Capítulo 20. Nuevo Comienzo

328 28 3
                                    

Narra Daniela:

Luke me contó todo lo que pasó mientras yo no estaba. Me dijo que un día estaba siguiendo a John y vio un anuncio de que se necesitaban empleados en el castillo. Me contó que consiguió el trabajo y vino hacia acá inmediatamente.

—¿Y cómo están los chicos? ¿Abby? ¿John? ¿Sam? —le pregunté y su cara cambió a una más seria—. Luke...¿qué pasó?

Y me contó otra historia, de como John engañó a Abby. Sentí la rabia y la ira por dentro cuando me contó eso.

—Ojalá John se muera por estúpido —dije pensando en voz alta. Él rió a carcajadas.

—Seguramente Abby ya se encargó de darle su merecido —dijo y sonreí. Era cierto. Abby no dejaría que la persona que la engañó se quedara sin una venganza muy merecida.

—Debemos irnos. Ya es muy tarde y notarán que no estamos —dijo luego de un rato de silencio. Suspiré. No quería irme. Quería quedarme aquí con él y disfrutar de los momentos cortos que tenemos juntos. Quería estar con él. Pero no podía.

Asentí y me levanté. Él hizo lo mismo. Nos dirigimos hacia la puerta y él se fijo que no hubiera nadie en el pasillo que nos viera. Miró hacia ambos lados y asintió.

—Tú primero —me dijo al voltear. Asentí, le di un ligero beso en los labios y me fui hacia mi cuarto.

Al llegar, entré y suspiré aliviada de que nadie nos haya encontrado.

—¿Dónde has estado todo este tiempo? —preguntó una voz enojada a mis espaldas.

Narra Abby:

Luego de regresar a casa me acosté en mi cama mirando hacia el techo. Recordé todo lo que había pasado y reviví en mi mente cada momento de lo que ocurrió en el bosque.

Adrián había intentado besarme. Y yo me negué. ¡Soy una tonta!

A pesar de que lo haya conocido tan solo hace unas semanas sentía que podía confiar en él. Pero aunque sienta eso, no debo engañarme. Puede que confíe mucho en él pero no confío lo suficiente como para dejar que él llegue a mi corazón.

No, eso no podría pasar. Eso mismo fue lo que pasó con John. Le había costado ganar mi confianza pero, en cuanto lo hizo, me entregué a él. Y, sin darme cuenta, le había entregado mi corazón sin que él me entregara el suyo completamente. Le había dado cariños y abrazos e incluso lo complacía en sus caprichos de niño a veces. Sin embargo, él nunca hizo lo mismo por mí. O por lo menos no de la manera en que yo lo hacía.

Al entregarle mi corazón a John lo hice inconscientemente. Le dejé en sus manos el poder de romperlo a pedazos. Y eso fue exactamente lo que hizo. Lo rompió en pedazos sin una pizca de tristeza o pena. Y, a pesar de que no creía que Adrián fuera así, no podría correr el riesgo. No quería que pasara lo mismo que pasó con John. No lo soportaría.

Me sumergí en mis pensamientos y me quedé dormida después de un rato.

Narra Adrián:

Me dirigía, de nuevo, hacia el bosque. No sabía si Abby estaría ahí pero, con suerte, estará allí.

Había tomado una decisión de que la próxima vez que viera a Abby le diría que me gustaba. Debió haber quedado claro cuando intenté besarla pero quiero que ella lo escuche.

Planeé todo lo que diría. Incluso practiqué un par de veces con una lámpara que tenía en el cuarto. Las empleadas me miraban raro pero siempre me ignoraban a pesar de que vi algunas con ojos curiosos.

Amando lo ProhibidoWhere stories live. Discover now