Capítulo 14: ¡Casi Sexo!

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Narra _____



Mis mejillas han de estar coloradas, es lo mas probable. He quedado mas dura que una estatua. ¿Como pude decirlo? Tal vez el pensara que no me ha dado motivos para que me guste pero, ¡Vamos!, solo miralo. Ve esos ojos, incitan ternura, y ¡Sonreir así debería ser ilegal! Esa sonrisa pone a todo el mundo a sus pies.



Es un momento incomodo, el aire de la habitación es denso, muchísimo. Sebastian me mita con una cara que no puedo describir, simplemente.



-¿Que has dicho?- volvió a cuestionar. Y creo que es el momento perfecto para que la falla de San Andrés haya si función y me trague la tierra.



-¿Yo?... Emm si yo. ¡Ehhh! Si yo. No dije nada- trate de sonar normal como una chica tranquila.


Era jodidamente imposible. Este hombre me pone nerviosa con el simple hecho de mover un solo dedo.



-_____, no estoy sordo, tampoco idiota- Se paro y dispuso a mirarme fijamente. Su posición frente a mi era incomoda. Tenia lis brazos cruzados, y una cara seria de apoderaba de su perfecto rostro.



-Necesito dormir... si eso. Buenas noches- fingí bostezar y me tape con el edredón floreado que adornaba mi cómoda.



-¡No! Nada de buenas noches- me jalo el edredón. ¡Estaba en ropa interior! Por un minuto no me importo, solo me importaba evadir el tema de mi arranque.



-Esta bien. Si no quieres que duerma. ¡No dormire!- me recargue en la pared, cruce los brozos al igual que el, y me limite a ver a otro lado, no me atrevía a mirarle a los ojos.



-Hablaremos de lo que acabas de decir- se sentó a mi lado, muy cerca. ¡Perfecto! Estoy mas nerviosa que nunca ¡Gracias Villalobos!. Pensé con sarcasmo.



-Tu habla- dije seria. Con rostro neutro. Sin ninguna señal de sentimientos. ¡Genial! Logre controlar mis nervios, pero ¿Por cuanto tiempo?



-Esta bien.- suspiro y se acomodo - Dijiste que yo te gustaba. Esto me confunde ¿Entiendes?, es solo que no entiendo el porque te gusto- suspiro.



-Mira, desde Raúl, tu has sido el único chico que me ha tratado muy bien. El único que me alaga cuando se que soy fea, el que intenta animarme, y el que tiene unos ojos lindos, amo tu sonrisa- dije firme. ¿Como? No lo se. Podría jurar que estaba temblando. Eso eran un hecho.



-______ yo, no se que decir- rasco su cabeza con nervios. ¡La regué! No debi decir eso, un impulso estúpido.



-No digas nada, estoy acostumbrada al rechazó- me aleje de el y me acosté en la cama. ¿No diría nada? Obvio no, me rechazo de un manera indirecta. Pero claro, era evidente. ¡El gran Sebastian Villalobos! No podía estar con alguien como yo, tan poca cosa -¡Cuanto ego y auto estima!- dijo una voz en mi interior.



-Yo no dije eso ____- sentí como se acostaba a mi lado, abrazandome por ma espalda



-Es obvio que no me lo dirías- reí irónica.



-Voltea- negué con la cabeza -Por favor- pidió y no me quedó de otra mas que voltear.



-¿Que?- hable temblorosa a punto del llanto.



-¿Que te dice esto?- cuestino, no le entendí a lo que se refería, pero al instante senti como sus labios habían una leve presión contra los mios. No quería corresponder ese beso. Pero me fue imposible.


Correspondi aquel beso, que al principio se pintaba de ternura. Se monto arriba de mi, sus brazos apoyados en la cama para controlar en peso.


Era un peso bastante ligero, me aferraba a el. Mis manos hacían un recorrido por toda su espalda, de arriba abajo, lentamente. El tomaba mi rostro para profundizar el beso.



Mordió mi labio inferior, para nada delicado, lo que provocó un leve gemido de mi parte. Sonrió en medio del beso, lo que le ínsito a subir la temperatura.


Su mano que hace segundos estaba en mi mejilla paso a mi abdomen, le daba ligeros masajes que me hacían estremecer.


Después de esa aventura por mi abdomen, deslizo su mano hasta mi muslo, lo recorría suave mente, en veces con desesperación. Enrede mis piernas a su alrededor, en la cintura.



El beso tomo otro ritmo. Al igual que sus labios. Cambio el rumbo hasta mi cuello, mi parte debil, comenzó a succionar, eso dejaría como consecuencia marcas.


Sentí como sus manos pasaban a mi espalda. Acariciándola levemente.


Sentía como su Amigo despertaba, era una sensación incomoda pero que inconscientemente me excitaba. Comencé a mover mis caderas en busca de más. Las frotaba en su miembro, de arriba abajo, sin parar. ¡Queria mas!



Senti como el elástico de mi sostén dejaba de hacer presión. El lo había desabrochado. Y fue en ese momento donde reaccione ¿Que estaba haciendo? No lo se. Era algo que inconscientemente mi cuerpo hacia.



-¡Para!- le pedi, intentando empujarlo.



-¿Porque?¿Que pasa?- cuestiono alejándose un poco de mi rostro.



-Es muy rápido- suspire con los ojos cerrados. -No aun- dije mirándolo fijamente



-Esta bien- dio un beso en mi frente y se tiro a un lado de mi -Me gustas ____- musitó cerca, muy cerca de mi oído.



+-+-+-+-+



Era jueves, no tendría clases en 1 semana, hay una fuga en la escuela y es un verdadero lío.


Intente pararme para ir al baño y hacer mis necesidades. Pero el brazo de Sebastian me tenía atrapada. Lo levante como pude. Me coloque un blusón y fui al baño.


Cepille mus dientes y un poco mi cabello, hice mis necesidades y sali. Mire el reloj de pared: 10:45.



Analice el rostro de Sebastian dormido. Se veía hermoso, todo rasgo de maldad sebhaba ido de el, se veía tan tierno e inocente. Sus facciones relajadas. Roncaba eso era evidente. No me importaba. El era perfecto. Tenía que despertarlo.



Tome una almohada del piso. Me monte arriba de el, posicionado mis piernas en ambos lados de su cuerpo.



-¡Despierta, Sebastian!- le pegaba con la almohada mientras saltaba y gritaba.



-¡_____, mierda!- se giro. Me aventó por un lado y se paro.- Vuelve a hacer eso y te juro que no podrás caminar en varios dias- dijo seductora mente. ¿No poder caminar? Me cuestione. Era obvio a lo que el se referia. ¡Salvaje!



-No...- musite y este comenzó a reír fuertemente.



-Tenemos mucho de que hablar, hermosa- dijo juntando sus ropa -Ya sabes. En la noche dejamos algo inconcluso- me guiño el ojo ¡Santa Madonna!



-Sebastian...- me interrumpió. Yo seguía bajo las sabanas cabizbaja. No podía mirarlo a los ojos después de lo ocurrido -Me da pena y en la noche no sabias cuanta tenia- me refería a mi cuerpo y lo que paso en la noche.



-¿Porque?- cuestión sentándose a mi lado. Frote mi rostro un poco nerviosa.



-Porque eso solo lo hacen las personas que se aman, que tiene motivos fuertes para hacerlo. O las prostitutas, que lo hacen por dinero- musite jugando con mi cabello, evitando su mirada. El se quedó callado. Era obvio no sabía que decir. Por que, primera. No nos amamos, ¡No Soy una prostituta.



-Lo se... - dijo en voz baja. ¿El quería hacerlo? -¿Quieres hacerlo?- cuestiono tomando mi mano, sentía confianza. Dispuesta a todo. -Prometo ir despacio- se acerco mas a mi. A mis labios.



-¿Ir despacio? Pero claro, ir despavion y ya quieres tener sexo conmigo- me pare molesta. A caso, ¿Los hombres solo quieren sexo? Salí de mi habitación un tanto decepcionada, y por lo que pude escuchar Sebastian venia atrás de mi. ¿De verdad es tanta su urgencia de llevarme a la cama?

Intercambio | T1 | Sebastian VillalobosWhere stories live. Discover now