Capítulo 28. Malas Noticias

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—Es obvio, Nicole —le dije y noté como se sonrojó. Parecía una persona totalmente distinta a como era ayer. Ayer era solo una niña malcriada que creía tener a todos a sus pies. Ahora parecía que estaba dándose cuenta de lo mal que estaba.

—Supongo que te debo una disculpa —dijo mirando el suelo apenada—. También me porté mal contigo. Supongo que solo fueron celos —dijo encogiéndose de hombros. Reí por la estupidez que acababa de decir.

—¿Celos por mí? Nicole, eres la princesa y futura reina del reino.

—Sí, estuve un poco paranoica —dijo más relajada y ambas reímos. Al parecer, debajo de esa niña malcriada había una chica agradable y divertida.

—Oye, quiero que sepas que tu secreto estará a salvo conmigo —dijo e imaginé como mi rostro se tornó serio.

—¿Por qué? —pregunté sin saber si confiar en sus palabras. Ella se limitó a encogerse de hombros.

—No lo sé. Simplemente hacen linda pareja y pienso que debes ser tú quien le diga a nuestros padres —. Suspiré. Tenía razón. Debía averiguar una forma para decirles al rey y la reina y ni siquiera había pensado en cómo decirles.

—Ni siquiera sé cómo haré eso.

—Descuida, yo estaré ahí apoyándote —dijo y sonreí. Quizás Nicole no era tan mala como hermana.

—Gracias.

—No hay de qué —dijo y noté como se puso nerviosa mientras se preparaba para decirme algo—. Oye, ¿y cómo sabes que le gusto a Dylan?

Reí a carcajadas por lo tierna que se veía mientras se debatía si era verdad que ella le gustaba a Dylan. Ella se unió a mis risas un poco confundida y pasamos varias horas hablando como lo hacían las hermanas. Y por primera vez desde que la conocí, consideré a Nicole como una verdadera hermana.

•••

—Luke, ¿dónde estás? —susurré mientras me asomaba por la puerta de la habitación en la que siempre nos encontramos desde que estamos en el castillo.

—Esto se está volviendo rutina para nosotros —dijo riendo y yo rodé los ojos.

—No veo nada. ¿Porque tapaste la luz de la luna que venía por la ventana? —pregunté notando que no entraba la luz de siempre ya que unas cortinas la escondían tras ellas. Caminé hacia él.

—Porque quería algo más íntimo y privado —dijo pervertido y apostaría cualquier cosa a que me estaba sonriendo pícaro con sus cejas elevadas. Le golpeé suavemente en el hombro.

—¡Cochino! —murmuré. Él rió y no pude evitar hacer lo mismo.

—Sé que estabas deseándolo.

—¡Claro que no, pervertido! —le dije indignada conteniendo la risa. Él estalló en carcajadas y yo rodé los ojos mientras me dirigía hacia las cortinas para abrirlas. Las abrí y quedé impresionada por la vista de la luna llena reflejándose en una de las fuentes del jardín. 

—Es hermoso, ¿no? —dije cuando sentí a Luke rodear sus brazos por mi cintura y abrazarme mientras yo estaba de espaldas a él.

—No tanto como tú —. Sonreí por lo dulce y romántico de su comentario y sentí como me sonrojé. Volteé para mirarlo y lo besé, rodeando mis brazos en su cuello en el proceso.

—Hablé con Nicole —dije cuando me aparté de sus labios pero aún seguíamos muy cerca.

—¿Sin insultos? —preguntó sorprendido. Me encantaba como su respiración chocaba con la mía y amaba la forma en que nuestros labios se rozaban cada vez que hablaba.

—Sin insultos —confirmé con una sonrisa—. Me prometió que no diría nada sobre nosotros así que estamos a salvos. Kelly no dirá nada y Nicole tampoco —dije y él sonrió satisfecho.

—Entonces ahora no tengo que preocuparme de que el rey me corte la cabeza o algo así —. Reí ante su comentario y él se unió a mí poco después.

Pasamos muchas horas de la noche así. Parecían lo viejos tiempos mientras bromeábamos y coqueteábamos el uno con el otro. Pero luego tuve que volver a la realidad y me despedí de él para dirigirme a mi cuarto.

En mi habitación, me esperaba Olivia con una expresión de tristeza. Se me hacía raro el hecho de que estuviera aquí en medio de la noche y traté de no parecer culpable mientras me dirigía hacia ella. 

—¿Olivia? —pregunté extrañada y ella me miró con compasión.

—Daniela, tengo algo que decirte —. Noté que ese algo era importante ya que Olivia ignoró completamente el hecho de que no estuviera dormida cuando se supone que sí—. Es sobre tu mamá.

Mi rostro se tornó serio tan pronto dijo eso y caminé hacia ella más ligero.

—¿Qué pasó con ella?

—Daniela...tu mamá... —. La miré expectante para apurarla.

—Tu mamá está muerta —dijo de repente y luego todo se volvió negro.

Amando lo ProhibidoWhere stories live. Discover now