Capitulo 35

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—Bueno _________, gracias por facilitarnos todo esto —me felicitó con cinismo el más alto de los dos. Los fulminé con la mirada y me puse de pie abandonando la sala. El rostro de Harry reflejaba confusión, dolor y decepción. Por mi culpa, no soportaba ver aquello. Corrí hacia el ascensor con las lágrimas a punto de caer de mis ojos. Presioné el botón del piso de mi suite y esperé unos segundos intentando no llorar pero fue imposible cuando su anatomía apareció frente a mi. Se paró a mitad del vestíbulo a unos metros de distancia del ascensor y me miró. Las lágrimas cayeron como océanos y ahogué un sollozo tapándome la boca. Dio un paso hacia adelante justo cuando las puertas comenzaron a cerrarse. Intentó entrar pero no llegó a tiempo. Retrocedí hasta que mi espalda chocó con una de las paredes y entonces me deslicé por la misma hasta llegar al suelo donde me senté y rompí en llanto desconsoladamente. ¿Por qué dolía tanto? Probablemente porque quería estar con él más que otra cosa pero no podíamos estar juntos. No si eso acababa con su trabajo, y por consecuente, el sueño de toda su vida. No podía ser así de egoísta, esto lo hacía por él. Harry merecía seguir en la banda, era una de las mejores cosas que le pasó y yo no podía arruinarlo así como así. 

Tres días después nos encontrábamos reordenando nuestras cosas en la casa. Zayn y yo habíamos vuelto, y aunque me sentía a gusto a su lado no era lo mismo que con Harry. Estaba satisfecha pero no feliz. No lo hacía notar, nadie lo sabía. Todos creían que lo mío con Harry fue un desliz y nada más, que yo estaba perdidamente enamorada de Zayn y esa era la imagen que quería dar, pero no era real. Harry y yo no volvimos a hablar desde aquel día en que "terminamos" por denominarlo de alguna manera y él aún sigue su relación con Taylor al igual que Zayn con Perrie. Al terminar de guardar mi ropa en su lugar me di una ducha, me cambié [http://www.polyvore.com/cgi/set?id=74863028&.locale=es] y luego bajé las escaleras y me encaminé hacia la cocina. Tenía hambre así que me cociné unas palomitas. Minutos después me dejé caer en el sofá del living y comencé a hacer zapping en la televisón. El frío londinense cada vez era más notorio y me vi a mi misma frotándome los brazos para darme calor. Dejé las palomitas a un lado en el sofá y caminé hasta el hogar. Lo encendí y me quedé unos segundos adelante calentando mis manos y mi cuerpo. La casa estaba casi vacía si no fuera porque Harry y Niall jugaban Nintendo en su habitación. Louis había acompañado a Eleanor al Centro Comercial, Zayn tenía que hacer acto de presencia en una presentación de Perrie para que los paparazzis lo vieran apoyando a su novia —bah— y Liam había invitado a Danielle al parque. Entre los dos últimos las cosas iban viento en popa y nunca los había visto más felices lo cual me daba un poco de felicidad a mi también pero no volví a estar feliz verdaderamente desde aquel día en que desperté al lado de Harry. Todo había cambiado. El sonido del timbre me sacó brúscamente de mis pensamientos en los cuales recordaba a Harry cantándome y cocinando. Volvió a sonar dos veces más y obligué a mis piernas a reaccionar. Caminé hasta allá mientras el timbre seguía sonando.
—¡Ya voy! —grité harta mientras abría la puerta y mi piel perdía el color cuando aquella persona se lanzó a mis brazos. Estaba en shock. Fruncí el ceño y mi voz sonó como el chirrido de un engranaje oxidado—. ¿Elena? 
—Hermanita, te he extrañado tanto —se separó de mí y pude notar que sus ojos estaban llenos de lágrimas pero no lágrimas recientes, sino viejas. 
—¿Elena qué haces aquí? ¿No deberías estar en la Universidad? ¿Po-por qué lloras? —eran demasiados factores juntos. Hacía meses que no veía a mi hermana y ahora llegaba así como así a la puerta de una casa que ni siquiera era mía llorando desconsolada. 
—¿Elena? —se oyó una tercera voz de fondo a mis espaldas. Era la primera vez que escuchaba su voz en tres largos y tediosos días. Y dolió que dijera el nombre de mi hermana en lugar del mío. 
—¡Harry! —observé boquiabierta como mi hermana corría puertas adentro y se arrojaba a los brazos de Harry. MI Harry. Entonces volví mi vista hacia la puerta y me percaté de que había traído sus maletas. Mi ceño se frunció mucho más —si es que eso era posible— y los observé a ambos quienes seguían abrazados. 
—Elena, por Dios. ¿Puedes explicarme que demonios haces aquí? —pregunté molesta cruzándome de brazos y acercándome a ella.. y a Harry. Se separaron —AL FIN— y los ojos de mi hermana se posaron en mí mientras que los de Harry seguían en ella. Deseaba eliminarla de la escena y que sus ojos me observaran a mí. Suspiró y bajó la mirada hacia sus manos.
—Dejé la Universidad.
—¡¿QUE TÚ QUÉ?! —pregunté en un grito histérico. Mi hermana había soñado toda su vida con la Universidad, ¿qué rayos la había hecho dejarla de un día para el otro? 
—No era para mí, _________. Los estudios estaban asfixiándome y comprendí que yo quiero hacer otra cosa, no estudiar —me crucé de brazos y elevé una ceja.
—¿Otra cosa? —sonrió a medias.
—Quiero bailar —eso sí que era ridículo. Elena hacía AÑOS que no movía un maldito pie para bailar. Practicó danza desde los doce a los quince pero eso había quedado atrás y ella misma lo había dicho. 'La danza no es lo mío, quiero estudiar y ser alguien en la vida' fue su pretexto para que mis padres le pagaran la Universidad y ahora lo dejaba todo así como así. 
—¿Estás loca? —pregunté sumamente molesta. Pero creo que me molestaba más el hecho de que tuvo un reencuentro de ensueño con Harry que el que haya dejado la Universidad. Me importaba un bledo su maldita carrera, esa maleta en la puerta solo podía significar una cosa y si esa era la realidad, ella se interpondría entre Harry y yo y lo poco que nos quedaba. 
—________, por favor, por lo que más quieras no le digas a mamá y papá. Por eso he venido aquí, no puedo ir a casa. Ellos van a matarme si les digo que quiero bailar en lugar de estudiar. 
—¡Es que es una locura, Elena! —grité elevando mis brazos para enfatizar la oración. ¡Era una total y completa locura! 
—_________, por favor deja que me quede aquí unas semanas hasta que sepa como decirles a mamá y papá. Te lo ruego, hermana.
—No, Elena. Claro que no, ¡no arruinarás así tu futuro! —ahora sí estaba pensando totalmente en Elena. Ella arruinaría su futuro, entendía que era su sueño pero.. ¡que mierda digo! ¡Ese no era su sueño y yo lo sabía!
—_________, creo que debes calmarte —giré mi mirada hacia él y si las miradas mataran ya estaría enterrado ochenta metros bajo tierra—. Además si alguien decide si Elena puede quedarse o no soy yo y los chicos —elevé una ceja y reí incrédula.
—Esto es increíble. No, no, ustedes dos son increíbles —Harry frunció el ceño—. ¿Saben qué? Hagan lo que quieran. ¿Quieres quedarte? Quédate Elena, o haz lo que el señor Styles demande. La verdad es que no me interesa —finalicé elevando mis manos mientras caminaba hacia la puerta.
—_________, ¡ven aquí! ¿A dónde vas? —preguntó Harry pero lo ignoré. Tomé mi abrigo del perchero, mis llaves y cerré la puerta con fuerza. 

¡Elena viviendo con nosotros! No, dejenme corregir esa oración. ¡Elena y Harry conviviendo juntos! ¡Son exs! ¡Y yo tengo que soportar eso! Saqué mi móvil y marqué el número de Eleanor. Luego de tres tonos contestó.
—¡Hey ________!
—Elle, ¿están en el Centro Comercial aún? —pregunté mientras detenía a un taxi.
—Sí, ¿por qué? ¿Estás bien?
—Voy para allá, ¿puedes deshacerte de Louis? Necesito charla de chicas.
—Dalo por hecho, te veo en Starbucks
—Okay —colgué—. Al Centro Comercial, por favor —le indiqué al taxista. Mis nervios estaban a flor de piel. Sentía que en cualquier momento iba a estallar de rabia, o tristeza. Podría suceder cualquiera de las dos. Me pasé el recorrido repitiendo una y otra vez el abrazo de Harry y Elena en mi mente. Puro masoquismo de mi parte, pero no podía creerlo. Al llegar le pagué al taxista y caminé a paso apresurado puertas adentro del enorme edificio. En un abrir y cerrar de ojos me encontraba ingresando al Starbucks. Logré divisar a Eleanor unas mesas más atrás al lado de una de las ventanas con dos capuccinos. Caminé hasta allá y me dejé caer en la silla delante suyo.
—________, me preocupaste, ¿qué pasó? Capuccino caliente —me informó pasándome el vaso. Le di un trago y lo apoyé con fuerza sobre la mesa.
—Elena está en casa —frunció el ceño y me miró durante unos segundos.
—¿Tu hermana? —asentí—. ¿No estaba en la Universidad? 
—Dejó la Universidad para cumplir su sueño de ser bailarina.
—Oh pero eso es genial —fruncí el ceño.
—¡Claro que no, Eleanor! ¡Ella no quiere ser bailarina! —exclamé con la histeria y la ira recorriendo mis venas—. ¡Ella está aquí porque quiere volver con Harry! ¡Porque está obsesionada y no puede olvidarlo de una puta vez y avanzar! ¡Esa es la maldita razón por la cual está aquí! —silencio absoluto en todo el local. Les di unas veloces miradas a todos en sus mesas y me miraban espantados. Eleanor suspiró y se corrió un mechón de cabello del rostro.
—Vaya, eso es demasiada información de golpe, amiga mía —bufé.
—Esto es una mierda —me quejé deslizándome en la silla hasta quedar sentada en una horrible posción dándole un sorbo a mi café. 
—Mira, lo primero que debes hacer es cal.mar.te —dijo remarcando cada sílaba—. Ahora, déjame decirte que estás hasta la coronilla con Harry, eh. 
—No me digas —contesté sarcástica. Me importaba un bledo ahora que la gente se enterara que quería a Harry. Elena iba a quitármelo en un abrir y cerrar de ojos porque así es ella. Porque nuestra vida siempre fue así, porque ella siempre tiene todo lo que quiere. Siempre. 
—Ahora, ¿estás segura de que Elena viene para recuperar a Harry? —entrecerré los ojos mirando la nada y reí incrédula.
—Apenas lo vio lo primero que hizo fue lanzarse a sus brazos. Fue super romántico, ni te imaginas.
—Hacía tiempo que no te oía hablar de esa forma, de verdad estás molesta —la fulminé con la mirada.
—Este es el resultado que obtiene la gente cuando intenta meterse en MI territorio —se inclinó levemente sobre la mesa apoyando ambos brazos y elevó ambas cejas.
—Bien, ahora hay algo que no comprendo. Si quieres a Harry, ¿por qué no se lo dices? Quizás él te quiera también —suspiré. Era hora de la verdad.
—Nos acostamos la noche de la cena benéfica.
—¡¿Que ustedes hicieron qué?! —preguntó en un grito agudo. 
—Sí, sucedió porque él también me quiere de una forma diferente pero como Harry no puede calmar sus impulsos y quería gritarle a todo el mundo que estaba saliendo conmigo se metieron esas dos cucarachas mugrosas llamadas managers y arruinaron todo.
—¡Ajá! Con que de ahí viene la cosa de que ahora amas a Zayn y Harry y tú no se hablan —se reclinó sobre el respaldar de su asiento y sonrió—. Lo sabía, ahí había algo extraño.
—Como sea, Eleanor ese no es el punto. El punto aquí es que Elena va a quedarse porque convencerá al idiota y hormonal de Harry, probablemente tengan sexo y yo tenga que soportar verlos acaramelados todo el tiempo. Todo porque a la idiota de mi hermana se le ocurrió dejar la Universidad, ¡agh! —me quejé mientras apoyaba ambos codos en la mesa y dejaba que mi rostro cayera en las palmas de mis manos. 
—Tienes que recuperar a Harry —levanté la cabeza y la miré.
—¿De qué hablas?
—Claro, es simple. Si lo tienes comiendo de la palma de tu mano entonces no se irá corriendo detrás de Elena. 
—Pero ya sucedió esto.
—Habla con él. Dile que lo de ustedes solo puede quedar en secreto y ya —negué levemente y le di un sorbo a mi capuccino.
—No puedo, los managers dijeron que Harry y yo no podíamos relacionarnos ni siquiera en privado.
—¡Esos dos están en mi lista negra! ¡Te lo juro, ________! —comentó histérica señalándome con su dedo índice. Reí y asentí.
—En la mía también, tranquila —suspiré—. Dejaré que pase un poco de tiempo, quizás mi hermana decide irse. No podrá ocultar esto durante mucho tiempo.
—¿Tus padres no lo saben? —negué y ella sonrió—. ¡Allí está! Llámalos y diles que Elena dejó la Universidad.
—No, olvídalo. No voy a preocupar a mis padres, estan viviendo un tiempo de solteros y prefiero dejarlos unos días más en su burbuja. De todas maneras no necesito una solución, solo quería descargarme con alguien —sonrió y tocó mi brazo con una de sus manos.
—Siempre estaré para ti, _________ —suspiré y me senté derecha.
—Bien, debo decírtelo —frunció el ceño y la miré fijamente—. Sé que no eres Eleanor —abrió la boca para decir algo pero luego la cerró—. Sé sobre tu gemela Talisha y sé que tu nombre real es Christina Calder y que Eleanor Calder no existe —suspiré—. ¿Por qué nunca nos lo dijiste a mí y a Dani? —pregunté en un tono dulce y calmo. Este era un tema delicado. 
—Ellos no lo permitían. Nadie más además de Louis podía saber que Eleanor Calder era dos personas diferentes —se encogió de hombros—. A nosotras nos servía porque nos pagan por ello, a mi me pagan la Universidad y lo mismo para Talisha. Y para ellos es conveniente no se por qué razones. Nunca nos lo han dicho, de verdad lo siento mucho, ________ —sonreí a medias y asentí.
—Está bien, lo comprendo perfectamente, ¿no te molesta si te sigo llamando Elle? Es que me costará acostumbrarme a Christina y además así prevenimos líos —rió y asintió.
—Claro, Eleanor Calder para ti —sonreí y luego continuamos conversando sobre cosas sin importancia. Nos dimos una vuelta por el shopping y entonces mi móvil sonó. Observé que era un mensaje de aquel conocido número desconocido. Reí para mis adentros. 'Vaya, vaya, vaya. ¿Qué tenemos aquí? ¿Una hermana mayor intentando conquistar a tu chico? ________ cariño, necesitas sacar las garras y defender lo que es tuyo. ¿O dejarás que Elena se quede con Harry? ¿Te rindes tan fácil? -X' 

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Who is Mr. X?Where stories live. Discover now