Capítulo 36

4.5K 387 2
                                    

-Bueno, es un lugar muy hermoso y, si yo tuviera una casa como esta, jamás me acercaría a una ciudad. Estoy tratando de comprenderte...

-No necesito que me comprendas. Creía que te lo había dejado bien claro.

-Al menos, lo comprendo en parte. Jamás has conocido a nadie que te quiera por ti mismo. Se lo que se siente por que a mi me ha pasado lo mismo. Efectivamente, yo no tengo que preocuparme por que alguien me quiera por mi dinero... supongo que para mi es mas fácil.

-Para mi también lo es. Simplemente ajusto mis expectativas a lo que se que me voy a encontrar. Tú tienes que hacer lo mismo. Utilizar a las personas por lo que puedan darte.

-Yo no puedo hacer eso, Rafael. Ocurra lo que ocurra en la vida de una persona, no se puede cambiar quien se es. Llevo toda la vida deseando que alguien me quiera tal y como soy. Toda la vida tratando de agradar a la gente, profesores, mi padre... pero no lo he conseguido nunca. Simplemente he conseguido desilusionarlos. Se impacientan y se frustran conmigo. ¿Quieres saber algo muy divertido?

-¿Qué?

-Tú crees que eres una persona mala y dura, pero eres el primero y el único que se ha tomado la molestia de repasar las cuentas conmigo sin impacientarse. Te has pasado una tarde entera enseñando matemáticas a alguien que no puede entenderlas sin tirarte de los pelos. Por lo tanto, deja de fingir que eres frío y cruel.

-Bueno, lo he hecho por que necesito que comprendas las cifras. Es el único modo de conseguir que puedas tener una conversación con tu padre.

-Es cierto, pero lo has hecho de una manera muy agradable, por lo que te agradezco. Eres un profesor bueno y paciente.

-Creo que te estas equivocando, Alejandra -dijo, pensando lo que sus empleados opinarían de aquella afirmación-. Soy frío y cruel.

-No. No eres así. Tienes una gran humanidad, pero ya no sabes verla en ti mismo por que te has pasado la vida con personas que se te han pegado como sangujuelas, siempre deseando algo de ti.

-Creo que estas diciendo tantas tonterías porque estas disgustada por lo de tu padre -comento él, incomodo por la conversación.

-Tal vez. Ha llegado el momento de que me enfrente a lo que tengo que hacer. ¿Te importaría que tu avión me llevara a Londres mañana?

Rafael frunció el ceño. No le gustaba que ella se marchase.

-Bueno, yo tengo que ir a Londres dentro de dos semanas. Puedes venirte conmigo entonces. Iremos a ver a tu padre juntos.

-No. Tengo que hacer esto sola y tengo que hacerlo ahora. No quiero seguir esperando.

-No quiero que vayas a ver a tu padre sola.

-Pues tengo que hacerlo, Rafael

-Muy bien -dijo él, de mala gana-. Puedes marcharte a Londres, pero mi avión te va a esperar en el aeropuerto. Podrás ir a ver a tu padre, hablar con él y luego regresar directamente aquí.

-¿Lo dices en serio? -pregunto ella, con la sorpresa iluminándole los ojos.

-Si. Quiero que regreses.

¿Por que Alejandra lo miraba de aquella manera? ¿Por qué no iba a querer él que regresara cuando el sexo con ella era tan increíble?

Jungla De PasiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora