Capítulo 10. Encuentros Desagradables

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Narra Daniela:

¿Se acuerdan cuando les dije que me tendrían que hacer un mapa si no querían que me perdiera? ¿Si? Pues, no me hicieron el mapa. Por lo tanto, ahora estoy perdida.

Me había quitado toda esa incómoda ropa. Ahora estaba más sencilla, cómoda y sin un rastro de maquillaje. Me sentía yo misma.

Estaba caminando por uno de los miles de pasillos infinitos que hay en el castillo. No encontraba a nadie por ningún lado y lo peor era que tenía hambre y Olivia me había dicho que me esperaba en el comedor. El pasillo estaba solitario y lo único que se escuchaba era mi estómago rugir.

¿Dónde te metiste, Olivia?

Espera...¿lo dije o lo pensé?

—Olivia está en el comedor —dijo una voz a mis espaldas. Definitivamente lo dije.

¿Acaso mi cerebro no se da cuenta que esto es entre él y yo?

Soy tú.

¡Cállate! Ya bastantes problemas me trajiste.

Me di la vuelta y, al hacerlo, choqué con alguien y caí al piso.

Narra Luke:

—¿John? —pregunté confundido.

—Luke, ¿qué haces aquí? —dijo nervioso.

—No. ¿Qué haces tú aquí? ¿Le dijiste a Abby que ibas para tu casa y te vienes a revolcar con esta plástica? —le dije ya enojado. A pesar de que Abby y yo no nos llevamos tan bien me he encariñado mucho con ella y la veo como una hermana menor. Mi instinto es protegerla. Eso es lo que querría Daniela.

—Luke, te lo puedo explicar. No es lo que tu piensas —dijo pero lo interrumpió un puño a la cara. ¿Quién lo golpeó? Oh, si, fui yo.

Me mandó una mirada asesina pero no me hizo nada. Sabía lo que le pasaría si me llegaba a tocar o devolver el golpe. La rubia solo nos miró divertida. Debía estar encantada con esto.

Sabía que tenía la cara roja por la ira y rabia que sentía. Me fui de ahí echo una furia antes de hacer algo peor.

Narra Adrián:

Saliendo de mi cuarto, me dirigía hacia el comedor. Ahora, iba a ir a conocer a la princesa perdida. Estaba dirigiéndome hacia allá cuando veo al frente mío a una chica. Tenía pelo negro muy oscuro, ondulado y vestía simple. Como lo hacían en el pueblo. Seguramente es una sirvienta.

—¿Dónde te metiste, Olivia? —dijo claramente fastidiada. No sé a quien le hablaba ya que no había nadie en el pasillo mas que nosotros. Decidí responderle.

—Olivia está en el comedor —dije. Al parecer, no se había percatado de mi presencia y se sobresaltó. Giró hacia mí muy rápido y me chocó y cayó al piso.

—¿Qué acaso no te fijas por donde vas, idiota? —me preguntó claramente enojada. Aguanté las ganas de reír y le extendí la mano para ayudarla a levantarse. Pero ella me la rechazó y se levantó sola. Tenía que admitir que era valiente si se atrevía a insultarme.

—Oye, siendo el príncipe, las sirvientas no me pueden hablar de esa manera ni mucho menos me pueden insultar —le dije con el tono más educado y arrogante que encontré. Ella rodó los ojos. La miré detenidamente. Tenía unos ojos azules y era hermosa de una forma natural.

—¿Qué me ves, estúpido? —dijo aún enojada.

—Nada —dije tratando de que no notara mi nerviosismo al darse cuenta de que la estaba mirando—. Olivia está para allá a la izquierda —dije señalando hacia donde ella quería ir y cambiando de tema. Me miró con odio y se dirigió a donde le indiqué.

¿Cómo es que se atreve hablarme así? Esta chica definitivamente me causaba curiosidad.

Narra Daniela:

Después de que un estúpido egocéntrico me dijera donde está el comedor, me dirigí hacia donde me indicó. Tan pronto doble hacia la izquierda vi las puertas gigantes del comedor. Entré y....¡mierda! Tropecé con algo y casi caía al suelo.

Todos me estaban mirando. La princesa rodó los ojos y pude ver como Kelly aguantó la risa. Me puse derecha lo más rápido que pude y traté de esconder mi vergüenza caminando hacia una silla entre la reina y Olivia.

El comedor era un salón como todos los demás pero tenía una gigantesca mesa cuadrada en el centro. En una de las esquinas se sentaba el rey. A su lado izquierdo la princesa y a su lado derecho la reina. En el otro fondo de la mesa se sentaba un hombre con pelo negro y ojos grises maliciosos. Estaba sonriéndome pero no parecía ser una sonrisa amable o amigable. Parecía más una sonrisa de malicia como las de los villanos en películas. A su lado izquierdo estaba un chico un poco mayor que la Princesa Nicole con cabello castaño y bonitos ojos verdes.

—¿De dónde sacaste esa ropa? —me preguntó Olivia fastidiada.

—La traje conmigo. ¿Por qué? ¿Algún problema? Me gusta —le dije y ella abrió la boca para contestar pero la interrumpió el sonido de las puertas del comedor abriéndose. Todos fijamos nuestras miradas en quien llegó.

No. ¡No! ¡Por favor no! ¿Por qué esto me pasa a mi?

Narra Abby:

Salí a caminar un rato. Odiaba el hecho de que Daniela se tuviera que ir. Odiaba que el rey y la reina se la llevaran así como si fuera un objeto. Odiaba...todo.

Estaba tan enfocada en mis pensamientos cuando me llegó un mensaje. Era Luke. Me decía que tenía que ir a un callejón sin salida al lado de la tienda de ropa en el pueblo y que lo sentía.

¿Sentía qué? Debe estar loco. ¿Por qué me mandaría ese mensaje? Seguro que se drogó.

Le contesté seca y seguí caminando dirigiéndome hacia donde me dijo Luke.

Llegué al lugar y me asomé en la esquina como toda un espía. Al parecer soy tan buena ninja que ni siquiera hice algún ruido. Lo que vi fue horrible. John estaba besándose con la rubia que le coqueteó a Luke. Hijo de....

No lo podía creer.

¿Por qué esto me pasa a mi?

Puta rubia.

La mataré.

Pero primero, lo mataré a él.

Esos fueron mis últimos pensamientos antes de salir de mi escondite y abalanzarme con toda mi fuerza encima del maldito de John.

Preparen un funeral.

Ahora si es hombre muerto.

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Foto de Adrián en multimedia.
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Amando lo ProhibidoWhere stories live. Discover now