieron.

Presa de los instintos más básicos, Rafael dio un paso al frente y la beso en la boca. La unión sexual fue casi instantánea. La apretó con fuerza contra el tronco del árbol y sintió como la boca de Alejandra se abría poco a poco bajo la presión de la de él. Tras realizar un extraño sonido, ella le rodeo el cuello con los brazos y se apretó con fuerza a él.

Rafael le coloco las manos sobre las caderas, sobre la estrecha banda de piel que quedaba al descubierto entre camisa y pantalón. La ropa de ella estaba húmeda, pero Rafael era capaz de sentir el calor de carne ardiendo contra la de él. Tras acariciar suavemente la estrecha cintura, fue subiendo la mano hasta encontrar un pecho.

A través de la húmeda tela, noto el erecto pezón y sintió como el cuerpo de Alejandra se estremecía con una intensidad que igualaba la de él. Impaciente por estar aún más cerca de ella, deslizo los dedos por debajo de la fina tela y toco la cálida piel.

El calor entre ambos alcanzo su punto álgido.

Alejandra lanzo un grito y su boca se separó de la de el durante un momento. Inmediatamente, volvieron a unirse al mismo tiempo que ella empezaba a desabrocharle la camisa, se la abría y le tocaba la piel del torso por primera vez.

Los sonidos de la selva los rodeaban, pero Rafael no escuchaba nada más que los suaves gemidos de Alejandra y su propia respiración, creando una magia que los aislaba de todo.

La lengua de Rafael exploro los secretos más íntimos de la boca de Alejandra mientras él le colocaba las manos sobre la cremallera de los pantalones. Estaba a punto de desnudarla, de dejar que el apetito sexual se apoderara de ellos y explotara con la intensidad de la necesidad primitiva cuando ella se lo impidió con las manos.

-No... No podemos hacer esto -susurro-. Tenemos que detenernos.

Rafael tardo un momento en reaccionar. Entonces dio un paso atrás, sin comprender. ¿Por qué quería parar?

-Confía en mí... Te aseguro que nadie va a pasar por aquí, si es eso lo que te preocupa.



---------------------
Comenten y denle fav porfa. Ayúdenme a que otros la lean porfis!

Ya la historia está completa, solo tengo que publicarla, pero necesito saber si les gusta!

Jungla De PasiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora