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¡Me retracto! ¡No te vayas! —ChanYeol sostenía una de mis piernas, ya era hora de irme.

Dios, perderemos el vuelo. —BaekHyun llevo su mano a su cara antes de echarse a reír. Me había despedido de mi madre, su esposo y mi hermano ayer; es más, me llevaron a almorzar y pase parte de la tarde con ellos.

Durante la mañana me la pasé con los chicos y el resto de la tarde, hasta las cinco se lo dediqué totalmente a ChanYeol. Sip, me tomé todo un sábado para eso.

Kyung aún no creía que estaría 11,052 kilómetros lejos de él. Mi vuelo, bueno, nuestro vuelo salía a las ocho de la noche, eran las siete con quince. Y eran trece malditas horas de viaje. Estaría llegando allá a las nueve de la mañana, más o menos.

Chan...cariño...—Me agaché como pude ya que aún estaba aferrado en mi pierna. Él tenía los ojos acuosos.—. Apenas termine, volveré a casa. Trataré, Dios, te prometo que haré lo posible para venir a tu graduación.

Sabes, esto se sintió como un deja-vu. —Se levantó y me abrazó—. Aww...mi bebé se va...esto es doloroso.

Pero soy mayor que tú...—Me apretujo más.

Te voy a extrañar, Jiji. —Y otra vez ese apodo.—. Recién cumplimos un año de estar juntos y ya tienes que irte. —Sonrió con algo de tristeza—. Baek...cuídala, ¿sí?

No es responsabilidad mía si se pierde, pero está bien. —Se encogió de hombros y salió de la casa, el padre de ChanYeol nos llevaría al aeropuerto.—. ¿Si sabes que tienes que ir al aeropuerto, no ChanYeol?

※※※

Y creo que fue peor que en la casa. KyungSoo no quería soltarnos, y abordábamos en veinte minutos. Todos estaban aquí, los chicos, mi madre, mi hermano, mi "padrastro", mis tíos, mis primos, los padres de ChanYeol y ChanYeol, la familia de Baek, inclusive LuHan. Que estaba en Seúl desde hace una semana.

KyungSoo, suéltala. —Decía JongIn.

Mami...ayúdame...—Mire a mi madre y ella solo se echó a reír.—. Traidora.

Lo siento, bebé. —Me dijo con una sonrisa.

¡No, no estoy listo para dejarlos ir! ¡Por Dios, los vi crecer! Vi a JiHyun convertirse en una señorita y a Baek en un complejo de niño cachorro. Moriré en menos de cuatro años.

Perderemos el vuelo... ¡Kyung! —BaekHyun se quejó. Él nos soltó a ambos y primero beso mi frente y luego la de Baek.

Estaré pendiente a sus cuentas de Instagram. —Nos señaló a ambos, a lo que asentimos.

La madre de Baek nos abrazó fuertemente a ambos, al igual que lo hizo la madre de ChanYeol. Todos los adultos presentes hicieron exactamente eso. Abrazarnos hasta casi dejarnos sin aire.

Puede que vayamos a visitarlos de vez en cuando. ¿YongMin los recogerá allá? —Pregunto mi madre. A lo que ambos asentimos—. Cuídense, y den lo mejor de ustedes, ¿sí? Te voy a extrañar, JiHyun. —Otra vez me abrazó.

Sonará extraño, pero yo también. —Ella sonrió y yo también. Me voltee, para mirar a las personas que habían cuidado de mi por, técnicamente, toda mi vida. Mire a Baek, el cual se había alejado un poco para despedirse de HyeRan.—. Supongo que es hora de decir hasta luego. —Todos me sonrieron con nostalgia—. Volveremos en cuatro años, verán que pasan rápido. Quizá estemos por aquí en tres años, me encargaré de que sea así.

Pasajeros con destino a Nueva York, por favor aborden por la puerta 7. —Notificaron a través de un altavoz.

ChanYeol se acercó a mí, tomo mi rostro entre sus manos y se inclinó un poco para besarme. Cuando se separó, me dió un último abrazo.

¿Promesa? —Murmuró.

Promesa.

Promise. ⇨Park ChanYeol⇦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora