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Narra Daniel.

Han pasado demasiadas cosas en los últimos cinco meses, y aunque el panorama pareciera estar aclarándose, no podemos bajar la guardia. Presiento que apenas nos acercamos al ojo del huracán.

El último mes he estado totalmente sumergido en los trastos sucios que Wilson ha dejado a su paso, y aunque pensaba conocerlo, el imbécil se las ingenia para seguir sorprendiéndome, es más basura de lo que cualquiera podría imaginar. Es increíble cómo ha contaminado todo lo que había a su paso, por eso creo que no es suficiente con acabar con él, tenemos que deshacernos también de la organización.

Georgia y yo tuvimos una larga conversación al respecto. No podemos simplemente delegar a alguien más para que se haga cargo de la élite, esa institución está tan jodida, que la ausencia de Wilson no hará ninguna diferencia, tenemos que acabarla de raíz, y no pienso detenerme hasta lograrlo.

Me he dejado llevar tanto por la situación que casi no he tenido tiempo para pasar con Clara. Me siento un idiota, no solo porque ni siquiera le he podido brindar una conversación decente después de lo que tuvo que pasar por culpa de Yaneth hace más de una semana, sino también porque me hace falta, demasiada diría yo.

Aun no me acostumbro a esta sensación, esa de tener que ver a la otra persona para sentirte pleno, de sentir esa necesidad constante de abrazarla, aspirar su olor y tocarla. No pasa un solo minuto en el que no reproduzca su imagen en mi mente y ya está empezando a pasarme factura, necesito verla, pero estoy hasta el tope de responsabilidades y no puedo descuidar ninguna o todo el plan que he estado armando el último mes se me viene abajo.

Por otro lado, he tomado mis precauciones en cuanto a su seguridad. Puede que esté ocupado, pero no pienso dejar que nada le pase, y al parecer los chicos tampoco, ya que cuando me disponía a delegar nueva seguridad para Clara el equipo alfa se ofreció sin darme espacio a discrepar, cosa de la que estoy bastante agradecido, sé que no hay mejores soldados en los que pueda confiar.

Me encuentro en mi oficina. Como es habitual en las últimas semanas, he pasado todo el día fuera de la base, he tenido tantas reuniones que la cabeza me palpita dolorosamente, tengo cada músculo del cuerpo tenso debido a la falta de sueño, y mi aspecto corrobora cada palabra de lo que digo.

Escucho unos pasos firmes y fuertes acercarse con decisión a mi oficina y ya me imagino de quien se trata. Un Francis acelerado, sonrojado y sonriente entra a mi oficina sin siquiera tocar y solo me resta enarcar las cejas y observar cómo se acomoda frente a mi escritorio con la sonrisa más grande que le haya visto alguna vez.

____ Hoy también llegaste tarde. ____ Son sus palabras.

____ Buenas noches para ti también. He tenido que ver a algunas personas antes de venir. Aun no hay rastros de Mario.

La sonrisa de Francis decae poco a poco sumergiéndose más en ese aire serio que amerita la situación.

____ ¿Crees que...

____ Es lo más seguro. ____ Lo interrumpo porque se a lo que se refiere. ____ Sigue trabajando para Wilson, él y muchos más. Me atrevo a decir que el imbécil tiene mucho más poder ahora que es prácticamente impredecible estando encerrado.

____ Tenemos que hacerlo Daniel, si esperamos más corremos el riesgo de que alguien salga lastimado. Wilson puede usar sus hilos y podría ser cualquiera, debemos acabar con los traidores.

Me quedo meditando sus palabras y por un lado sé que tiene razón, pero todavía no es el momento, si queremos que nuestro plan funcione debemos ser metódicos y pacientes.

____ Aun no, Francis, necesitamos un poco más de tiempo, y lo sabes.

____ Bien. ____ Accede y sé que ha decidido dejar el tema. ____ Debo hablarte de algo.

En compañía de nuestros miedos (Bilogía Miedos - Libro 1)Where stories live. Discover now