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chapter thirteen

chapter thirteen

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Derek's POV

Ya no podía más cargando con este dolor pero no encontraba quién pudiera ayudarme. No podía ir a casa o con alguno de la manada pues sería arriesgar a esas personas que amaba, aunque no me gustara decirlo con palabras. Además el que ellos crean que estoy muerto hará que también Deucalion y su manada lo crean. Pero ¿quién puede ayudarme con estás heridas de alfa?

No pude más con el dolor y me recargué sobre un coche cercano y me desvanecí mirando entre nubes de la inconsciencia el rostro conocido de una mujer...

* * * * * *

Me levanté de la cama con mucho cuidado pero una voz me detuvo.

— ¿Estás seguro de que quieres levantarte?

La miré. Era Jennifer, la maestra que había salvado hace días y parece que ahora estábamos a mano.

Tenía recuerdos vagos y borrosos de cómo llegamos aquí pero lo que no entendía es porque quise venir a casa y Sandra no estaba aunque quizás sea porque la corrí de aquí hace un par de noches.

— Debo ir a buscar a los demás, deben saber que no estoy muerto— le respondí con voz cansada.

— En ocasiones es mejor que los demás no sepan, así tienes una gran ventaja— Jennifer se mantenía a distancia pero me miraba con mucha atención.

— ¿Por qué no estás dando clases?— le pregunté para cambiar el tema.

— Muchos alumnos del grado que doy se fueron a una conferencia con el entrenador de lacrosse.

La imagen de Sandra con Stiles me golpeó y los celos me volvieron a invadir. Quizá el que ella me crea muerto era lo mejor para que estuvieran ellos juntos para darse los besos que quieran.

No me di cuenta que Jennifer estaba de cuclillas frente a mí hasta que me habló.

— No tienes nada de primeros auxilios así que ¿cómo te voy a curar?

— Tiempo...— solté un fuerte suspiro—. Deberías irte.

— Tengo una corazonada contigo.

— Todos los que están alrededor de mí salen lastimados— o yo los alejo.

— Ya me han lastimado— respondió antes de besarme.

Pude haberme alejado porque sabía que estaba mal pero mi mente me hizo una mala jugada...

Los labios de Sandra estaban unidos a los de Stiles en un beso apasionado y las manos de ambos acariciaban la piel del otro.

— ¿Estás segura de que quieres hacer esto?— le preguntó el chico Stilinski entre jadeos y sintiendo los labios de la chica recorrer su cuello, deteniéndose en cada lunar de su piel.

Cacería de lobosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora