Capítulo 8: Acercamientos.

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-Espera a que te atrape Black- le grité al tiempo que salí tras de él. Una vez lo alcancé lo empujé y calló en el pasto, yo me tiré encima de él y empezamos a luchar. Por momentos él lograba someterme, pero yo me zafaba de su agarre y lo sometía a él. Decidimos terminar la lucha ya que ambos teníamos la misma fuerza y ninguno de los dos se rendiría lo que significa que ésta duraría horas, además seguía hambriento.

Una vez nos levantamos agotados del césped fuimos a terminar de desayunar. Limpiamos todo ya que Cristian había hecho un desastre con los cereales, además de eso tomé mi ropa que aun seguía algo húmeda del lugar en que la había puesto el día anterior, la lleve al patio y la puse a secar en el sol.

- ¡Sebastián! - escuché a Cristian gritar desde su habitación.

- ¿Que pasa Cris? - le dije una vez entré a su habitación, y observé que estaba en su cama con una pila de libros de matemáticas, supuse.

-Empieza.

Y eso hicimos, le expliqué temas que eran básicos y algunos que eran mucho más complejos como son los límites y las derivadas. Estuvimos estudiando por alrededor de 4 horas, sólo hicimos pausas para almorzar e ir una que otra vez al baño. Una vez terminamos empezamos a ver películas en Netflix, esta vez la película que escogimos fue un poco triste o al menos para mí. Se trataba de una madre que dio a luz a una niña que sufría de cáncer en la sangre y esto le provocaba pérdida de órganos, ésta madre pagó para tener un embarazo en cuál el bebé o la bebé naciera con ciertos tipos especiales de características para que pudieran tomar de él o ella los órganos necesarios para mantener a su hija con cáncer viva. Era realmente triste.

-Esta película fue realmente fuerte- dije una vez se acabó, cuando miré a mi compañero este me miraba a la cara fijamente, era como si estuviera analizando cada uno de mis rasgos o algo así.

- ¿Tengo algo en la cara? - le pregunté tocándome el rostro.

-Cámbiate, te mostraré un lugar- me dijo levantándose de la cama y dirigiéndose a su armario, sacó algo de ropa y me la arrojó en la cara para que me la pusiera.

Una vez ambos estábamos listos salimos de la casa de Cristian y tomamos el primer taxi que vimos. Él le dio una dirección, realmente no sabía a donde me llevaría, aunque ya hubiese escuchado la dirección era para mí imposible saberlo ya que no llevaba mucho tiempo viviendo aquí. El camino a aquel lugar fue largo, muy largo, nos mantuvimos ambos en silencio durante todo el trayecto, sólo cruzábamos miradas de vez en cuando. Fue un poco incómodo.

Mientras avanzamos en el taxi, los árboles se volvían cada vez más grandes y frondosos, había gente caminado, en bicicleta, paseando a sus perros y cosas por el estilo. Ya estaba empezando a anochecer.

-Llegamos- dijo Cristian pagando el taxi y bajando del mismo. Yo lo imité, al salir vi un hermoso parque lleno de árboles, bosques y jardines con hermosas flores.

-Ven te mostraré mi lugar favorito en toda la ciudad- dijo el pasándome su mano por encima del hombro, caminamos así hasta llegar a un hermoso lago en el cual había un largo muelle de madera iluminado con luces blancas y amarillas que hacía que todo a nuestro alrededor se viera realmente hermoso, parecía otra ciudad, otro mundo. Uno donde no había autos pitando cada 2 segundos, uno donde la gente parecía no preocuparse por ganar más dinero o por ser popular, uno donde simplemente se podía olvidar de los problemas.

Caminamos por el muelle y una vez llegamos al final de éste, nos apoyamos en la baranda uno al lado del otro, por un momento me perdí en mis pensamientos y empecé a observar el hermoso paisaje de aquel parque, desde ahí podía verse el parque y admirarse la inmensidad de aquel gran lago. Era realmente algo hermoso. Escuché a mi compañero decir algo, pero no entendí muy bien.

GRAVEDAD (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora