Capítulo 28: Mi gata.

2.3K 135 5
                                    

Narra _____

Veía a Sebastián, la verdad esta muy nervioso. Solo quiero que confíe en mi, solo eso. Soy su novia y no me dice las cosas. Ya imaginó si solo fuera un simple amigo.

–Yo lo hice con Karen– dijo en un susurro. Abrí mis ojos al limite, son poder creer lo que el me decía. Pero, solo queda una pregunta.

–¿Cuando fue eso, Sebastián?– cuestione incorporando me en la suave cama

–Aquella vez que nos encontramos afuera de tu instituto.–Agacho la cabeza.

–No me importa. Aun no éramos nada. Solo olvida lo.– emití una cara de desagrado y me acoste nuevamente, dándole la espalda a mi novio. Al instante sentí su brazo en mi cintura.
No podía dormir así, me atormentaba a mi misma, imaginando a ellos dos teniendo sexo.

Después de 15 minutos aproximadamente, mire a Sebastián quien ya estaba en los brazos de morfeo. ¿Solo se la pasa durmiendo? Eso era obvio tenía la respuesta frente a mis ojos.

Salí en busca de diversión, Encontrándome con la consola de videojuegos. «¡Genial! Y solo para mi!» pese triunfante. Ya que Mario siempre se le ocurre jugar, cuando yo estoy utilizando el aparto de juegos.
Inserte el disco de mi juego favorito "GTA5" en verdad amo este juego, aunque sea un hombre en la partida. Es genial ya que por las noches encuentras a as chicas de la mala vida por las calles, o mejor dicho: prostitutas. Una vez Mario lo estaba jugando y pago 70 dolares por tener sexo con una en su coche. Pero es divertido, después puedes matarla y recuperar tu dinero.

Escuche ruidos en ma cocina, voltee discretamente y ahí estaba Sebastián. En sus manos traía un bote de helado de galleta con dos cucharas. Camino modorro hacia a mi. Me entrego una de los metálicos utensilios.
Comía y jugaba. Sebastian solo se limitaba a mirar mi partida. Estaba sorprendido.

–Yo ni siquiera hago la primera partida, porque ya me están matando– negó con la cabeza mientras introducía la cuchara con contenido cremoso a su boca. Reí ante su patética confecion.

–Es fácil. Solo debes practicar y listo– dije poniendo en pausa el juego, para después guardar la partida y apagar la consola negra de X-Box.

–No lo creó.– volvió a negar con la cabeza.

Saque mi móvil e ingrese a mi aplicación favorita. Instagram. Subí una de mis antiguas fotos que tenía en mi móvil, mas bien en mi perfil social. Era una de mis favoritas. Estaba en un monumento de Jalisco. En una gran fuente, donde la brisa hacia un efecto hermoso con el sol, provocando en este la ilusión de un arcoiris. Vestía un pantalón color mostaza y una blusa blanca con la cita "Crazy". En ese entonces no era mi estilo, pero me sentía cómoda. Y aun lado de mi, estaba mi mamá. En ese entonces yo tenía unos 7 años. No hay día que no la recuerde.

Subí la foto con la descripción "No sabes cuanto te extraño, eres mi vida. Te amo, donde sea que te encuentres ahora"
Dejen mi celular en la mesa de centro. Empezo a vibrar como loco, solo eran las notificaciones.

–No sabes cuanto te extraño… eres mi vida. Te amo, donde sea que te encuentres ahora.– escuche la voz de Sebastian.–¿Quien es ella?– cuestionó bloqueando su celular.  Para así mirarme.

–Mi mamá– musite abrazando me a mis piernas.

–Pronto la veras mi vida.– acaricio mi espalda y lo mire seria. ¿No entiende?

–Eso no sera posible Sebastián.– trague saliva– ella esta muerta– por fin lo dije. Escondi mi rostro entre mis piernas. Para evitar que el me viera llorar.

–Yo no sabía. Perdón.– sentí sus brazos rodearme. Lo abrace fuertemente, lo tengo solo a el.

Así estuvimos al rededor de 30 minutos hasta incorporarme. Es que no es fácil. No es fácil aprender de la vida su no tienes a tu madre que esta para ilustrarte. ¿A quien le dije de mi menstruación? A mi hermana. Ella siempre cuido de mi. Recuerdo el 10 de julio con mucho dolor. Porque hace 10 años me arrebataron a mis padres. Todo por un descuido.

–¿Te sientes mejor?– me preguntó Sebas acariciando mi rebelde cabellera

–Creo que si– me aleje de el para acomodarme en el respaldo del sillón.

–Dejamos algo inconcluso el otro día– se acercó a mi. Susurrando aquellas palabras en mi oído, pronunciándolas con voz para llegar a los 7 orgasmos.

–Claro, ya sabe. Usted solo diga– conteste con sarcasmo, emitiendo una sonora risa.

–Cuando tu quieras– me dio un fugaz beso y fue a su habitación. Regreso con una cámara en sus manos. La coloco en su base, apuntando hacia nosotros.

–¿Que estas haciendo? ¡Esta grabando!– exclamé y este asistió.–¡Rayos!– acomode mi cabello un poco y me acomode.

–Eres tan bella– dijo Sebastian mientras reía. Yo sólo me límite a mirarlo, sin entender el porque de su risa.

–¿Que es tan gracioso?– cuestione mirándole confundida. Pero este me ignoró olímpicamente.

–Hola ¿Como están todos? Mi nombre es Sebastián Villalobos, yyyyy..... ¡Bienvenidos a otro vídeo!. El día de hoy estoy aquí con mi hermosa, bella, linda, carismática y sexy novia.– beso mi mejilla.– el día de hoy haremos un tag, bueno creo que es mas un reto pero no se. Bueno e un reto– dijo confundido, frunciendo el ceño mientras miraba el suelo.

–Yo lo hago– dije acomodandome frente a la camara– es  reto del licuado. Consiste en mezclar diferentes cosas y al final beber el jugó y asi. Tenemos que beberlo todo.– Sonreí seguido de un "Yeiii"

–Bueno sin mas habladurías. Empecemos– dijo Sebas y empezamos con el vídeo. Fue divertido. Ya que yo tome un licuado que tenía unos ingredientes exquisitos, nótese el sarcasmo. Lechuga, leche, aceite, una manzana, clara de huevo, cerveza, cebolla y una cabeza de ajo. Lo tome con un popote. Eso era peor. El sabor era horrorosamente horrible, pero no tan horrible como el de mi novio. Ya que el de el llevaba, aguacate, frijoles, una rebanada de pan integral, agua de coco, mostaza y chile de árbol.

El vídeo finalizo. Sebastián con náuseas y yo riendo por su patética actitud. ¡Solo tomó 100ml.!

El reloj marcaba las 12:30, media noche. Mi amiga aun no llegaba y eso me preocupaba muchísimo. No conozco a ese tal Logan del todo.¿Si es narcotraficante? ¿Si intenta abusar de ella? Hay no, ni Dios lo quiera.
Estaba asomandome por el pequeño ventanal de la casa. Solo pensaba y pensaba. Cosas sin sentido.
Veía el oscuro cielo, veía el montón de estrella que adornaban la negrura de la noche. La luna era la única luz que entraba oír la ventana. Era algo fantástico. ¿Hace cuento que no admiraba esto? Hace mucho. Jamas vi un atardecer acompañada con el amor de mi vida. Nunca viaje en bote bajo las estrella. Tampoco recuerdo a ver estado un verano contando estrellas junto a mi amado. Eso solo pasaba en cuentos, no en la realidad.
Y es ahora cuando me doy cuenta de algo. No necesitó a nadie para admirar las cosas, puedo hacerlo sola. Pero ahora tengo a Sebastián. Y no voy a dejar que el tiempo pase en vano. Quiero disfrutar. Disfrutar de cada momento, sola o acompañada.

Mis pensamientos fueron interrumpidos por el constante golpeteo que recibía la puerta principal. Camine de puntas hasta la habitación de Sebas...

–Niño– lo moví levemente debido a que estaba dormido.–Estan tocando la puerta como desesperados.– dije esta vez con otro tono de voz. Al insta te Sebastián se paro, se puso un pantalón chantal e impartió camino hasta la sala. Abrio la puerta y esta me dejó ver a Paulina en loa brazos de ¿Adrian?
Este paso y dejo a mi amiga en el sillón. ¿Esta dormida?

–¡¿Que has hecho imbécil?!– me lance hacia el con la intensión de matarlo.

–Nada. Yo iba saliendo de una fiesta. Después vi como un tipo cargaba a una chica y era ella. La llevó a un callejón, y por los gritos me di cuenta que era Pau. Después el tipo la subió a su coche. Los seguí hasta donde  coche paro. La metió a una casa y la traía cargando. Estaba borracha. Solo eso vi. Después ella salio gritando.– parecía desesperado. Hablaba muy rápido ¿Que le hizo Logan? Me pregunte.

Adrián se había retirado. No sin antes llevara a la desmayada a su respectiva habitación. Yo estaba en la sala. ¿Que le hizo? Pensaba con rabia. ¿Porque? Seguía pensando. No teníamos nada de información acerca de el ¿Como pagara lo que hizo?

Por milésima vez mis pensamientos de venganza fueron interrumpidos por el molesto ruido de un celular. Mire a la mesa de centro donde hablamos dejado nuestros amados teléfonos.
El celular de Sebastián era el que sonaba. Mire ma pantalla y esta decía.

”Llamando Mi gata" frunci el ceño ¿Mi gata? Conteste. Pero nadie se hizo presente por el otro lado.
Camine furiosa a paso veloz hacia la habitación de Sebastián, llevaba el celular en mis manos. ¿La gata? ¿Esta visitando a una prostituta? Me atormentaba con esos pensamientos.

–¡Parate!– exclame furiosa. – Exijo una buena explicación. ¿Quien es la gata?– le lance el teléfono y este lo atrapo. Sus ojos estaban al limite de lo normal. ¡Idiota!

Intercambio | T1 | Sebastian VillalobosWhere stories live. Discover now