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El idiota terminó de arreglarse primero me puse el vestido negro, la verdad era que me gustaba mucho el escote de la espalda no era tan revelador y seguía conservando su toque elegante, Alexander tenía razón las marcan de la espalda no se veían tanto pero el problema fueron mis muñecas. No debí volver a hacerme esto pero no podía no resistí a la tentación cuando tuve la oportunidad necesitaba callar las voces en mi cabeza y solo así lo conseguía.

Al terminar mi maquillaje y ponerme el anillo de compromiso las marcas volvieron a relucir en mi piel como un toque de llamado,me senté en en tocador hasta que Alexander venga a solucionarlo. Unos toques en la puerta me alertaron de su llegada.

—¿Estás listas para irnos?

—No hasta que hagas algo con esas cosas—nuestras miradas se conectaron através del espejo, pude ver que en sus manos traía un caja que acercó a mi—¿Que es eso?

—Un regalo de mi madre para ti por nuestro compromiso.

De ella extrae una pulsera con pequeñas florecillas con diamantes incrustados en ella y un collar igual a el. Me pone en los dos brazaletes que cubren las pequeñas marcas en mi piel.

—Gracias.

—No tienes porque darlas fue un regalo de mi madre—le sonrío porque los dos sabemos que eso es mentira—Ademas si pulsas la primera flor sabré que estás en peligro o que me necesitas.

—¿cómo?

—Porque la otra mitad de eso es mi anillo de compromiso igual pasa con tu anillo.

—Si hubiera tenido esto en el pasado me hubiese ahorrado de mucho.

Según sabía la fiesta se haría en el gran hostel de los Cox participarían muchas celebridades que donaron varias cosas con el fin de usar el dinero para ayudar a los más necesitados no sabia si Adeline era igual a mi madre a la hora de hacer estas subastas pero me gusta pensar que no lo es.

Al llegar Alexander no se separó de mi en ningún instante, me presentó como su prometida a la mayoría de personas que da la casualidad son mis personas favoritas, me llamaran loca pero sentía la mirada de alguien puesta en mi y la sensación de que algo malo va a pasar no sale de mi pecho.

—Vamos,tenemos asientos en primera fila—me guía el idiota cuando anuncian que ya vamos a empezar.

Al ubicarnos en nuestros lugares Alexander deja reposar su mano sobre mis piernas y solo con eso siento cierta seguridad, apoyo mis manos sobre las suyas que reposan en mi. La subasta comienza sin ningún incidente he de admitir que la gente de aquí está realmente loca al querer pagar barbaridades por este tipo de cosas incluso el señor Matthew que compró unos palos de golf por más de medio millón de libras.

Alexander también participa junto a Casandra ,incluso los dos se pelearon por no se que artículo de colección de Bob Marley, Aarón parecía igual de aburrido que yo.

—Esto es un muermo—le susurró al idiota al oido—¿Cuanto falta para irnos?

—Espera un poco.

—Me matan los zapatos, tengo hambre y esto parece que va para largo.

—Dentro de poco será la hora de la comida, y por los pies no te preocupes pienso hacerte un masaje cuando lleguemos.

—Juralo—levanto el meñique para que el imite mi acción.

—Lo juro—cruzamos meñiques y ya no vuelvo a insistir.

Apoyé mi cabeza sobre los hombros de Alexander cuando el sueño empezaba a entrarme y hubiese sido lo mejor porque al ver lo siguiente en la lista de subasta casi mato al idiota que tengo al lado.

NO SUELTES MI MANOWhere stories live. Discover now