The D case

CAPÍTULO 5: JACK QUIERE JUGAR

La cabeza de Jin estaba a punto de estallar. Meterse en la red oscura era algo difícil para alguien con pocas capacidades tecnológicas. Para él había sido coser y cantar aunque había tenido que encriptar la ubicación del ordenador desde el que estaba accediendo para que nadie lo pudiera rastrear. Había conseguido información que no estaba en la carpeta que Namjoon y Jungkook habían estado haciendo desde hacía años. Pero estaba toda en su mente, no parecía encajar y las piezas sueltas le molestaban terriblemente.

Unos suaves golpecitos en la puerta de su pequeño despacho le sobresaltaron e hizo que apagara la pantalla del ordenador girándose para ver quién era. Respiró tranquilo cuando Hoseok asomó su cabeza por la puerta pidiéndole permiso para entrar.

—Es la hora de la comida, llevas aquí encerrado toda la mañana. ¿Te apetece comer conmigo? He preparado suficiente comida para dos y planeo llevarte a mi lugar secreto. Pareces algo agobiado ahora mismo. —El forense intentaba acercarse a él y Jin sabía que tenía que abrirse más con las personas. Hoseok le parecía un tipo inteligente y agradable aunque no había tenido la oportunidad de hablar con él asolas durante mucho tiempo. Asintió y siguió al forense, evitando mirar la cámara donde seguramente había varios cuerpos sin vida. Le siguió sin decir nada hasta la pequeña azotea de la oficina forense.

Jin quedó sorprendido por aquello, más que una azotea parecía un jardín donde esconderse, lleno de diferentes tipos de flores, con árboles que proporcionaban sombra y que daban vida a un edificio gris y aburrido que siempre estaba rodeado de muerte.

—Wow, ¿has creado tú este lugar? —Jin observó a Hoseok que preparaba un pequeño picnic con todo lo que había traído con él. Se sentó e invitó a Jin a hacer lo mismo. No lo dudó aunque seguía algo sorprendido por lo que veían sus ojos.

—Suelo estar rodeado de muerte así que necesitaba un lugar con mucha vida al que escapar cuando la cosa se pusiera intensa para mí. Solo se puede acceder por la sala donde están los cadáveres y por tanto solo yo puedo hacerlo con mi tarjeta de identificación. Ni siquiera Namjoon y Jungkook conocen este lugar, esta azotea es ligeramente más alta que la de la comisaría por lo que no pueden vernos. —Hoseok abrió las cajitas de comida que había preparado esa misma mañana, no era el mejor cocinero pero no se le había ocurrido otra forma de acercarse a Jin.

—Gracias, por la comida y por compartir conmigo este lugar. También... por sacarme del despacho. Suelo ser bueno ordenando todo en mi mente, pero... —Jin no podía decir que la mirada de cierto desconocido seguía irrumpiendo en sus pensamientos.

—Pero es complicado cuando de repente te meten en algo secreto que puede llegar a ser extremadamente peligroso. A parte, lidiar con la intensidad de los investigadores es complicado, lo sé porque cuando quieren algo de mí, lo quieren para ayer y las cosas no funcionan así. No te presiones demasiado. —En cierta forma, las palabras de Hoseok calmaban a Jin, que de repente recordó algo.

—Supongo que te gusta la intensidad porque se nota que te gusta mucho Namjoon. —Hoseok casi escupe la bola de arroz que tenía en la boca. Empezó a toser y Jin le dio un poco de agua y unos ligeros golpecitos en la espalda.

—Te estás juntando demasiado con Jungkook, del que ahora me puedo burlar por el pelo de gato que pensó era una pista clave para atrapar a Kim Tae Min. Pero no me gusta Namjoon, no creas todo lo que dice JK. —El forense evitó la mirada de Jin aunque no pudo evitar el sonrojo de sus mejillas.

—Tus mejillas y la forma en que le miras me indican que sí te gusta aunque no se lo has dicho y estoy seguro de que él ni se ha dado cuenta. Aunque te mira de la misma forma... Espera, ¿pelo de gato? ¿Eso era lo que tenía Junkook bajo la manga? Definitivamente es una buena razón para meterse con él. —Jin nunca había bromeado con nadie, pero su nuevo jefe le hacía sentir cómodo y el lugar ayudaba mucho.