cap 39

370 0 0
                                    

William se detuvo a nuestro lado y, después de que mi madre me soltara, me dio un cariñoso abrazo.

—Tenemos una sorpresa para ti— anunció. Miré a los tres con suspicacia.

—¿Qué habéis hecho?— inquirí con una sonrisa. Nick me cogió de la mano y tiró de mí.

—Vamos-dijo y seguí a los tres por los jardines.

Había tanta gente a nuestro alrededor que tardamos un rato en llegar al aparcamiento. donde mirase había coches con lazos gigantes, algunos de llamativos colores brillantes, otros con globos atados a los espejos. ¡Madre mía! ¿Qué padre podía estar tan loco como para comprar semejantes cochazos a críos de dieciocho años?

Entonces Nick me cubrió los ojos con una de sus grandes manos y empezó a guiarme por el aparcamiento.

—Pero ¿qué haces?— pregunté riéndome cuando me tropecé con mis propios pies. Empecé a sentir un cosquilleo de inquietante emoción.

No, no podía ser...

—Por aquí, Nick— le indicó mi madre, más emocionada de lo que la había oído en mi vida. Nick me obligó a girar el cuerpo y se detuvo. Un segundo después, su mano se apartó de mis ojos y me quedé con la boca abierta, literalmente.

—Dime que ese descapotable rojo no es para mí— susurré con incredulidad.

—¡Felicidades!— corearon William y mi madre con una sonrisa radiante.

Nick me puso unas llaves delante de las narices.

—Se acabaron las excusas para no poder venir a visitarme— musitó contento.

—¡Estáis locos!— grité histérica cuando reaccioné.

Joder, me habían comprado un puto Audi… —¡Dios mío, Dios mío! Empecé a chillar como enloquecida.

culpa tuyaWhere stories live. Discover now