cap 35

475 1 0
                                    

No se escucharán sus gritos. Joder, ¿teníamos que hablar de eso justo ahora? Noté cómo me excitada al recordarlo.

—Sí que me gustó, no es eso— repuso mirado hacia otro lado.

—Pero… me preguntaba si tú querías… bueno, que hiciese lo mismo contigo—.

Casi me atraganto con mi propia saliva.

Los ojos de Noah volvieron a posarse en los míos y me miraron llenos de vergüenza y también de deseo. Sí, veía el deseo bajo aquellos ojos color miel y, ¡Dios mío!, no podía seguir teniendo conversaciones de sexo con Noah en sitios públicos. Me ponía nervioso solo de pensarlo…

—Joder, Noah… — solté apoyando mi frente contra la suya, —¿quieres matarme de un infarto?-

Ella sonrió divertida y clavó sus ojos en los míos.

—O sea que sí lo habías pensado— respondió y me aparté de su frente

Para contemplarla alucinado. —Creo que cualquier tío con ojos y que te tuviese delante pensaría justo en eso, amor. Claro que lo he pensado, pero no es algo que tengamos que hacer a no ser que tú quieras hacerlo—.

Noah se mordió el labio con nerviosismo.

—Pero… no es justo, quiero decir, tú has tenido que pasar por eso y yo…-

Solté una carcajada.

—¿Pasar por eso? Lo dices como si hubiese sido una tortura— contesté intentando entenderla.

—Noah... lo hice con mucho gusto; es más, quiero repetirlo en cuanto tenga ocasión—.

Los ojos de Noah se abrieron entre sorprendidos y excitados. A veces me olvidaba de lo inocente que podía llegar a ser.

—Entonces yo haré lo mismo…— afirmó resuelta, aunque vi alguna duda en sus ojos.

—No— negué, mirándola divertido. —Esto no va así. Las cosas que te hago son independientes de lo que tú quieras hacer conmigo; esto no es un hoy por ti, mañana por mí. Cuando quieras hacerlo, lo harás y si nunca

culpa tuyaOù les histoires vivent. Découvrez maintenant