Capitulo 25

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—Llevabas ese mismo vestido aquella noche —su voz me sacudió mentalmente y volví a la realidad. ¿Qué había pasado? ¿Y el beso? ¿Qué pasó con la sensación de sus labios sobre los mios? Abrí la boca para decir algo pero simplemente las palabras no salían, estaban atascadas en el fondo de mi garganta y se negaban rotundamente a asomarse siquiera.
—Yo.. eh.. —Harry estaba exactamente en la misma posición y yo igual, lo cual significaba que imaginé el beso. Mierda, eso sonaba peor de lo que pensé. Imaginé besar a Harry. No puede ser nada bueno—. Creo.. —cerré los ojos débilmente y me llevé una mano a la cabeza. 
—¿Estás bien? —su tono sonó preocupado pero no me sorprendió. Harry siempre se preocupaba por mi, hasta cuando no era necesario. 
—Oh Harry, aquí estas —me mordí la lengua evitando que salieran mil y un insultos que tenía preparados para decirle desde que puso un pie en la casa. Aquella rubia estaba sacándome de mis casillas y si no escapaba ahora tendría que soportar toda una sesión de besos y caricias que no estaba dispuesta a observar.
—Iré a buscar a Zayn —la semi-sonrisa que Harry tenía en su rostro desapareció automáticamente y pude sentir su mirada en mi espalda mientras subía las escaleras. Necesitaba un cable a tierra, urgente. Y él era capaz de hacerme sentir así, así y de muchas otras maneras—. ¿Zayn? —lo llamé por el pasillo y al no recibir respuesta alguna me atreví a entrar a su habitación. Cerré la puerta con suavidad a mis espaldas y luego voltee para admirar cada centimetro cuadrado del lugar. Era del mismo tamaño que la mia pero mucho más equipada. Se notaba que él realmente vivía aquí desde hacía más de un año. Las paredes eran de un azul petróleo acogedor y calmo, el color daba paz. Su cama de dos plazas estaba perfectamente tendida con colchas en diferentes tonos de azul. Tenía mesas de noche a ambos lados de la cama y pude notar que un despertador, su móvil, una lámpara y otras cosas estaban en la mesa del lado izquierdo de la cama. Era seguro que de ese lado dormía él. Me dio un cosquilleo en el estómago el pensar que yo dormía del lado derecho. ¿Casualidad? Tenía una gran ventana con vista al centro de Londres similar a la mía, cortinas color crudo y unos puffs. Luego estaba la puerta del baño, y a un lado había un escritorio lleno de papeles escritos, arrugados, bolígrafos, lápices, libros, folios y otras cosas. El ambiente olía a inciensos de lavanda, deliciosos. Caminé hasta su armario empotrado en la pared a un lado de la entrada y tomé el valor suficente como para abrir la puerta corrediza. El perfume de Zayn me embriagó instantáneamente. Tenía dos estantes donde habían perfumes, desodorantes, gel para el cabello, shampoos nuevos, acondicionadores, relojes, algunos anillos, y otras cosas. Cuatro cajones abajo. En el primero, gorros de lana. En el segundo calcetines, en el tercero corbatas y en el último.. no pude evitar sonrojarme al ver su ropa interior. Cerré el último cajón rápidamente y suspiré intentando calmarme. Di un paso al costado y me dediqué a observar su ropa. Camisetas de bandas famosas, camisas blancas, negras, grises, de todos los colores, sacos, pantalones, jeans más que nada y algunas chaquetas de cuero. Abajo estaban sus zapatos perfectamente ordenados uno al lado del otro. Zapatos elegantes y zapatillas era lo único que había, además de algunas botas cortas. Saqué una camiseta de los Rolling Stones y la observé unos segundos. Nunca lo vi usándola pero estaba segura de que se vería sumamente sexy. Luego me imaginé a mí con su camiseta.. nada más que su camiseta. No pude evitar sonrojarme.
—¿Has encontrado algo de tu agrado? —me sobresalté y casi tiro la percha al suelo. Me llevé una mano al pecho y voltee dispuesta a decirle que casi me mata de un infarto pero el hecho de que solo estuviera cubierto por una toalla de la cintura para abajo me desconcentró un poco. Me mordí el labio inferior intentando no babear y no pude evitar perderme observando su torso.. Zayn sabía sobre la existencia de los gimnasios, y al parecer los conocía bastante bien. Además del hecho de que su torso estaba mojado y de su cabello aún caían gotas de agua. Me aclaré la garganta y voltee para volver a colgar la percha pero sentí su cuerpo pegarse a mi espalda—. Justo iba a usar esa camiseta —susurró en mi oído izquierdo enviando electricidad por todo mi cuerpo. Tragué con fuerza e intenté no desmayarme. Él estaba desnudo, pegado a mi. ¡Desnudo!—. ¿Me pasas unos jeans? —lo estaba haciendo apropósito. Se estaba aprovechando de la situación, maldito. Me aclaré la garganta y traté de concentrarme en los jeans y no en que su mano estaba en mi cadera incendiando mi cuerpo.
—¿Cuales? —pregunté tratando de convencerlo de que estaba calmada, que su contacto no me afectaba en lo más mínimo. Pero quizás estaba intentando convencerme más a mi misma. 
—Los que más te gusten —me sentía plastilina bajo sus manos. Era obvio, tenía un efecto mortal en mi y en mi cuerpo. Era mi debilidad. Observé los jeans y tomé los primeros que vi. Necesitaba que se alejara de mi si no quería que acabara desmayada en el suelo. Voltee y se los coloqué en el pecho intentando cubrir un poco la vista. <<Ojos pecadores, miren su rostro>> me dije a mi misma inentando concentrarme—. Gracias, ahora necesitaré ropa interior —abrí la boca indignada y me hice a un lado elevando las manos a la altura de mis hombros.
—Eso vas a elegirlo tú solo —no iba a rebajarme tanto. No al punto de escogerle los boxers. Se encogió de hombros y rebuscó en el cajón que yo ya había abierto minutos atrás. Se puso de pie y me miró.
—¿Te molesta si me cambio? —alto. ¿Iba a vestirse delante de mis ojos? Abrí la boca para protestar pero ya estaba llevando sus manos hacia su toalla. Ahogué un grito y me llevé las manos a los ojos al mismo tiempo en que volteaba.
—Mierda, Zayn. Venía a hablar contigo no a que me hicieras un show de striptease. 
—Sé que por dentro te estás muriendo por verme —oía su voz más cerca—. Podemos hablar, yo no tengo ningún inconveniente en estar como Dios me trajo al mundo, tú eres la del problema.
—Por favor, al menos la ropa interior y los jeans. Te lo estoy rogando —ok, había caído bajo pero el hecho de tenerlo completamente <<desnudo>> a mis espaldas alborotaba mis pensamientos.. y mis hormonas también. 
—Bien, bien —luego de unos segundos oí el sonido de su bragueta así que pregunté.
—¿Ya? —suspiró.
—Sí, monja. Ya puedes ver —fruncí el ceño y voltee. Su torso seguía siendo una distracción pero al menos tenía los jeans. La situación ya no era tan incómoda. 
—No me digas monja, Zayn. Apenas llevamos una semana de relación, no me gusta ir tan rápido. Además, si la situación hubiese sido al revés habría sido igual de incómodo para ti —soltó una carcajada y se secó el cabello oscuro con la toalla blanca que antes colgaba de su cintura.
—Creeme que si la situación hubiese sido al revés, lo que menos habría hecho es voltear. 
—Eres un depravado.
—Eres mi novia —mi corazón se detuvo ante aquella <<etiqueta>>. Abrí la boca para decir algo pero lo único que me salió fue un '¿ah?'. Vaya palabra. Me miró y sonrió—. ¿Qué? —me crucé de brazos y elevé una ceja.
—¿Qué pasó con lo de <<nada de etiquetas>>? —pregunté imitando su voz grave en la última parte. Se acercó sonriente a mi y enganchó su dedo en el delgado cinturón de mi vestido dando un tirón para acercarme a su cuerpo. 
—Quizás las etiquetas no sean tan malas después de todo —lo observé unos segundos y.. no quería arruinar el momento pero tenía que preguntar.
—¿Esto no será algo para marcar territorio entre tu y Harry? —bufó y se alejó hacia el baño. Lo seguí y lo observé colocándole pasta dental al cepillo de dientes. Al parecer planeaba irse a dormir—. Zayn, tenemos que hablar sobre esto. No puedes enfadarte y marcharte cada vez que diga el nombre <<Harry>> —comenzó a cepillar sus dientes mientras observaba su reflejo fijamente en el espejo—. Vamos a acabar con esto de una vez, ¿bien? <<No me gusta Harry>>. Quiero que lo entiendas, Zayn. Te quiero a ti, estoy contigo. A ti es a quien beso —entonces se me cruzó por la mente aquel casi beso en el living. Sacudí mi cabeza levemente quitando aquel pensamiento y me enfoqué en el ahora. Se enjuagó la boca con agua y luego se secó con una toalla. Intentó esquivarme pero me paré en el medio de la puerta impidiéndole salir. Bufó y me miró.
—________, déjame salir.
—No, habla conmigo. Por favor.
—No quiero hablar de Harry, ________. Ya basta de él, siempre es él. Estoy harto de esto —me hizo a un lado y caminó dentro de la habitación. 
—Bien, hablemos de nosotros. Hablemos de mi —tomó su camiseta que estaba sobre la cama y se la puso—. Yo te quiero, Zayn. Más de lo que puedes imaginar, ¿es tan difícil para ti comprender eso? —volteó y me miró fijamente. Sus ojos reflejaban frío, hielo. Nunca me había mirado así. Estaba herido.
—Es difícil cuando estás jugando a dos puntas —fruncí el ceño mientras lo veía tomar su móvil y su chaqueta del armario.
—¿A dónde vas? No —me adelanté a él y logré cerrar la puerta de su habitación—, no voy a dejar que vuelvas a pasar una noche afuera. No esta vez —contesté desafiante.
—No vas a detenerme. Esto de lidiar contigo es estresante, estoy comenzando a cansarme.
—Quizás si fueras menos celoso y posesivo la cosa iría mejor —respondí mordaz. Rió amargamente y me miró.
—¿Celoso y posesivo? Quizás si tu fueras menos abierta en las relaciones esto iría mejor. Y con el término <<abierta>>, sabes a lo que me refiero.
—Eres un imbécil, no puedo tener una buena relación contigo. Ya tienes que arruinarlo tan fácilmente.
—Bien, entonces te haré un favor si dejo de tener una <<relación>> contigo —mis propias palabras me golpearon con fuerza y me negué rotundamente a dejarlo ir. No iba a perder esto, no. Él había dicho que yo era su novia, nos había etiquetado, esto debía ser bueno. 
—Eres exhasperante —murmuré antes de acercarme y presionar sus labios con los mios. No se resistió ni un segundo, me sentí bien al ver que no podía resisitirse a mi. La cosa era mutua. Bajó sus besos por mi mandíbula, mi cuello y me dio un leve mordisco.
—Detesto cuando estás con él, eres mía —me empujó con fuerza pero delicadeza pegando mi espalda a la puerta. Enterré mis manos en su cabello mientras él dejaba un reguero de besos por mi cuello y mi clavícula.
—Sabes que solo te quiero a ti, idiota —susurré rendida ante su encanto y su sensualidad. Estabamos al borde, los dos. Solo hacía falta dejarnos caer, luego de esto las cosas no serían igual. Serían mucho mejor. Busqué con mis torpes manos el borde de su camiseta y tiré hacia arriba mientras que él bajó el cierre de mi vestido en segundos. En un abrir y cerrar de ojos me tenía en ropa interior y él llevaba solo jeans, pero se veía demasiado sexy así. Le fui dando empujones y con pasos torpes ambos caímos en la cama, yo encima suyo. Besé su rostro, su cuello, su pecho y estaba dispuesta a dirigirme hacia el botón de sus jeans pero tres golpes en la puerta me detuvieron. Soltó un leve gruñido y miró el techo con una molestia palpable.
—¿Qué? —contestó de mala gana. Por suerte yo no era la única con la respiración fuera de compás. 
—Zayn, Roger y Tyler están aquí —la voz de Harry se oyó del otro lado.
—Mierda —murmuró Zayn poniéndose de pie y haciéndome a un lado.
—Te esperamos abajo —avisó Harry. 
—¿Roger y Tyler? —pregunté apoyada en mis codos sobre la cama. Todavía mi respiración iba fuera de ritmo así que me tomé unos segundos para normalizarla. Zayn me arrojó su camiseta de los Rolling que se puso solo cinco minutos. 
—Póntela, debemos bajar —me coloqué la camiseta que me quedaba por debajo de los glúteos y me acomodé un poco el cabello.
—Zayn, mejor iré por unos jeans a mi habitación —asintió y sacó otra camiseta. Corrí fuera y dentro de mi habitación saqué los primeros jeans que vi, me los puse y al salir al pasillo me crucé con él—. ¿Quienes son Roger y Tyler? —suspiró mientras ambos caminábamos hacia las escaleras.
—Los managers —¿otra vez esos tipos?—. Estoy seguro que vienen para hablar con Harry pero el imbécil va a involucrarnos a todos, como siempre —una vez abajo noté que solo era una conversación de hombres y además Eleanor me llamaba desesperada desde la cocina. Caminé rápidamente hacia allá y cerré las puertas corredizas a mis espaldas. 
—¿En donde diablos te metiste? —preguntó con curiosidad.
—¿Esa no es una camiseta de Zayn? —preguntó luego Dani. Me coloqué un mechón de cabello detrás de la oreja y bajé la mirada sonrojada.
—Vaya, eso si que fue un rápido. ¿Cuánto? ¿Diez minutos? —la miré con el ceño fruncido pero con una mueca de diversión y le golpee el brazo.
—¡No lo hicimos! —le informé molesta y escandalizada por sus crudas palabras. 
—Oh, vamos. Traes su camiseta, tu labial está hecho un desastre y tu cabello ni hablar. No me mientas.
—Estabamos a punto pero Harry golpeó la puerta. 
—Maldito seas, Styles —dijo Eleanor mirando hacia el cielo en broma. Dani y yo reímos mientras nos sentábamos en la barra. 
—¿Y Taylor? —pregunté curiosa.
—Está con los chicos y los managers —me contestó Dani con una media sonrisa. Fruncí el ceño.
—¿Y ustedes qué hacen aquí? —Dani se encogió de hombros.
—No podíamos escuchar, algo de que era confidencial y bla bla bla. Lo mismo de siempre —contestó ahora Elle.
—Alto, alto, alto. ¿Por qué la rubia cabeza hueca puede escuchar y nosotras no? 
—Rubia cabeza hueca, esa es buena —repitió Elle riendo.
—Creo que iban a hablar sobre la relación de Harry y Taylor.. y algo sobre ti —reí y las miré a ambas consecutivamente.
—¿Hablan sobre mi y no puedo escuchar? —Elle suspiró.
—De todos modos, creo que será mejor si te quedas aquí. Esos dos son el diablo y su mano derecha, créeme —entonces la rubia irrumpió en la cocina. Las tres la miramos y ella corrió hacia el comedor. Fruncí el ceño y la seguí.
—¿Taylor? 
—Lo siento, debo irme. Es una urgencia —se colocó su abrigo largo hasta las rodillas, se subió el cuello del mismo y salió casi corriendo. ¿Sospechoso? Demasiado. ¿Debería seguirla? ¿Qué ocultaba? Bueno, quizás su madre se descompuso. O alguno de sus hermanos o hermanas la necesitan, ¿tiene hermanos? Subí corriendo las escaleras, me puse mis converse y tomé una chaqueta de mi armario. Pasé por el living ignorando los llamados de los chicos y salí a la fría noche de Londres. Miré hacia ambos lados y pude verla caminar apresurada por la derecha, hacia el lado del parque central. La seguí a un paso aminorado, no quería que me viera y tampoco que me oyera. Eramos las únicas personas en la calle un día como hoy, el frío amenazaba con traspasar la gruesa tela de mi chaqueta pero gracias a Dios era lo suficientemente abrigada como para no morir de una hipotermia. La seguí unas cinco cuadras y en la esquina de la sexta se detuvo. Me oculté detrás de un contenedor de basura y la observé mirar hacia atrás y ambos lados para luego ir hacia la derecha. Caminé apresurada y al llegar a la esquina me asomé y pude verla entrar en un callejón oscuro. ¿Taylor Swift en callejones oscuros? Eso no me sonaba para nada bien. Corrí hacia allá y al entrar al callejón sin salida me quedé parada observando hacia todos los rincones. Ella simplemente había desaparecido. 

***

—¿En dónde diablos estabas? —colgué mi chaqueta en el perchero del hall y dejé mis llaves sobre la mesa que estaba a un lado. 
—Tuve que salir —informé cortante.
—¿Tienes idea de qué hora es? —entrecerré los ojos observándolo y reí cínicamente.
—No eres mi padre, Harry 
—No, pero soy tu mejor amigo y me preocupo por tu seguridad. Es lo que los amigos hacen —sí, claro. <<Amigos>>. Suspiré y traté de mantener la calma.
—No estoy de humor para discutir, Harry. Buenas noches —pasé a su lado dejándolo con mil palabras en la boca y subí las escaleras. De verdad no tenía ganas de discutir con él, además de que probablemente luego nos vería Zayn y se enfadaría por el simple hecho de que yo estaba conversando con Harry. ¿Qué haría si supiera que imaginé besarlo? Me estremecí al pensarlo, pero debía estar calmada. Aquello solo se encontraba en mi mente, nada más. Paranoia. Eso es. Estaba total y completamente paranoica hasta el punto de desconfiar de Taylor. Dios, como si esa chica fuese capaz de matar a una mosca. Me quité la ropa, todo menos la camiseta de Zayn y me metí bajo las sábanas. Estaba por apagar mi lámpara cuando mi móvil sonó. Lo tomé rápidamente y abrí el mensaje. '¿Salidas nocturnas tan tarde? Es peligroso, podría haberte pasado cualquier cosa _________ -X'. Sentí mi corazón desbocarse cuando comprendí lo sucedido. Él me siguió. Él estuvo ahí. 

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Who is Mr. X?Where stories live. Discover now