Capítulo 11. El Bosque

399 31 7
                                    

Narra Luke:

Le envié un mensaje a Abby diciendo que busque a John. No le podía esconder el hecho de que su novio la engañaba con otra. John era el que estaba mal. John y yo éramos mejores amigos desde que tengo memoria. Pero, no le quitaba el hecho de que fuera un puto mujeriego.

A pesar de que me fui de ese lugar cuando golpeé a John, volví. Esta vez me escondí detrás de un basurero que apestaba a carajo. Hice una mueca de asco pero me aguanté. Abby llegaría en cualquier momento.

Me asomé para ver si seguían ahí. Y sí, John seguía ahí besándose con la rubia y haciendo...otras cosas que prefiero no explicar.

De la nada, llegó Abby sin hacer ni un ruido. Wow, esta chica era un ninja.  Ella estaba escondida en otro basurero al frente mío pero no parecía saber que yo estaba ahí. Estaba asomando la cabeza para ver. Yo hice lo mismo.

John y la rubia seguían en lo mismo. Cuando giré la cabeza para mirar a Abby ya no estaba. ¿Dónde se metió?

Escuché unos gritos de niñita venir desde donde estaban John y la rubia. En serio tengo que dejar de decirle "la rubia" a esa chica. Miré en esa dirección.

Ay, no.

Abby se había convertido en toda una fiera. Se abalanzó sobre John y le empezó a golpear la cara mientras le gritaba cosas que no lograba entender. Lo que si estaba claro era que estaba enojada...y mucho.

Supongo que ahora como el buen amigo que soy debería ir a apartarlos y llevarme a Abby antes de que termine en la cárcel por asesinato. Pero....

Esto es divertido de ver.

Seguro que pueden esperar un rato más.

Narra Adrián:

Entré al comedor y estaban todos sentados en la mesa del centro como siempre. Pero esta vez, había una nueva integrante. Seguro que era la princesa perdida, Daniela Stone. La vi más de cerca y...

Mierda. Esto no puede estar pasándome.

Esos intensos ojos azules y oscuro cabello negro de la chica del pasillo me sorprendieron. ¿Qué hacia ella aquí? O mejor, ¿qué hacia una sirvienta sentada en la mesa con la familia real?

—Adrián, ella es Daniela...nuestra hija —dijo la reina con amabilidad. Se veía más feliz desde que se enteró de que estaba viva. La miré sorprendido al comprender lo que significaba eso.

—¿O sea que tú eres la princesa? —pregunté confundido. Si esto es cierto, hace unos minutos acabo de confundir a la princesa con una sirvienta.

—¿Acaso eres sordo o qué? —dijo molesta. Olivia le dio un empujón leve en el brazo para que se comportara. Ella bufó molesta y murmuró rodando los ojos:

—Hombre tenía que ser —. Ignoré su comentario y, aún sorprendido, tomé mi asiento.

Vinieron a servirnos la comida. Toda la cena estuve mirándola detenidamente. Ella parecía incómoda al tener mi mirada posada en ella de una manera tan intensa pero no la quité.

Ella al parecer se armó de valor y me sostuvo la mirada por un largo tiempo. Estuvimos así por un buen rato, mirándonos como si estuviéramos en guerra y retándonos uno al otro para que aparte la mirada. Parecía ser lo suficientemente orgullosa como para no querer quitarme la mirada y perder este "juego".

Luego de un largo rato, aparté la mirada. Pero, no porque me intimidó. Fue porque la voz de mi padre me hizo reaccionar.

—¡Carajo! ¡Adrián, reacciona! —me gritó/susurró al oído claramente molesto. No me había dado cuenta de que todos en la mesa me estaban mirando. Fruncí el ceño confundido y todos decidieron ignorarme por completo. Todos menos mi padre, desgraciadamente.

—Tengo que hablar contigo —me dijo reprimiendo su ira y luego volvió a su postura relajada y sonrió. Seguramente parecía que iba a vomitar con lo pálido que estaba yo.

Si él quería hablar conmigo eso solo significaba una cosa. Y esa cosa era lo que me atormentaba toda mi vida. Esa cosa era lo que no me dejaba ser normal o disfrutar momentos en paz. Esa cosa era lo que me daba pesadillas en la noche. Esa cosa era lo peor que mi padre me puede hacer...

Narra Abby:

Le di un golpe bajo a John, justo en la entrepierna, y cayó de rodillas al piso quejándose. Le di otro en su mandíbula y después en el ojo. Disfruté cada momento de esto mientras pensaba en todas las mentiras que me decía. Cuando me decía que me amaba o cuando me decía que me quería...era todo mentira.

Así que, con esas imágenes en mi cabeza y la risa triunfadora de la zorra con quien estaba John, seguí dándole golpes. Disfruté cada segundo y cada grito de niñita que pegó John. Me estaba volviendo una psicópata y seguramente me llevarían a la cárcel por asesinato pero no me importaba. Ahora mismo lo único que me importaba era romperle la cara a John y conseguir mi venganza.

De la nada, unos brazos rodearon mi cintura y me apartaron de John.

—¡Ven aquí, desgraciado! —gritaba mientras trataba de salir de los brazos rodeándome la cintura e impidiéndome a romperle la cara a John.

—Abby, cálmate —. Era Luke. Eso es más fácil decirlo que hacerlo. Traté, una vez más, de atacar a John pero Luke no me dejó. Bufé molesta y me fui de ese lugar.

No quería estar ahí. No quería ver la sonrisa triunfadora de la estúpida aquella. No quería ver los ojos de Luke mirándome con pena. Pero, sobre todo, no quería ver la cara de John después de lo que me hizo. Ojalá se le haya encogido tras el golpe bajo que le di.

•••

Seguí caminando inconscientemente por todo el pueblo. No sabía a donde iba pero, luego de unos minutos, me encontraba en un bosque que estaba cerca de la casa de Daniela. Evité pensar en ella y me adentré más al bosque. Luego de un rato, me senté en un tronco ancho que estaba en el piso.

En menos de una semana me había enterado que mi mejor amiga era una princesa y me tuve que despedir de ella lo más rápido posible. Luego, cuando ya pensé que las cosas no podían ponerse peor, el estúpido de John sobrepasó mis límites.

No me contuve más y las lágrimas comenzaron a salir de mis ojos sin pedir mi consentimiento. Luego de eso, vinieron los sollozos.

Después de un rato, manejé las sollozos y logré tranquilizarme un poco pero las lágrimas no dejaban de caer después de un largo rato. No me había fijado en el lugar donde estaba. Tampoco me fijé si estaba sola pero, al escuchar a alguien aclararse la garganta supe que no estaba sola.

Me sobresalté al escucharlo y me paré del tronco rápidamente. Limpié mis lágrimas lo más rápido que pude y volteé hacia de donde vino el sonido.

—¿Quién eres? —le pregunté.

---------------------------------------------
Luke en multimedia.
¡Hola chicos! Quería avisarles que de ahora en adelante, subiré 2 o 3 capítulos por semanas ya que tengo menos tiempo para escribir. :(

Amando lo ProhibidoWhere stories live. Discover now