Peeta se apoyó sobre su brazo a un lado y se incorporó levemente para observarla con una mirada llena de pasión, mientras la palma de su mano rodaba sobre el duro pezón erguido por las caricias de su lengua y sus labios.

-Tócame, Kat - rogó con voz ronca.

Katniss llevó las manos a su jersey y se lo quitó por la cabeza.

Con las puntas de los dedos acarició lentamente los músculos fuertes de su pecho viéndolos retraerse y relajarse.

Sus manos vagaron abiertas por el pecho bronceado, por los hombros anchos, por los músculos fuertes de sus brazos.

Sintiéndose poderosa, dejó que las puntas de los dedos siguieran la línea de vello oscuro que se iba estrechando hasta desaparecer debajo del cinturón de sus vaqueros, sin atreverse a llevar sus manos más allá.

Su boca se apoderó de la de ella con una pasión irrefrenable.

Peeta hundió las manos en los cabellos de Katniss, mientras le mantenía inmóvil la cabeza bajo la interminable embestida de sus labios.

Katniss se removía nerviosa y excitada al sentir el palpitar de su virilidad erecta presionándola íntimamente. Entonces, cuando él empezó a mover lentamente en círculos las caderas contra las suyas, gimió con ardiente deseo.

Peeta bajó su mano hasta la cinturilla de los pantalones de Katniss y los desabotonó con destreza. Le quitó los pantalones junto con las bragas dejándola completamente desnuda y excitada sobre el sofá.

Katniss tembló por la anticipación cuando los dedos de Peeta acariciaron su tibia y húmeda raja.

Peeta la observaba con atención mientras la acariciaba.

- Estás mojada, cielo - le informó con suavidad

- Te necesito, Peeta - pidió vergonzosa

- Me tendrás, pequeña, - prometió sin dejar de acariciarla - pero no todavía

- Por favor - rogó ella separando las piernas para darle mejor acceso a su sexo

- Todavía no, cariño...

Peeta bajó su boca sobre el pecho erguido de la chica y lo mordisqueó con suavidad haciéndola retorcerse nerviosa.

Lentamente introdujo primero uno y luego otro dedo en el húmedo canal de su vagina, embistiéndola con ellos.

Su pulgar frotaba el palpitante clítoris sin dejar de embestirla. En sólo unas pocas embestidas, Katniss se retorcía jadeante al borde del clímax.

- Eres tan receptiva, cariño - comentó él viéndola a punto de alcanzar la cima sin poder retirar la mirada de sus ojos - Mírame, Kat - ordenó - Quiero que me mires cuando te corras

Katniss abrió los ojos aunque no sin esfuerzo y clavó en él sus pupilas dilatadas.

- Dios, Peeta, siento que voy a estallar

- Sí, cariño, vamos, hazlo, hazlo para mí...

La embistió con más rudeza a la vez que bajaba los labios por su vientre hasta alcanzar el botón de su placer y apretarlo entre sus labios.

Ese último toque la empujó de cabeza en el abismo del placer, haciéndola gritar de placer.

No retiró sus dedos hasta que los espasmos del orgasmo de Katniss remitieron completamente, llenando su mano con sus espesos jugos.

- ¿Estás bien? - le preguntó acostándose sobre ella

- Mmm - fue su primera respuesta - Quítate la ropa - dijo desabotonándole los vaqueros para empujarlos por sus caderas

La herederaWhere stories live. Discover now