Capítulo 33

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-Todo esta solucionado ya. El proveedor ya no trabaja en este negocio.

-¿En serio? ¿Cómo puedes estar tan seguro?

-Por que yo lo ayude a comprender que buscar un empleo alternativo era su prioridad inmediata.

-Vaya... eso nos deja solo a mi padre.

-Así es -afirmo Rafael, reclinándose en su asiento-. Aun tengo que ocuparme de él, pero todo lo demás ya esta solucionado. El hombre que esta a cargo de tus finanzas en estos momentos es inteligente y accesible. Puedes preguntarle lo que quieras.

-Gracias.

-Él se ocupara de la compra del café.

-Tenía un par de ideas al respecto.

-Tú dirás.

-Quiero dejar de emplear una tercera parte y tratar directamente con Carlos y Filomena para que el dinero vaya directamente a ellos. Además, quiero hacerlo yo misma para establecer una relación con ellos, así, si hay problemas de producción, yo seré la primera en saberlo. Si ellos tienen algo que les preocupa, podrán tratar directamente conmigo.

-Estupendo.

De repente, Alejandra se sintió muy avergonzada sin saber por que. Se puso de pie y comenzó a caminar por el despacho.

-Voy a donar un porcentaje de nuestros beneficios a una ONG que proteja a la selva amazónica. Se que eso significa una reducción de beneficios, pero este gesto no es completamente altruista. Hoy en día, muchos consumidores tienen conciencia y creo que les gustaría la idea de saber que el café que se están tomando ayuda a la selva amazónica. Tal vez podamos poner fotos en las paredes de los cafés para que todo el mundo sepa que es exactamente lo que están apoyando con el dinero que pagan por sus cafés.

-¿Por qué siempre tienes que caminar cuando estas nerviosa? Lo hiciste el primer día, cuando estabas tratando de persuadirme de que te extendiera el préstamo.

-Estar sentada me resulta demasiado estresante. Tal vez me recuerda al colegio. Bueno, ¿Qué te parece?

-¿Lo de la ONG? Bueno, creo que jamás serias multimillonaria si estas dispuesta a deshacerte de ese monto de dinero, pero no importa por que yo tengo dinero de sobra para los dos.

-No quiero tu dinero -dijo ella, muy seria.

-Estoy empezando a darme cuenta. Tú eres la primera mujer que jamás ha esperado que le de nada.

-Ya me has dado muchas cosas. Me has ayudado con las cifras, que es algo que nadie se ha molestado en hacer. Te has mostrado muy paciente conmigo sin enfadarte ni irritarte. Te has ocupado del proveedor...

-Me refería al dinero.

-Bueno, el dinero no es siempre lo que importa.

-Tal vez no. Eres una mujer muy poco corriente -afirmo Rafael, mirándola de un modo que la puso aun mas nerviosa.

-¿Por qué no se sumar?

-No. No me refería a eso -dijo él, poniéndose de pie para acercarse a ella-. En realidad, no me preocupa que no sepas ni sumar. Además, ya estoy cansado de hablar de tu negocio, de los números y de tu padre. Ahora, tenemos tiempo de ir a darnos un baño antes de que Azucena sirva la cena.

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¿Que les parece? Comenten y dentele a la estrellita ❤

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