Promise. ⇨Park ChanYeol⇦

19

—¡Chan! ¡Orejitas! ¡Channie! —Para ser un sueño, se oían muy cerca los gritos. Un momento...

Abrí los ojos y me senté de golpe en la cama; lo siguiente que escuche fue un grito de niña y algo caer estruendosamente al suelo.

—¿JiHyun?

—No mira, HyunJi. Claro que soy yo. Llevo llamándote diez minutos. ¿Me puedes acompañar?

—¿Qué hora es?

—Diez.

—¿Cuándo despertaste? —Me levanté y ella lo hizo igual.

—Hace tres horas. Estoy acostumbrada a levantarme temprano. ¿Me acompañaras sí o no?

—¿A dónde...?

—Baek me llamó hace un rato y me dijo que tengo que ir al centro y creo que me pintaran el cabello. Y creo que eso va con todos. —Se quedó mirando un punto fijo a mi lado y luego me miró. Me causaba algo de gracia ya que tenía que mirar hacia arriba para verme a la cara. Frunció el ceño—. ¿Cuánto mides?

—Amm... 1.86 centímetros.

—Me pasas por casi veinte centímetros. Bueno, te arreglas y bajas, tu desayuno está en el microondas. Me avisas cuando termines para irnos. —Dió media vuelta y salió de mi habitación.

Me estiré y me dirigí al baño. Lave mi cara y mis dientes, para luego tomar una ducha rápida.
Al salir busque en mi armario una sudadera azul, un pantalón negro y mis zapatillas.
Cuando baje al comedor, ella estaba hablando por teléfono. Colgó en cuanto me vio.

—¿Paso algo?

—Nada. Solo que las gemelas vendrán con mis tíos.

—¿Gemelas?

—Las hermanas menores de Yixing. Tienen dos años, cumplen tres la próxima semana. Come y nos vamos, el chofer vendrá a recogernos ahora.

—¿Chofer?

—Dejemos las preguntas para después. Come.

—Eres muy mandona. —Ella rió ante mi acusación.

—Solo come y ya. Hoy tendré un día pesado y estoy tratando de tomar las cosas con calma.

Comí con calma mientras ella volvía a hablar con teléfono. Lo malo de eso, era que hablaba en chino y no le entendía nada.
Al salir de la casa aún hablaba con teléfono, pero esta vez con su tía, la señora Yuna. En la entrada había una camioneta gris y un hombre esperando fuera de ella.
Él al vernos se inclinó un poco y dijo algo. A lo que JiHyun le respondió. Subimos y el arrancó.

Media hora después estábamos entrando en un gran estudio. En mi cuello colgaba un pase que decía "Staff". Caminamos un rato hasta que entramos a un salón gigantesco por así decirlo. Allí había unos diecisiete chicos, nueve chicos y el resto eran chicas.

—¡Cariño! —Era la voz de Baek—. Hola a ti también ChanYeol.

—¡Noona! —Gritaron dos chicos más. El hermano menor de BaekHyun y un chico que no sabía quién era.

—Hola niños. ¿Qué les harán a ustedes?

—A ellos solo le cortaran un poco el cabello. A ti, te cambiaran el color al igual que los demás. Tus tíos llegan dentro de unas horas. ¿Iras al show, ChanYeol?

—Su madre lo obligó al principio. —Respondió ella por mí.

—Ahora iré por mi cuenta. —Ambos rieron.

—Puedes sentarte en los sillones de allá. Dentro de un rato traerán algunas cosas para comer. A nosotros nos harán algunas pruebas de vestuario y a probar que las chicas no se caigan con los tacones. Y luego nos cambiaran el color del cabello. A ti, mi querida y adorable JiHyun...te tocó un turquesa o así me dijeron. A mí me tocó color plata, Kai estará rubio al igual que tu primo, Kyung pelirrojo, MinSeok rosa, LuHan seguirá rubio, pero con un violeta mezclado. No sé. Me enredo con tantos colores. ¡Ponte cómodo, ChanYeol! —Gritó otra vez y se llevó a JiHyun. Serán horas muy largas.

※※※

Eran las dos de la tarde y aún seguía en ese estudio. Había almorzado McDonald's como todos los demás. Ya JongIn y su hermano habían salido, solo faltaban JiHyun y BaekHyun.

—¡JiHyun, mujer, cuando terminas! —Gritó JongIn. Al parecer estos tenían la costumbre de gritar.

Creo eso hizo que ella saliera. Primero salió Baek y luego ella. Tenía el cabello atado en una coleta. Con algunos mechones cayendo a ambos lados de su rostro.

—Lo cortaron un poco, por eso tarde más, además de que deje que se secara bien para salir. —Me miró y se acercó a mí—. Chan...puedes ir a cambiarte a la casa, tengo que ir al estadio con los demás. Recuerda llegar media hora antes. Y no olvides traer esto y los de tus papás están sobre mi buró. Agáchate un poco. —Lo hice y ella beso mi mejilla—. Ahora sí, puedes irte.

—¡Que lindos! —Gritaron los chicos detrás de ella. Ambos sonreímos.