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Narra Daniel.

Sabía que esto no era buena idea, y de todos modos me he dejado convencer del idiota de Francis y aquí estoy, cursando la séptima tienda en busca del dichoso anillo perfecto para Ru.

Llevamos todo el jodido día dando tras pies en busca de la dichosa joya y todavía es la hora que el idiota no se decide por ninguna. Aun no puedo creer que me haya prestado para esto. Sí que sabe cómo convencerme, o se aprovecha de mis debilidades, porque estoy seguro que en mi sano juicio no accedería a esto.

Han pasado dos meses desde que el idiota le propuso matrimonio y no se había dignado a comprar el anillo, según él por qué yo no había querido acompañarlo. Pero si me hubiera imaginado que la cosa sería tan difícil, ni de broma habría accedido.

____ ¿Qué le parece este, señor?

La joven que nos atiende le muestra un anillo color plata con un gigantesco diamante blanco el cual no alcanzo a escuchar los quilates, lo único que alcanzo a entender es como Francis se niega y le pide que le muestre todos los anillos de la tienda sin excepciones. Es un poco idiota, pero eso no evita que posea la vena exigente que caracteriza a la familia.

Mientras mi atolondrado primo casi hace que la pobre chica le salgan canas, merodeo el elegante lugar observando las joyas que se encuentran expuestas en los mostradores. Todo me parece tan superficial y poco significativo hasta que distanciada de las demás, en una caja de cristal poco común alcanzo a ver una joya en particular que capta por completo mi atención por el parecido que le encuentro a cierta recluta que desde que la conozco no sale de mi cabeza. Se trata de un par de anillos bastante sencillos, pero mi atención solo se dirige a la joya que me imagino es para una chica. Debo suponer que es de oro blanco por lo pulido y el matiz del color.

____ ¿Le gustaría verlos más de cerca, señor?

Desvío la mirada de la prenda y la poso en un anciano canoso, de expresión suave y sonrisa amable. Por la flacidez que puedo observar en la piel de su rostro calculo que debe andar cerca de los 80 años.

____ No hace falta. ____ Respondo apacible.

____ Hay anhelo en su mirada, debo suponer que la pieza le trae el recuerdo de un ser especial.

Sin querer una diminuta sonrisa se adueña de mis labios ante la imagen de ese alguien, acto que le da la razón al anciano y se dispone a sacar las joyas de la delicada caja de cristal.

____ En lo sencillo se esconde todo lo magnifico. ____ Su voz parece ir cargada de sabiduría, y la manera en la que detalla con la mirada las prendas me parece nostálgica. ____ Lo simple tiene la capacidad de ser impredecible y único. Como estas piezas, vislumbran en la sencillez. Su creador las ha diseñado en honor a su amada que lleva más de cincuenta años fallecida. Según el relato, la pareja que porte las prendas será bendecida con todos aquellos años que ellos no pudieron vivir su amor. Es un diseño único con un valor extraordinario.

____ ¿Usted cree esa historia? ____ Me aventuro a soltar con un deje demasiado notable de curiosidad en la voz.

____ Fui testigo de cómo dos jóvenes se entregaron el uno al otro a tal punto de convertirse en uno solo, hasta que ella le fue arrebatada. Creo que estas piezas representan ese gran amor que no pudo batir sus alas. Y respondiendo a su pregunta no formulada, joven. La pieza no está a la venta. No crea que intento vendérsela, solo se exhibe como la joya insignia de la colección.

____ Entonces, ¿Por qué me ha contado la historia?

El anciano sonríe con la mirada puesta en las joyas. Su risa es lenta y suave, igual que su voz.

En compañía de nuestros miedos (Bilogía Miedos - Libro 1)Where stories live. Discover now