Capítulo 3. El Anuncio

505 40 2
                                    

Narra Adrián:

—¿Qué? Eso es imposible. Ella estaba muerta —empecé a decir rápidamente. Ya todos conocíamos la historia de la Princesa Katherine. Ella nació y fue feliz pero murió por un accidente misterioso. Nadie sabía qué pasó en ese accidente a excepción del rey y la reina, ya que no quisieron decirles a nadie porque era muy doloroso. Me habían contado que ella era hermosa y que, si estuviera viva, estaríamos planeando nuestra boda ahora mismo.

—Creo que deberíamos contarles —le dijo la Reina Emily al rey. Mi padre, mi hermano y yo los mirábamos confundidos.

—Sí. Debemos contarles —respondió el rey seguro. Entonces nos contaron la verdad.

Nos dijeron que su hija nunca murió; que solo la capturaron y la secuestraron los rebeldes. Tensé los músculos al escuchar sobre los rebeldes. Eran despiadados y estaban dispuestos a matar. Los súbditos no sabían ni podían saber nada de ellos. Así que, inventaron una historia para que nadie hiciera preguntas y todo el pueblo se la creyó. Pero, hace unos días un empleado les dijo que la princesa había sido capturada cuando bebé pero que no la llevaron a ningún lugar. Eso quería decir, que la Princesa Katherine puede estar viva y ¿lo mejor?...es que puede estar en este mismo pueblo.

—Deben hacer una búsqueda o algo para encontrarla —sugerí yo al procesar la información. El rey me miró como si estuviera loco. No recuerdo cuando conocía a Katherine ya que tenía 3 años cuando todo sucedió. Pero, todos me hablaban tantas maravillas de ella que me era imposible no quedar fascinado con ella. Parecía un idiota. Ni siquiera la conocía y ya me agradaba.

—No podemos hacer eso —dijo el rey.

—¿Qué? ¿Por qué no? —pregunté sin poder entender.

—Si hacemos eso tendríamos que decirles de los rebeldes y eso no es una opción.

—Pero, ¿acaso no quieren saber si su hija está por ahí? ¿No quieren encontrarla? ¿Conocerla?

El rey lo consideró y ya podía ver una chispa de esperanza en los ojos de la reina.

—Podríamos inventar otra historia —le dijo la reina al rey esperanzada. El rey miró a la reina y su expresión se suavizó. Era muy lindo como todo el amor que sentían uno por el otro se veía a simple vista. Parecían el ejemplo perfecto para lo que debía ser el amor. No pude evitar preguntarme si quizás eso me pasaría a mi.

—Bien. Le diremos a Nelson que haga un anuncio hoy en la noche por el programa —decidió el rey.

Sonreí triunfador y mi padre también. Eso solo hizo que me asustara. Si esto le agradaba a mi padre no me imaginaba lo que estaba pasando por su cabeza en este instante.

La reina también sonrió y se podía ver que ya estaba ilusionándose con la idea de conocer a su hija. Espero que no se decepcione...otra vez. El rey trató de aguantar la sonrisa pero al ver a la reina se rindió y sonrió junto a todos. Hasta mi hermano, estaba feliz.

Narra Abby:

Ya era la noche. Daniela, Luke, John y yo pasamos todo el día en el parque de diversiones y, al volver a casa, mi madre, padre y odioso hermano me cantaron feliz cumpleaños con un bizcocho de chocolate. ¡Como los amo en momentos así!

Estábamos toda mi familia, Daniela y yo en la sala frente al televisor. Daniela se quedó a dormir. Esperábamos un "anuncio importante" que nos iban a dar la realeza que era obligatorio ver en el programa. Mis padres estaban sentados juntos en un sillón para dos. Mi hermano, Max, estaba acostado en el sillón para uno y Daniela y yo estábamos tiradas en el piso como dos nenas pequeñas.

Empezó el programa. Sonó la canción que era como un himno para nuestro reino. Pasaban imágenes de nuestros reyes y reinas pasados y de nuestro símbolo. ¡Aburrido! Miré a Daniela y parecía que se iba a dormir.

—Mamá, esto es aburrido —me quejé—. ¿No puedo ir a mi cuarto?

—No, hija. Esto es obligatorio ver. Hoy más que nunca.

—¿Por que? —dije alargando la última letra y haciendo que parezca una niña pequeña.

—Porque el rey lo dice. Ahora, cállate que está empezando.

Suspiré resignada. Miré hacia la pantalla y ya estaba acabando la canción. Tan pronto acabó salió Nelson Jonas en la pantalla. Nelson Jonas era como el "presentador" de este "programa". Era quien entrevistaba a los reyes de cosas como la guerra y nos informaba de otras cosas a las que jamás les ponía atención. Nelson era un hombre de unos 45 años pero se veía joven para su edad. Tenía pelo rubio con unos pocos pelos blancos y unos ojos verdes y parecía que fue muy apuesto cuando era joven.

—Buenas noches, pueblo de Novacia —comenzó como siempre y dejé de escuchar.

—Bla, bla, bla, bla, bla —. Ya estaba apunto de dormirme cuando mi madre me dio una patada gentil en el brazo. La miré mal y empecé a escuchar otra vez.

—Y con ustedes, para darles la noticia más importante de la noche, el Rey Sebastían.

Se escucharon aplausos.

—Bien, algunos en el reino ya saben que mi esposa —empezó a decir cuando terminaron los aplausos y señaló a la reina al mencionarla—, y yo tuvimos una hija antes de tener a la Princesa Nicole —. Hizo un ademán hacia la princesa. Estaba hermosa, como siempre. Ya todos conocían la historia de la Princesa Katherine. La pobre princesa estaba muerta desde hace años.

—Esa niña se llamaba Katherine. Y, hace muchos años, la perdimos en un accidente —. Desde aquí podías ver algunas personas bajando la cabeza tristemente hacia al piso al recordar. Pero el rey parecía tener una expresión feliz—. Pero...vengo a decirles que eso...puede ser mentira —dijo levantando un dedo y todos lo miraron asombrados y sorprendidos—. Hemos recibido rumores de que la Princesa Katherine puede estar viva aún. No sabemos cómo ni tampoco sabemos con certeza qué le pasó. Tampoco sabemos quién es y dónde esta. Pero...queremos averiguarlo.

---------------------------------------------
Arriba, en multimedia está Abby. Voten y comenten.
~K~

Amando lo ProhibidoWhere stories live. Discover now