Intercambio | T1 | Sebastian Villalobos

Capitulo 51: Adios (Parte I)

—¡No!— Exclamó Laura lanzando un garrón. —¿Cómo me haces esto, Sebastián?— cuestionó con lágrimas en los ojos —Ella se irá en una semana y jamás la volverás a ver, pero a mí me tendrás toda la vida, mi amor— gritaba como loca, mirando a la nada.

—Nada de lo que digas me importa— Dijo Sebastián ignorando su inmadura actitud, ese berrinche que solo hacen los niños de 4 años.

—Ella es a gata, fea y nerd. ¡Mira cómo se viste! Mira esas gatas asquerosas, los zapatos, ¡Por Dios el cabello! ¿Cómo te atreves a cambiarme por eso? Por nada— grito acercándose más a nosotros. Se estaba volviendo loca.

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Viernes...

Dos días y me iré de Colombia, Pau y yo volveremos a México, Camerón vendrá con nosotras ya que, su madre se mudará por cuestiones de trabajo.

No nos importó asistir a la graduación y ver a los hipócritas del instituto.

Laura fue internada por un psiquiatra que la encontró gritándole a un pato "Sebastián" y a un gusano "____", le hablaba a los perros y molestaba a parejas en los sitios públicos.

—¿De verdad te irás?— cuestionó Sebastián abrazándome por la espalda, podría jurar que hacía pucheros.

—Si, aunque no quiera. Extraño a Selena, la extraño mucho.— suspire y sonreí porque después de 6 meses volvería a verla.

—Iré a visitarte, y tal vez alquile un departamento con los chicos—

—¿Me estás afirmando tus planes del futuro?— cuestione riendo, girando sobre mis talones late verlo de frente

—Si— suspiro —Mario no soportará vivir sin Camerón. Arango sin Paulina, y yo— suspiro— yo no soportaría ni un segundo sin ti— su voz se quebró.

—No me digas eso— rebeldes e incontrolables lágrimas comenzaron a salir desesperadamente, deslizando rápidamente por mis coloradas mejillas.

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Domingo por la madrugada

—No se te olvide la maleta de Camerón— le dije a Mario, el muy imbecil ya se había subido a la camioneta son ayudarnos.

Todos subimos las cosas e impartimos al aeropuerto. El ambiente en la camioneta era bastante bueno, Juana llevaba un gran ambiente, mientras que Daniela y Kelvin se tragaban en la parte trasera.

—Te amo— me susurró Sebastián al oído, nuestros ojos estaban rojos de tanto llorar

—Yo igual, nunca olvidaré esto—

—No quiero ir lo olvides, estos decías fueron los mejores, nunca olvides aquella noche en el motel, fue fantástico— tomo mis manos y beso mis nudillos.

—Siempre lo recordaré, lo prometo.—

—Buu!! ____ y Sebastián ya se pusieron de sentimentales— dijo Juana, provocando que todos voltean para mirar la conmovedora escena.

—Esperen, que Paulina y Arango van iguales— grito Kelvin con una sonora carcajada.

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Entramos al aeropuerto tomados de las manos, parecía una fuente, no paraba de llorar, era algo incontrolable. Pero era algo que no puedo evitar hacer. Algo que me va a causar daño por mucho tiempo.

"Pasajeros del vuelo 573 con destino a la Ciudad de México, favor de abordar por la puerta correspondiente"

—No quiero hacerlo— sollocé abrazando a Sebastián, aferrándome a él.