cap 41

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Que todo eso lo pagábamos nosotros, con descuento, eso sí, ya que el padre de un compañero nuestro era el dueño del hotel, pero había costado una auténtica fortuna.

Mi graduación la hicimos en un crucero, no regresamos a casa hasta después de cinco días me había contado Nick cuando le revelé mi asombro ante lo que mis compañeros estaban planeando. Después de esa contestación decidí guardarme mis opiniones para mí.

Asentí entusiasmada muerta de ganas de empezar a conducir aquella maravilla de coche. Los asientos eran de cuero beige y todo estaba flamante, con ese olor a coche nuevo… un olor que en mi vida había percibido hasta ese momento.

Metí las llaves en el contacto y salí del aparcamiento dejando el colegio atrás… para siempre.

Noah, afloja, te estás pasando— me regañó Nick desde el asiento del copiloto. El viento nos daba en la cara, echándonos el pelo hacia atrás, y yo no podía dejar de reírme.

El sol se estaba poniendo y las vistas que tenía en aquel instante eran impresionantes, los vehículos pasaban por mi lado, el cielo estaba pintado de mil colores, entre rosados y naranjas y las estrellas empezaban a entreverse en el cielo despejado y sin nubes. Era una perfecta noche de verano, y sonreí pensando en el mes y medio que tenía por delante para estar con Nick, juntos de verdad, sin exámenes, ni trabajo, ni nada de nada… Teníamos seis semanas para estar juntos antes de que me mudara a la ciudad y no podía dejar de sonreír ante ese futuro tan perfecto.

—Joder, no deberían haberte comprado este coche— se lamentó entre dientes a mi lado.

Lo miré poniendo los ojos en blanco y aminoré la velocidad.

—¿Contento, abuelita?— dije pinchándolo. Me encantaba correr, eso no era ninguna novedad.

—Sigues superando el límite de velocidad— agregó mirándome serio.

culpa tuyaWhere stories live. Discover now