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chapter forty one

chapter forty one

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Stiles' POV

Alguien tocaba la puerta de mi cuarto con demasiada insistencia así que abrí la puerta a punto de gritarle al que estaba del otro lado de esta. Pero no pude. No pude porque era Sandra la que estaba frente a mí con una sonrisa que no le cabía en el rostro y estaba más hermosa de lo que jamás creí que fuera posible.

— ¿Puedo pasar?— preguntó con timidez pero en lugar de dejarla pasar, la abracé con mucha fuerza escondiendo mi rostro en su cabello y aspirando el aroma que tanto había extrañado.

Ella soltó un suspiro.

— Regresaste— susurré acariciando su espalda.

— No podía estar lejos de ti más tiempo.

La solté y la miré con incredulidad porque sé que somos amigos pero dudaba que yo fuera la razón principal para que ella estuviera de vuelta.

— Querrás decir de Derek— dije con dolor.

— Stiles, ¿cuándo entenderás que eres muy importante para mí?

— No es que no lo entienda es que yo he vivido otra cosa y Derek importa más que yo además...— no pude decir más porque sus labios estaban sobre de los míos y juro que sabían mejor que antes.

Le seguí el beso porque sería un idiota si no lo hiciera. Nuestros labios estaban tan perfectamente sincronizados y encajaban tan bien que me preguntaba por qué no teníamos algo más que una amistad.

Caminamos juntos hasta dentro de la habitación y como pude cerré la puerta y puse a Sandra pegada con su espalda sobre de esta.

— Maldición— dije entre jadeos, sin dejar de besarla—. Te deseo tanto.

Bajé mis besos por su cuello y ella soltó un gemido.

— Stiles, yo te deseo aún más.

Eso hizo que algo en mí se encendiera. Regresé mis labios a los suyos y nuestro beso se hizo deseoso, salvaje y sabía que nada podría detenernos.

Sandra quitó mi playera como pudo y pasó sus labios desde mi cuello y bajando por mi pecho y mi abdomen, con besos lentos y suaves que no hacían más que excitarme cada vez más.

Estuvo a punto de desabrochar mi cinturón pero la levanté y la guíe a la cama. Al llegar a la orilla de esta, la besé de nuevo y juntos nos acostamos en ella, sintiendo más cerca el cuerpo del otro.

Quité su blusa y vi su torso perfecto aunque me llamó la atención algo que tenía escrito a un costado, sobre un hueso que sobresalía de su cadera. No le entendía nada.

— ¿Qué dice aquí?— le dije mientras pasaba mi lengua encima del tatuaje y ella se arqueó. Su piel estaba muy caliente.

— Brave— contestó entre jadeos. Volví a verlo pero yo no leía eso sino que veía "Revrab".

Cacería de lobosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora