CAPÍTULO 35: JUICIO RÁPIDO

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Intentaba evitar que se notase su nerviosismo, sabía que cualquier movimiento provocaría el sonido de las esposas y eso les daría a los depredadores un lugar donde atacar. Hoseok no era alguien fácil de impresionar. Solía trabajar con personas muertas y había visto cosas horribles a lo largo de su carrera. La mayoría de los recuerdos de su infancia, antes del orfanato, estaban bloqueados de su mente. Aunque sabía que no eran buenos y prefería no pensar demasiado en ellos. Pero jamás se había sentido acorralado como en aquel momento.

Con dos agentes de policía a cada uno de sus lados, esperando en una pequeña sala hasta la hora del juicio rápido. Era consciente de que mamá Jeon no había tenido tiempo de trabajar en su caso y que todo parecía ir a marchas forzadas contrarreloj. Era evidente que iban a declararle culpable, querían encerrarle. Eso le daba miedo, no solo por él sino por Namjoon. Sabía que su novio se derrumbaría y no estaba listo para sostenerlos a ambos porque él estaba aterrado. Sus informes forenses y sus pruebas habían ayudado a encerrar a muchos criminales, la cárcel no era un lugar seguro para él. Pero mientras estuvo encerrado empezó a entender ese dicho tan famoso "la justicia es ciega". Tenía sentido, solo veían lo que los poderosos e influyentes querían que vieran. Se habían tomado muchas molestias para inculparle y supo más pronto que tarde que estaba en un callejón sin salida. Evitó que Namjoon lo viera, que sintiera la angustia de Hoseok. Pero le hubiese gustado verle una vez más. ¿Por qué habían tenido tan poco tiempo para amarse? Ambos fueron cobardes con sus sentimientos y eso le mataba lentamente.

La orden no tardó en llegar, los dos agentes le indicaron que tenía que entrar a la sala donde se realizaría el juicio rápido. Hoseok estuvo agradecido de que hubiesen cumplido con su deber ya que el inspector jefe Park se lo había recordado. Era bueno en su trabajo y eso Hoseok lo admiraba.

La sala donde se realizaría el juicio era pequeña, Hoseok de inmediato clavó sus ojos en Jeon Eunji que estaba allí esperándole. Era consciente de la tensión en sus hombros, conocía la anatomía y los movimientos corporales. Lo llevaron a su lado y los dos agentes se retiraron. Ella apretó una de las manos de Hoseok con las suyas y se apartó ligeramente. Dejando que el forense pudiese ver a Jin sentado en el primer banco, justo al lado de donde ellos estaban. Mamá Jeon había ido a buscarle justo cuando se llevaron a Hoseok, habían terminado de preparar todo y fueron al juzgado caminando. Cosa que Jin agradeció porque no hubiese soportado subir a un coche y mucho menos después de haberse enfrentado al fiscal Choi.

Hoseok pasó su mirada por el resto de la sala. Al fondo, en un rincón, estaba Seojoon que no había querido dejar pasar el juicio rápido. También había comprobado que todo respecto al trato del acusado se hiciese como era necesario. El inspector jefe se había convertido en un verdadero incordio para el fiscal.

Cuando el juez entró a la sala, todos se pusieron de pie. El silencio era arrollador y la tensión podía sentirse en todo el lugar. Al sentarse, el resto de los presentes hicieron lo mismo. Nadie se percató de la presencia del rey. Agust había entrado a la sala silencioso, sentándose al final justo donde el fiscal Choi pudiese verle bien, era su forma de recordarle que si aquello no salía bien, él pagaría las consecuencias.

—Doy por iniciado el juicio rápido contra Jung Hoseok por los cargos que leeré a continuación. Provocación de incendio, robo de material peligroso de la sala forense donde trabaja, intento de homicidio masivo, destrucción de inmuebles, y asesinato premeditado. ¿Cómo se declara el acusado? —Todas las miradas se posaron en Hoseok. Eunji le animó a hablar silenciosamente y él respondió con la verdad. Con voz firme y clara.

—Inocente. —Pudo escuchar la risita del fiscal Choi y juraría que hasta un gruñido en respuesta de la mujer que él tenía a su lado. El juez asintió con la cabeza y observó al fiscal.

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