CAPÍTULO 25: DRAGÓN DE FUEGO

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Entre la oscuridad, el sonido de aquel mechero de plata al abrirse y cerrarse, era lo que rompía el silencio. Jack había guardado aquel obsequio de Agust durante mucho tiempo, demasiado para alguien al que no le gusta esperar como él. Pero por fin había llegado el momento, su momento. El de dejar de ser el personaje secundario que se esconde en las sombras, para ser el personaje principal.

Su sonrisa se ensanchó mientras caminaba tranquilamente por el apartamento del forense Jung, incluso había saludado a un par de vecinos al entrar al edificio por la puerta principal y nadie había notado la diferencia. Se percató de cómo había unas pequeñas motas de polvo en los muebles, sin duda Hoseok se había asustado por el mensaje que él le había dejado. Ahora era Hoseok el que tenía que esconderse, dejar su hogar y sin saberlo, darle carta blanca a Jack. Estaba tan sumido en sus pensamientos que no escuchó la puerta abrirse, pero se detuvo en seco al sentir ese olor a pino y naturaleza, un perfume que recordaba muy bien. Cerró completamente el mechero y contuvo una carcajada, la euforia se adueñó de su cuerpo, sabía que tenía a sus espaldas al inspector con mirada de dragón.

La respiración de Namjoon era acelerada, había corrido desde su casa para evitar que esa persona se le escapara. Por primera vez en su vida, deseaba estar equivocado, deseaba que no fuese lo que su mente había estado pensando durante esos últimos días. Pero las cosas nunca le solían salir como las tenía planeadas. Namjoon no era alguien que esperaba y se quedaba de brazos cruzados, así que avanzó y tomó el hombro de la persona que tenía de espaldas a él. Con un rápido movimiento le dio la vuelta y lo empujó contra la pared para evitar que pudiese escapar. Estaba demasiado oscuro para verlo con claridad, pero notó un movimiento de su mano y la luz de una pequeña llama les iluminó a ambos.

El inspector se quedó paralizado, el rostro que le miraba era igual al de su novio, pero la mirada era oscura y perturbadora. No se había dado cuenta de que estaba conteniendo la respiración, hasta que sintió la mano fría de la persona que tenía delante, recorrer su pecho.

—Me encanta tu mirada de dragón. —El susurro de Jack le heló la sangre a Namjoon. La voz era intensa y parecía contener sentimientos oscuros en ella, todo lo contrario que la de Hoseok, pura dulzura y sinceridad. Parpadeó un par de veces para aclarar su mente, quería apartar la mano de ese tipo de su cuerpo. Pero cuando miró aquella mano, percatándose de que estaba llena de pequeñas quemaduras, sintió el aliento de Jack en su oído—. Tu olor es embriagador, los pinos suelen arder maravillosamente bien.

Jack intentó acercarse más a Namjoon, estaba entrando en un estado de euforia en el que no controlaba sus acciones, aunque en realidad Jack nunca pensaba demasiado antes de actuar. Quería probar los labios del dragón, ver cómo su mirada se incendiaba de ira o pasión, ambas le servían. Y cuando sus labios fríos rozaron la mejilla del inspector, éste le propinó un puñetazo haciendo que Jack cayese al suelo. Se tocó el labio viendo cómo unas pocas gotas de sangre salían de él y sonrió abiertamente. La luz de la luna llena de aquella noche, se coló por las ventanas de Hoseok y entonces pudo ver el rostro del tipo completamente. Un escalofrío recorrió la columna vertebral de Namjoon cuando Jack empezó a reír en voz alta como un desquiciado. Estaba disfrutando de aquello, porque ahí estaba la llama de la ira impregnada en esos ojos de dragón.

—No vuelvas a entrar aquí ni a acercarte a Hoseok o de lo contrario... —Namjoon no pudo terminar de hablar. Jack se puso de pie, se limpió el labio y sin dejar de sonreír volvió a acercarse al inspector. No tenía miedo, él no conocía esa sensación aunque le gustaba verla en los ojos de los demás. 

—¿Vas a hablarle de mi? Seguro le encanta saber que has estado a solas con alguien que es exactamente como él. Empezará a hacerse ideas extrañas, a preocuparse y a sentirse ansioso. ¿Le harás daño al bueno de Hoseok? No me amenaces dragón, yo sí puedo hacerle daño. —Jack volvió a acercarse a Namjoon e inhaló ese aroma a colonia de pino y madera que tanto le excitaba. Aquellas palabras habían dejado en jaque al inspector que ni siquiera fue consciente de la mano de Jack en su bolsillo, ni tampoco del momento en el que se quedó solo rodeado por la oscuridad. Dejándose caer lentamente por la pared hasta quedar sentado en el suelo incapaz de poner orden en el caos de su mente.

The D caseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora