Capítulo 35. Final - Parte 1

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Él bufó antes de hablar y yo levanté las cejas expectante. Adrián inhaló profundamente y entonces dijo:

—Abby, ya sabes por qué planeé todo esto. Lo hice por ti. Quería explicarte por qué tuve que dejarte en el bosque ese día. Necesitaba que me escucharas y estaba seguro de que no lo harías hasta que estuviéramos a solas y no tuvieras escapatoria.

—Así que, ¿decides encerrarme en una habitación? —dije enojada.

—Si me escuchas, puedes irte más rápido —replicó él mostrándome una llave que, supongo, es de la puerta de esta habitación. Suspiré pesadamente cuando él la sacó de mi vista.

—Bien —accedí—. Pero esto no significa que te perdono.

—No pensarás eso cuando salgas de aquí —dijo Adrián sonriendo y yo revoleé los ojos reprimiendo una sonrisa. 

Narra Daniela:

Acerqué mi oreja aún más a la puerta de la habitación de Adrián esperando poder escuchar algo de su conversación. Mi plan no funcionó.

Ya sabía que estaba mal espiar en ellos cuando estaban arreglando las cosas pero quería que todo saliera bien y estaba ansiosa porque algo pasara.

Traté de concentrarme en las voces de adentro de la habitación pero aún así no distinguía las palabras que decían ni tampoco podía distinguir si quien estaba hablando era Adrián o Abby. 

—¿Qué haces? —dijo una voz a mis espaldas haciéndome sobresaltar.

Volteé y me encontré con el rostro de Luke mirándome confundido.

—¡No hables tan alto! —susurré a Luke quien ahora estaba caminando hacia mi silenciosamente.

—Bien —susurró—. ¿A quién espías?

—Estoy esperando a que Abby y Adrián arreglen las cosas —. Ahora ambos teníamos nuestras orejas pegadas a la puerta.

—¿Abby y Adrián? —preguntó confundido.

—Larga historia. Te cuento luego —dije rodando los ojos. Él asintió y ambos nos concentramos en las voces.

—¿Escuchas algo? —le pregunté a Luke luego de unos minutos de silencio.

—No, ¿y tú? —respondió negando con la cabeza.

—No.

—Entonces, ¿por qué tenemos nuestras cabezas pegadas a la puerta aún?

—No lo sé —dije y reí. Luke se unió a mí y tratamos de ser lo más silencioso posible.

Aún estábamos en esa posición cuando alguien abrió la puerta de la habitación e hizo que Luke y yo cayéramos hacia el suelo dentro de la habitación.

Me levanté lo más rápido que pude y Luke me imitó. Adrián y Abby estaban al frente nuestro mirándonos con las cejas alzadas.

—No estábamos espiando —dijo Luke. Le di un golpe en el brazo y él se quejó—. ¿Por qué fue eso?

—Por no saber mentir —le dije y miré hacia Abby y Adrián al frente mío—. Lo siento, chicos.

Abby asintió y salió de la habitación con Luke detrás de ella. Yo iba a seguirlo pero, miré hacia Adrián esperando que me dijera si el plan funcionó o no. Él solo me guiñó el ojo y se alejó hacia una esquina de su cuarto. Fruncí el ceño. ¿Eso quería decir que funcionó o no?

Me fui hacia mi habitación siguiendo a Abby, quien también se dirigía hacia allá. Luke ya volvió a su trabajo y solo seríamos nosotras. Así que eso quería decir que podía preguntarle a Abby qué rayos pasó allá dentro con Adrián. Estaba ansiosa por saber.

Al llegar a mi habitación, ambas nos acomodamos en la cama. Abby no habló mucho y eso me hizo pensar que no funcionó el plan. Pero, tampoco estaba muy segura.

Pasamos unos minutos en silencio mientras Abby miraba hacia la nada y yo trataba de descifrar su expresión. ¿Había felicidad ahí? ¿O tristeza?

Cuando no soportaba la angustia de saber, decidí preguntarle.

—¿En qué piensas? —. Traté de comenzar sutilmente. Ella suspiró.

—Tú fuiste parte del plan de Adrián, ¿no? —dijo. Asentí preparándome para lo peor—. Así que ya sabes qué fue lo que me dijo.

Volví a asentir. Cuando Adrián me contó la historia de que su padre le había forzado a tratar de conquistarme quedé completamente sorprendida. Estaba estupefacta y él siguió contándome sobre cómo tuvo que dejar a Abby y cómo se sintió sobre ello. No sabía si creerle pero sabía que Adrián quería a Abby de verdad cuando me dijo que pelearía por ella sin que le importara lo que dijera su padre. Me había dicho que ya le daba igual lo que pensaba él o quién sea y supongo que es algo muy valiente que no todos los príncipes son capaces de decirlo.

Abby tenía suerte de tenerlo y él tendría aún más suerte si lograba hacer que Abby lo perdonara.

—Y, ¿lo vas a perdonar? —pregunté cuando ella se quedó callada. Ella volvió a suspirar.

—Ya lo perdoné —dijo y sentí como una pequeña sonrisa trataba de hacerse presente en mis labios. Eso me llenaba de alegría por ambos y se merecían ser felices juntos.

—Y, ¿le darás otra oportunidad?

Como ya deben saber por el título, este es el final. Es la primera parte de dos y pronto publicaré la segunda. Quizás la segunda parte sea más corta pero espero que les guste. :)

Amando lo ProhibidoWhere stories live. Discover now