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Narra Clara.

Desde el derrumbe, cada vez que tengo algún momento libre vengo a echarle la mano a Lilith con alguna que otra cosa en la enfermería. Ya es habitual encontrarme en este lugar en mis ratos libres, es mi segundo lugar favorito de la base. Pero en esta ocasión, la única razón por la que he venido aquí es para huir de Ru y su mirada inquisidora que me alerta que sabe que estoy ocultándole algo, y es que ya empiezo a entender porque todos dicen que soy muy mala para mentir. He tenido que evitarla todo el día para no terminar soltando que Daniel fue en busca de su prometido.

Desde lo que ha pasado en la mañana en el salón de clases de la doctora Méndez no he podido concentrarme en nada. Me empiezan a escocer los dedos de las manos de tanto retorcerlos y no he podido probar bocado alguno debido a los nervios. A todo eso le añadimos que no he dormido nada porque estuve toda la noche esperando noticias de Daniel, unas que nunca llegaron hasta que lo vi esta mañana.

____ Las chicas llevan rato buscándote sin éxito, ¿Acaso te escondes de alguien?

Levanto la vista para encontrarme con el pequeño rostro totalmente cambiado de Oliver. En los últimos siete meses ha bajado de peso de una manera extraordinaria, pero no se cansa de repetir que su aspecto de chico reformado y aparentemente saludable es culpa de Daniel como si se tratara de alguna tortura.

____ No me estoy escondiendo. ____ Miento.

Lo observo tomar asiento a mi lado en los pequeños peldaños situados en la entrada aledaña a la enfermería y ofrecerme uno de los dos chocolates que lleva en mano. ____ Te comparto un poco de mi felicidad. ____ Lo tomo simulando un asomo de sonrisa.

____ Gracias.

____ ¿Por qué te escondes de Ru? ____ Suelta sin anestesia.

____ No lo hago, solo no estoy de humor. ____ Abro el envoltorio del chocolate evitando su mirada y me llevo la golosina a la boca.

____ Ella no está bien. ____ Oliver chasquea la lengua como si sus propias palabras le hicieran daño. ____ Les hace creer a todos que es fuerte, pero la he visto llorar a escondidas cuando tú y las demás chicas no están cerca. Los últimos tres días han sido una tortura para ella.

No emito sonidos audibles, pero en mi cabeza se llevan a cabo una guerra nuclear, dos conciertos y un debate con relación al tema. Continúo comiendo el chocolate sintiendo como el nudo en mi garganta se hace cada vez más grande impidiendo que pueda tragar. Menos mal mi compañero continúa hablando:

____ Cuando llegamos aquí nunca pensé que termináramos así. Nunca pensé que conocería a tantos chicos que tuvieran mis mismos intereses y sueños, que me inculcaran tanta disciplina y conocimientos útiles, sin contar que he bajado de peso, muy en contra de mi voluntad, debo aclarar. ____ Ambos reímos por lo bajo ante su comentario evidente. ____ Estos meses han sido buenos en muchos sentidos. No dejes que malos acontecimientos borren todo lo bueno que hemos conseguido en este viaje. Siempre encontramos soluciones a nuestros problemas, esta vez no será la excepción. Fue una decisión correcta venir.

____ Yo también lo creo. ____ Admito volviendo la mirada a algún lugar cualquiera con las lágrimas inundando mis ojos.

____ Todo irá bien, Clara.

Permito que su tacto cálido en mi hombro me reconforte y dejo salir las lágrimas que se agolpaban en las horillas de mis ojos tratando disimuladamente de esconderme de su escrutinio.

Pasamos largos minutos en silencio solo contemplando como los demás siguen sus vidas mientras nosotros nos tomamos un pequeño descanso absortos en la encrucijada que son las nuestras en estos momentos.

En compañía de nuestros miedos (Bilogía Miedos - Libro 1)Where stories live. Discover now