Últimos deseos [1/3]

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—Delicioso como siempre, señora Weasley—dijo. Señaló hacia el metamorfomago—. ¿Le toca cuidar de él?

—Así es—respondió, todavía con una sonrisa—. Andrómeda está trabajando, y después de siete hijos, le dije que no tendría problema en cuidarlo durante un rato—. Angelina notó como su tono de voz se apagó al pronunciar la palabra "siete".

—Ya veo. ¿Y... dónde está el resto?

La señora Weasley se esforzó por seguir tan vivaracha como antes.

—Bueno, Arthur y Percy están trabajando en el Ministerio... Charlie como bien sabrás, ha vuelto a Rumanía; y Bill y Fleur están cuidando de Victorie... Harry, Ron y Hermione tenían que hablar con Kingsley de un asunto importante, aunque desconozco los detalles... Y Ginny está haciendo una prueba para ese equipo de quiddicth, las Holyhead Harpies.

Angelina se sorprendió ligeramente. No pudo evitar preguntar:

— ¿Cómo Cazadora o cómo Buscadora?

—Cielo, si te soy sincera no tengo la menor idea. —Se encogió de hombros, y Angelina soltó una pequeña risilla. La señora Weasley se fijó en su uniforme—. ¿Y a ti qué tal te va en el Appleby Arrows?

—Sigue sin hacerles ni pizca de gracia que una chica juegue en su equipo. Al contrario que el equipo al que quiere unirse Ginny, el mío cree que las mujeres no deberían jugar al quidditch.

—No les hagas caso, Angie. No saben lo que dicen. Seguro que no quieren admitir que eres mejor que ellos...

Angelina volvió a sonreír, y tomó otro sorbo de su bebida. La señora Weasley la miró de arriba abajo, y soltó un pequeño y disimulado suspiro.

— ¿Ocurre algo, señora Weasley?—preguntó Angelina, la cual pudo comprender al instante que algo no iba bien.

La señora Weasley bajó la cabeza, y sonrió, con un aire nostálgico.

—Todavía recuerdo el primer verano que pasasteis tú y Lee aquí—empezó decir la señora Weasley. Angelina no sabía por qué había querido sacar aquel tema en aquel momento—. Acababais de terminar vuestro primer curso, y tú estabas realmente ilusionada, porque tus padres te iban a comprar una escoba para jugar en el equipo de la escuela...—. Angelina sonrió para sus adentros al recordar la escena—. Y Lee no paraba de echarte piropos...

—Eso no es ninguna novedad, señora Weasley. Lo lleva haciendo desde el primer día en el que nos conocimos...

Ambas se rieron.

—Parecía que os conocierais de toda la vida...—suspiró melancólica la señora Weasley—. Los cuatro formabais un equipo tan bueno...

Angelina asintió una sola vez con la cabeza. Se le estaban quitando las ganas de hablar.

—Y Fred...—. La señora Weasley soltó un leve sollozo—. Fred no paraba de hablar sobre ti... Siempre pensé que algún día os acabaríais casando...

Angelina soltó una risita llorosa.

—Fred no era tan maduro como para pensar en el compromiso...

A la señora Weasley le saltaron lágrimas de los ojos. Se llevó la mano al bolsillo, y de él extrajo un arrugado sobre en el que había escrito el nombre de la chica. Se lo entregó a Angelina, y esta lo miró alternativamente a él y a la señora Weasley, sin comprender de qué se trataba.

— ¿Qué es?

La señora Weasley se secó las mejillas con su manga.

—Lo encontré cuando recogía su habitación. Creí que sería otro proyecto suyo, pero... También había otra para Lee, y otra más para George.

Harry Potter: Historias de la nueva generaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora