PROLOGUE

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" ¡Lo he perdido Derek, lo he perdido!

Quiero que te tranquilices y me digas todo lo que pasó.

¡Ni siquiera sé lo que pasó, todo fue tan rápido! Un momento estaba Isaac a mi lado y al segundo se lo estaban llevando lejos de mí...

¿Tú estás bien?

Sí pero ¡no pude hacer nada! ¡No sé ni cómo salí de ahí!

Calma amor, no fue tú culpa...

¡Lo fue porque éramos un equipo, parte de una manada, y yo no lo cuidé!

Necesito que vengas a casa y aquí hablaremos.

¡No! Debo buscarlo porque...

Yo lo encontraré. Te espero aquí."

Sandra abrió los ojos de golpe, con una hilera de sudor bajando por su frente y recorriendo la línea de su cansado rostro.

Aún no podía quitarse de la cabeza la última noche en la que vio a Isaac y se sentía culpable de no haber podido hacer nada para salvarlo del peligro. Agregándole algo mucho peor: ella no recordaba en donde lo había perdido, en donde se habían metido y que fue su perdición.

Y todavía aumentaba más el remordimiento por el hecho de que Derek quería dar por concluidas sus expediciones para buscar a Erica y Boyd, los chicos que recibieron la mordida de Hale, que decidieron irse de con Derek para buscar suerte en otra manada y que ahora estaban en las garras de una manada de alfas.

Le dio escalofrío el sentir el otro lado de la cama vacío y con un suspiro se levantó. No podría volver a dormir.

La insistencia del tono de su celular llenó el silencio espeso de la habitación así que se dirigió hacia el tocador para ver la llamada entrante.

"Melissa McCall"

Respondió sin pensarlo tanto.

— ¿Hola señora McCall?— preguntó Sandra pensando para qué podría buscarla la mamá de Scott si parecía querer salir corriendo cada vez que la veía.

— ¡Gracias al cielo que tú sí respondes!— dijo con alivio en su voz—. Necesito que vengas al hospital con urgencia.

— ¿Por qué? ¿Qué pasó? — Sandra pensó lo peor, casi imaginando a Derek en una cama del frío hospital.

— Isaac te necesita...

Y Sandra salió de la casa tan pronto como pudo.

Y Sandra salió de la casa tan pronto como pudo

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