cap 40

510 2 0
                                    

—¿Te gusta?— preguntó William.

—¿Estás de broma?— repuse dando botes. ¡Dios!, estaba tan enfurecido que no sabía ni qué hacer.

Fui corriendo hacia mi madre y William y los estreché en un abrazo que casi los deja sin respiración. Había soltado algún que otro comentario sobre ahorrar para comprarme otro coche. El mío, lamentablemente, se había estropeado unas cinco veces en los últimos tres meses y al final me estaba gastando tanto dinero en el taller que merecía la pena comprarme uno nuevo, pero ¡nunca imaginé que me iban a regalar un Audi!

—No me lo creo, en serio— confesé entrando en el coche. Era precioso, rojo y brillante; mirara donde mirase parecía relucir.

A mi lado se escuchaban gritos de júbilo, pues no era la única a la que le habían regalado un coche por graduarse: había más lazos gigantes en ese aparcamiento que en una tienda de manualidades.

—Es un Audi A5 Cabrio— me informó Nick, sentándose a mi lado.

Sacudí la cabeza, aun en estado de shock.

—¡Esto es increíble!— exclamé metiendo las llaves y escuchando el dulce ronroneo del motor.
—Tú eres increíblemente— corrigió él y sentí una calidez en mi interior que me llevó al séptimo cielo. Me perdí momentáneamente en su mirada y en la felicidad que sentía. Mi madre tuvo que llamarme dos veces para que reaccionara. Nick, a mi lado, soltó una risa.

—¿Nos vemos en el restaurante?— preguntó mientras William le abrazaba por los hombros.

Mi madre había hecho una reserva en uno de los mejores restaurantes de la ciudad. Después de cenar todos en familia, yo tenía la fiesta de graduación en el Four Seasons de Beverly Hills. No solo habían contratado el mejor catering y el salón más grande con un aforo para más de quinientas personas, sino que habían alquilado dos plantas enteras del hotel para poder quedarnos a dormir todos aquella noche y no tener que regresar a casa hasta el día siguiente. Era una locura, y al principio me había quejado, ya

culpa tuyaWhere stories live. Discover now