Un instante para después volver a acariciarme con muchísima suavidad. Se me quedó mirando con los ojos brillantes. ¿Quieres que siga? Joder…
—Sí… por favor— contesté con un suspiro.
Lo último que vi volver a cerrar los ojos fue su inmensa sonrisa y de nuevo me dejé llevar por sus caricias hasta que se hicieron tan intensas que terminé agarrándome a las sábanas con fuerza.
¡Dios…! Acababa de tener la experiencia más erótica de mi vida.
Cuando me recuperé, Nicholas tenía la barbilla apoyada en mi estómago y me miraba como quien ha encontrado un tesoro en el fondo del océano. Me ruboricé y él se rio impulsándose hacia arriba y colocándose a mi lado. Me cubrí con la sábana y él me atrajo hacia sus brazos.—Joder, Noah… dime por qué no te había hecho esto antes—.
Me di la vuelta y enterré la cara en su pecho. Nicholas seguía vestido y no me hacía falta mirar para comprobar que se le marcaba una erección entre los pantalones.
¿Tendría yo que hacer lo mismo?
Los nervios volvieron a asaltarme, pero Nick me besó en la cabeza y se incorporó bajándose de la cama.
—¿Adónde vas? —pregunté cuando empezó a caminar hacia la puerta
—Si no me voy ahora, no lo haré en toda la noche— me explicó y note su voz un poco tirante.
Cogí el pantalón que estaba a mi lado sobre la almohada donde lo habíamos dejado caer y me lo puse. Bajé de la cama y fui hacia él.—El viernes termino, Nick, y tendremos todo el verano para nosotros—. Me acerqué y le di un abrazo amoroso.
Nick me estrechó entre sus brazos y suspiró con resignación.—Como no saques un diez en ese examen, te las tendrás que ver conmigo—.
Me reí y me aparté de su pecho para poder observarlo. —Gracias… por todo— dije notando otra vez cómo me sonrojaba. Extendió la mano y me rozó la mejilla.